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Movía inquieto su cuerpo, sus ojos aún estaban cerrados, pero se sentía muy diferente. Un dolor espontáneo lo hizo despertarse dando un brinco. Golpeó su cabeza con algo.

—Ah... —cerró sus ojos por el impacto, agarro su cabeza molesto por el punzante dolor, sentía como si un taladro internamente lo estuviera molestando sin parar.

Sobo unos segundos, sus ojos aún estaban entrecerrados, los sentía pesados. Tenía nauseas, sumando la luz del sol que le daba en la cara completamente haciendo que fuera más difícil.

Tapo los rayos evitando que lo cegaran más, parpadeó varias veces tratando de acostumbrarse, hasta que lo logro. Bostezo estirándose, sus brazos inmediatamente tocaron una superficie que no le permitió seguir libremente.

—¿Mmh? —miró hacia arriba extrañado, abrió los ojos como si hubiera visto a un fantasma. Negaba rotundamente, tallo sus ojos para ver si no seguía soñado, pero seguía en el mismo lugar. Un auto.

Bajo sus pies del asiento trasero, estaba en shock. No sabía por qué terminó ahí. Se quedó pensando un buen rato, hasta que decidió salir. Con las pocas fuerzas que tenía abrió la puerta.

El sol lo cubrió por completo, su vista se nubló una vez más haciendo que un pequeño pitido en sus oídos sonará. Soltó un leve quejido, y camino hasta reconocer algo. Su cuerpo no estaba acostumbrado a la resaca, en un paso sintió su pie tropezar con el otro haciendo que cayera encima de algo que hizo escándalo.

—Ahg... —sollozo, agarro de nuevo su cabeza adolorido.

Iba saliendo de su casa, cuando escuchó un sonido muy fuerte afuera y vio tirado a un joven descalzo junto a los botes de basura vacíos. Estaba desorientado y quejándose de dolor.

La chica alarmada se acercó ayudando al pobre muchacho. Lo
sentó con cuidado. Estaba con los ojos entrecerrados; reviso que no tuviera alguna herida grave, pero a vista solo tenía una raspada en su mejilla izquierda. Olía bastante a alcohol.

—Hey... —daba leves toques en su hombro.

El chico abrió de poco en poco sus ojos, estaba captando la situación. Vio a una chica junto a él, estaba cubriéndolo del sol.

—¿Dónde estoy...?

—En el condominio pink dong —le respondio.

—¿Qué?

—Estamos en el condominio pink dong, en busan.

—¿Busan? Pero...

—¿Qué te pasó? —preguntó espantada.

—Yo... desperté en ese auto, no me acuerdo cómo llegué hasta aquí —dijo con la voz temblorosa.

Sintio lastima por él, se le veía muy extrañado de todo, se levantó para ver el auto que mencionaba. Al instante lo reconoció, miró adelante y vio a cierta persona dormida con la camisa desabotonada, estaba completamente cubierto de pintura.

—No puede ser —soltó un suspiro enojada mientras tocaba la ventana.

El otro se despertó sin ganas al escuchar varios golpes fuertes, se quejo molesto por la resaca. Bajo la ventana como respuesta.

—Jin, estás muy mal. De verdad, mírate nada más —se apoyo en el espacio que dejo la ventana. —No no, y a parte te traes un jovencito que ni sabe dónde está.

—¿Tashi de qué me estás hablando? —hizo una mueca molesta, tallo sus ojos.

—Bájate y míralo —demando molesta.

—Qué estas diciendo — Soltó un suspiro cansado y abrió la puerta, el sol lo estaba matando. Observo a su amiga que lo estaba esperando con los brazos cruzados del otro lado del auto. Lo rodeó con las fuerzas que tenía para llegar hasta ella.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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