aclaraciones: masoquismo explícito, si no les gusta, simplemente no lean.
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𐑺
Las clases habían terminado, la pareja tenía planes para salir a algún lugar a pasear y comer, se había vuelto una rutina cada viernes, una cita. Pero antes, debían llegar a casa de Miguel para cambiarse su uniforme y así estar más cómodos, además, dejarían sus mochilas y eso haría más fácil la salida.
Por lo que, las cosas habían acabado un poco extrañas, aunque ya era normal en ambos. Aprovechando que la madre de Miguel no se encontraba -como siempre-, acabaron tumbados en la cama besándose, desesperadamente.
No estaba en sus planes acabar así, pero su semana había sido algo estresante y necesitaban quitarse del estrés de alguna manera, y que mejor que haciendo eso, algo que ambos disfrutaban bastante hacer.
Luis encima de Miguel mientras sostenía sus muñecas encima de su cabeza, poniendo fuerza en su agarre, mientras su beso se intensificaba aún más y la falta de aire comenzaba a notarse, y las erecciones en sus pantalones también.
Su beso paró y ambos conectaron miradas, muy cerca uno del otro. La mirada de Miguel suplicaba por algo más, y Luis sabía exactamente lo que era, y, ¿quién era él para negarse?
No había pasado mucho desde que Luis había descubierto que Miguel era masoquista, ya que él no quería decirle. Le daba vergüenza admitir en voz alta que le gustaba que le maltrataran, pero después de muchas conversaciones y relaciones sexuales, lo confesó, descubriendo que a Luis le gustaba igual.
Luis sonrió con picadería y dejó un beso en su mejilla y con su mano libre, dio una fuerte cachetada donde mismo, tomando de inmediato la mandíbula de Miguel y atrayéndola a él para besar sus labios nuevamente, esto provocó un espasmo en Miguel.
Pronto comenzó a desvestir a Miguel, con la excusa de que igualmente tendría que cambiar su uniforme para usar ropa normal. Él no se quedó atrás, y en el proceso, fue dejando besos por donde podía, cuello, hombros, clavícula y su pecho, mordiendo con fuerza también.
Luis jugaba con el cuerpo de Miguel, pellizcando, rasguñando y mordiendo, de vez en cuando masturbándolo y parando de repente, para seguir dejando marcas; él solo se retorcía de placer y no paraba de soltar jadeos, rogando por más. Miguel en este estado se sentía tan vulnerable y sumiso, incluso llegaba a sentirse humillado, pero sinceramente, no le molestaba, no si era con Luis.
De repente, Luis hizo que Miguel se volteara, quedando en 4, mientras su pareja admiraba su cuerpo y paseaba sus manos por su espalda, tocando como él quisiera. Saco un lubricante de su mochila -que ahora lo llevaba a todas partes por si las dudas- y puso un poco en él.
—Avísame si te due-, ah no, que a ti te gusta eso xdxd.
—Imbécil.— Luis dio una fuerte nalgada y dijo que se callara, cosa que hizo que Miguel soltara un fuerte jadeo y obedeciera, callándose.
Luis comenzó a entrar en Miguel, sintiendo un gran placer, lo mismo para su pareja, solo que el dolor era algo presente en él. Si bien le gustaba, aún no estaba del todo acostumbrado, pues tener relaciones por ahí son dolorosas, aunque con el tiempo ese dolor pasa.
Miguel le dijo a Luis que esperara un poco a que se acostumbrara, y así fue, se quedaron quietos mientras Luis no despegaba la vista de su pareja, que amaba con su vida. Una vez Miguel le indicó que siguiera, eso hizo, comenzando con movimientos lentos, pero bruscos.
Salía con lentitud y entraba con fuerza, mientras tomaba las caderas de Miguel y encajaba sus uñas ahí, por el placer que este le provocaba. Aunque a Miguel le diera vergüenza, no podía aguantar sus ruidos, y pronto le fue imposible contenerlos teniendo en cuenta el ritmo que llevaba Luis sobre él.
Miguel recostaba su cabeza de lado en el colchón, conectando miradas, y alzaba más sus caderas, dejando sus brazos libres a los lados y sus manos tomando con fuerza las sábanas, provocando una vista mejor para su pareja, le era imposible apartar su vista de él. El ritmo comenzó a cambiar, ahora siendo rápido y con fuerza.
Luis quito una de sus manos de las caderas de Miguel y la paseó por toda su espalda hasta llegar a su cabello, que tomó y jaló con fuerza, haciendo que Miguel se volviera a levantar, mientras gemía con fuerza. El dolor que sentía por ser penetrado aún seguía, pero se había convertido completamente en placer.
Miguel soltaba palabras y frases incoherentes, llenas de maldiciones, indicándole que siguiera e incluso rogando por más, ese era el efecto que tenía Luis en Miguel.
Ahora, Luis quitó su mano del cabello de Miguel, e hizo que volviera a recostar su cabeza en el colchón, para tomar ambas muñecas y ponerlas en la espalda de Miguel, para que quedara completamente sin movilidad, solo para su uso.
Sus movimientos ahora eran mucho más bruscos y con más fuerza, bajando un poco la velocidad para poder disfrutar más de su vista e incluso del ruido que provocaban. Ambos estaban por llegar al clímax y lo sabían bien, pues Miguel no dejaba de repetirlo, solo se estaba aguantando para complacer más a Luis.
Luis soltó las muñecas de Miguel y volvió a dejar una nalgada en él, que era su forma de indicar que ya terminaría, y así fue. Unas cuantas estocadas más y Miguel llegó al clímax, segundos después, Luis también.
Se quedaron en la misma posición unos minutos mientras se recuperaban, respirando con fuerza, aún con Luis hipnotizado por lo bello que era Miguel.
Una vez ambos estuvieron cambiados y listos para irse, Luis comenzó a ser más cariñoso de lo normal, y aunque era común que él se pusiera así siempre después de que ambos tuvieran relaciones, esto aún le sacaba de onda a Miguel.
Luis siempre se disculpaba con su pareja por tratarlo de esa manera cuando mantenían relaciones sexuales, y por más que Miguel le dijera que no debía de disculparse, siempre lo hacía.
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los veo tantito desnutridos, coman hijos, coman
oigan, les parece si escribo una historia de estos dos?, si sí, denme ideas porque estoy muert de inspiración
