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𐑺
Ambos chicos eran pareja ya hace tiempo, pasando momentos increíbles juntos, algunas peleas, lo normal de cada relación.
Pero había algo que había estado "molestando" un poco a Miguel. El hecho de que cuando ambos estaban en un momento íntimo, donde solo eran ellos dos besándose y se acariciaban entre sí; el miedo y los recuerdos lo atormentaban, no dejándolo seguir. Sabía que esto no le molestaba a su pareja, sin embargo, a él sí, y esta vez no volvería a suceder.
Era una noche de viernes bastante tranquila, ambos recostados en la cama de Luis, solo miraban al techo oscuro mientras se tomaban de las manos. Un ambiente tranquilo, relajante y lindo, que ambos deseaban que no acabara.
—Oye, graso.
—Dime, mi vido.
—¿Podemos intentarlo?
—¿Qué cosa?
—Ya sabes, gei, eso...
—¿Qué es "eso", papu? ',:v
Luis tenia una idea a lo que se refería su novio, sin embargo, no lo creía al 100% después de no obtener ninguna respuesta por su pareja. Sin embargo su idea se confirmó en cuanto sintió como Miguel se subía encima suyo, colocándose entre su entre pierna. Por instinto puso su manos en su cadera, y sintió una gran emoción por dentro.
No por el hecho de que iba a perder su virginidad con su novio, sino porque finalmente se había atrevido, y si se negaba nuevamente, ¿qué problema había? no le importaría, lo esperaría todo el tiempo que Miguel necesitara.
No dijeron nada más, Miguel se inclinó y comenzaron a besarse mientras sus manos paseaban por el pecho, cuello y cabello de su novio, provocándolo; mientras él sentía como las manos de Luis tocaban su trasero, jugueteando un poco con él.
Pronto Miguel sintió debajo suyo la erección de su novio, y su erección creciendo también. Por un momento sintió miedo, pero esta vez lo dejó de lado, ya se sentía seguro con Luis, sabía que él no le haría de eso.
Comenzaron quitando su ropa quedando en boxers, dejando chupetones por doquier, besándose, acariciándose, tocándose, provocándose.
Cambiaron de posición, ahora con Luis por encima de Miguel, observando como estaba agitado, al igual que él.
—¿Estás seguro, papu?, podemos parar si quieres.
—Seguro, cuck. Sigue.
Luis río y se levantó rápidamente para tomar un condón de uno de sus cajones. Se lo colocó con cuidado y volvió a colocarse entre las piernas de Miguel. Quito el boxer de Miguel y tomó sus piernas para acercarlo más a él, justo tocando su entrada.
Los nervios de los dos estaban matándolos, la adrenalina y la emoción, tantas emociones juntas los hacía sentir tan extraños, pero tan bien.
Luis miró a Miguel y este asintió mientras abría más sus piernas y las ponía al lado de cuerpo de su novio, dando a entender que podía comenzar. Luis se acomodó mejor encima y comenzó a entrar en Miguel, lentamente.
—Si te duele dime y paro.
Su voz salió completamente diferente a la que normalmente escuchaba, lo que hizo que Miguel se estremeciera más, arrugando las sábanas. Negó con su cabeza y aguantó un poco el dolor, sabía que se acostumbraría pronto.
Una vez Luis estuvo completamente dentro puso ambas manos al lado de la cabeza de Miguel, mientras él con sus piernas abrazaba las caderas de Luis y trataba de relajarse y acostumbrarse al dolor.
Y así fue, una vez se acostumbró le dijo a Luis y él comenzó a moverse, lentamente, mientras veía la cara de Miguel, como trataba de no hacer ninguna cara ni soltar un ruido. Esto le hizo gracia, por lo que comenzó a moverse un poco más rápido.
Miguel comenzó a sentir cada vez mejor, dejando de lado sus miedos y teniendo la confianza de soltar jadeos y gemidos con su pareja. Mientras los movimientos se hacían más rápidos, los ruidos que salían de su boca eran menos controlables, cerrando sus ojos con fuerza por la sensación que sentía.
Pasó sus manos a los hombros de Luis, acariciando su espalda y arañando de vez en cuando, cada que Luis lo hacía más fuerte a propósito; al mismo tiempo que le dejaba besos por toda la cara a Miguel, de alguna manera le parecía tierno verlo en ese estado.
Las estocadas eran aún más fuerte y más placenteras, cada vez más sentía como estaba a punto del clímax, y aunque quería durar más, no aguantaba, necesitaba terminar, y no era el único.
—Miguel, creo que voy a acabar.
Dijo Luis con su voz entrecortada mientras sus movimientos se volvían un poco más agresivos. Su novio solo dijo sin coherencia que él también, así que solo se dejaron llevar, ambos soltando ruidos y jadeos incoherentes, llegando al clímax al fin. Primero acabó Miguel y por consiguiente fue Luis.
A pesar de que el miedo de Miguel lo estaba atormentando al principio, no se rindió y se atrevió, sintiéndose por primera vez en su vida bien, sabiendo lo que era tener relaciones con la persona correcta. No se arrepintió para nada.
Lo que siguió de la noche fue un Luis más cariñoso de lo normal, mientras Miguel se dejaba consentir, al final, lo necesitaba.
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coman hijos coman
en efecto, los vatos se ponen más cariñosos después del secso 👹
AMIGOS PERDÓN POR ABANDONARLOS, NO ERA MI INTENCIÓN, SUCEDIERON MUCHAS COSAS EN MI VIDA Y 😭😞😢😢😭😿😭😿😭😢😞😿😭 perdónenme los amo
les agradezco por todo el a-pollo DIOS MÍO 3k DE VISTAS, los adoro con todo mi corazón :,v
mañana tengo una presentación de danza urbana y estoy nerviosa ayud
