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⋆。𖦹°⭒˚。⋆⋆。𖦹°⭒˚。⋆

La alarma de Félix sonó escandalosamente en su mesita de noche. Con ojos pesados, se levantó y verificó la hora el reloj titilaba las 6:15, haciendo a Félix suspirar de cansancio.

—¡Ahhh, qué bien que hoy es viernes! Estoy cansado —se dirigió al baño con su larga cabellera rubia desordenada y, en la comisura de sus labios, un rastro de saliva seca se encontraba. Se bañó fugazmente y cepilló sus dientes. Ya estaba poniéndose el uniforme cuando, al ir a ponerse los zapatos, se dio cuenta de que solo había un par. Quejándose por la falta de tiempo, salió despabilado de su habitación.

—¡Mamá! —gritó mientras bajaba las escaleras. Cuando se encontró con un Hyunjin desesperado comiendo sus hotcakes, Félix lo miró con cara de "¿Qué está pasando?", pero lo disimuló con una sonrisita macabra.

—Qué raro que viniste tan temprano —resopló el más bajo.

—Lix, vamos a hacer pijamada en tu casa —dijo Hyunjin, tratando de tragar los hotcakes—. Ya sé que tocaba hacerla en la mía, pero mamá no va a estar por una semana, entonces... —aún con la boca llena, intentaba hacer que sus palabras sonaran coherentes, cosa que no sucedió.

—No hables con la boca llena, Hyunjin, es asqueroso —se quejó , al fin encontrando su zapato en medio de la sala y poniéndoselo rápidamente.

—Ya van a iniciar a pelear —la voz de Clara, la madre de Félix, rebosó por toda la cocina con voz peligrosamente tranquila, que solo insinuaba alerta de extinción de Félix y Hyunjin.

—Ay, ya, mamita, jaja, sabes que yo lo quiero mucho. No estamos peleando —dijo un Félix asustado, terminando de amarrar los cordones de sus zapatos.

—Hyun, ya podemos irnos, ya vámonos a la escuela —Félix forzó a Hyunjin a pararse, mientras que el pobre no le dio tiempo de darle un solo sorbo a su jugo de naranja. El rubio robó un hotcake y se lo llevó en las manos, dándole una gran mordida a la masa dulce.

—Yo los llevo —sugirió Clara, sacando las llaves del carro de su bolsillo. Ya que ella pronto se iba a ir a trabajar, aprovecharía para llevar a los mocosos.

—No está bien, mami. Queremos caminar —en realidad, ninguno quería caminar, pero había una razón por la cual Félix quería hacerlo así que salieron rápidamente dejando a clara atrás.

—Lix, mamá nos iba a llevar, ¡en serio, tenemos que caminar! —dijo Hyunjin, atragantado por los hotcakes—. Ni me diste tiempo de beber jugo, estoy seco.

—Te compro un refresco luego. Te quiero contar algo urgente —Hyunjin miró a Félix con cara de curiosidad y preocupación a la vez.

—¿Qué pasa, Lix?

—Hyun, sabes que no me sentía bien la semana pasada, por lo que tuve que quedarme en casa unos días —Hyunjin asintió.

—Fui a mi doctor luego, pero parece que estaba de vacaciones, por lo que tuve que atenderme con otro —Félix miró la reacción de Hyunjin mientras una sonrisa de vergüenza florecía en su rostro.

—La doctora, cuando me revisó y todo, me dijo que estaba bien; hasta que me iban a hacer otras pruebas más a profundidad y tenían que revisar, ya sabes... —La sonrisa contenida de Hyunjin estaba haciendo avergonzar a Félix.

—¡Ni te atrevas a reírte, baboso! —amenazó.

—Cuando me puse la bata, ya desnudo, y me acosté en la camilla, la doctora se sorprendió de que tuviera polla, Hyunjin —el más bajo cubrió su cara con las palmas de sus manos; sus orejas rojas delataban su vergüenza.

—Fue tan humillante; esa mujer juraba que era mujer. ¡Dios me mató!

Y ahí fue donde el mejor amigo de Félix no contuvo más su risa, teniendo que parar de caminar para agarrarse la panza que dolía a mil.

—Lix, lo siento, no puedo, no me río, es... es... —otra risa escandalosa salió de sus labios—. Eres toda una mujer —bromeó mientras veía a Félix enojarse de vuelta.

Hyunjin sabía más que nadie que Félix tenía rasgos femeninos: su estatura bajita, su sensibilidad exagerada, cintura pequeña, acompañada de sus caderas bien esculpidas. Él era muy delgado pero curvilíneo a la vez, con cara fina llena de pecas que brillaban como estrellas y ojos que iluminaban todo el continente. Su sonrisa era cálida y sus labios color carmesí resaltaban gracias a su piel tan pálida; sus rasgos suaves, similares a los de una mujer, podrían confundir a cualquiera, hasta que escuchaban su voz.

—Lix, esto no es nada nuevo. En serio, desperdiciamos que mamá nos llevara por algo que te pasa diario —Félix hizo un ojo lateral y le dio un pequeño golpe en el hombro mientras caminaban.

—Eres un tonto —un Félix enojón habló.

—¡JAJAJJAJAJAJA! ¡Ya, yaaa, perdóname!

Félix siguió caminando más rápido y Hyunjin tuvo que correr para alcanzarlo.

—¿Cómo esas piernas tan cortas caminaban a tal velocidad? —se preguntaba el mayor—. ¡Liiiix, espérame!

Llegaron a la escuela un poco más temprano y Hyunjin le dijo que le debía el refresco aún. Félix suspiró y fueron a una tienda de conveniencia. Salieron con dos refrescos sabor uva, sus favoritos.

—Ya estamos en septiembre, Hwang —mencionó Félix.

—Sí, tienes razón. Lee, ¿qué me vas a regalar de cumpleaños? —dijo Hyunjin sarcásticamente. Sus cumpleaños estaban un poco lejos, pero a la vez cerca, y ninguno de los dos podía creer que cumplirían 18.

—Eso debiese de decir yo —reclamó el menor, dándole un leve empujón en el hombro.

—Lix, ¿llegaste a besar a alguien ya? —mencionó Hyunjin de la nada y porque sí, con toda la confianza del mundo, mientras se sentaban en las bancas de la escuela, esperando que las clases inicien.

—Ya te lo hubiera dicho si fuese así. ¿Y tú, ya pudiste, Hyune? —preguntó el menor con algo de tristeza. ¿Cómo podría besar a otra persona estando enamorado de otra?

Hyunjin se quedó sorprendido con la respuesta de Lix.

—¿Aún no? Ahora me siento mal porque yo rompí la regla... ugh, la regla.

Algo en ese comentario hizo que Félix se sintiera disgustado.

—Pobre muchacha que te besó, seguro sufrió mucho contigo —dijo entre risas, ocultando que él estaba loco por probar a qué sabían los labios de su mejor amigo. La campana para iniciar las clases sonó.

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Como es mi primer libro los primeros caps están algo 😭

Pero ya tengo más experiencia, aprovecharé mi tiempo libre para editar esta mamada (editado ✅)

Cruzando la línea|| HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora