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⋆。𖦹°⭒˚。⋆⋆。𖦹°⭒˚。⋆

Ya estábamos en el aula. Empezamos mal (clases de matemáticas) Hyunjin se había quedado dormido. Felix solo estaba al lado de él, oyendo las clases, pero perdido en sus pensamientos, simplemente mirando a Hyunjin dormido.

Se quedaba embelesado mirándolo desde que cumplió los 14 estaba sintiéndose atraído por Hyunjin hasta la fecha. Aún no admite lo que siente por él, o tal vez solo está confundido. Vamos, él es precioso, atento y detallista; siempre está para Felix. ¿Cómo no enamorarse?

Ese cabello negro, sedoso, algo despeinado, y esos lindos labios carnosos... Félix extendió su mano para quitarle el cabello de la cara, dando a reconocer sus lindos ojos y sus largas pestañas que descansaban tranquilas en su tez.

Hyunjin abrió los ojos lentamente, viendo a Felix mirarlo y entrando en contacto visual. La tensión se sentía hasta que Felix decidió romperlo y darle un pequeño golpe en la frente.

—¡Atiende a las clases y deja de dormir yaaa!— dijo Felix, mirando a la pizarra con las orejas rojas. Hyunjin solo se rió e hizo caso a Felix.

Ya era hora de salir de la escuela y se fueron juntos. Como de costumbre, Hyunjin sugirió ir a comer banderillas mientras estudiaban un rato en la biblioteca, a lo que Félix accedió.

Estaban estudiando. Pronto serían las vacaciones de invierno y eso solo significaba una cosa: exámenes, exámenes, y como si fuera poco, más exámenes.

Terminaron de estudiar y se fueron a la casa de Félix para hacer la famosa pijamada de todos los sábados. Podían haber crecido, pero esos dos niños de 8 años, creadores de las patéticas reglas, seguían ahí.

—¡Mamá, ya llegamos!— gritó Felix mientras se quitaba los zapatos junto a la compañía de Hyunjin para luego subir a su habitación.

—Me voy a bañar mientras ve arreglando todo, ¿ok?—.

—¡Qué pereza!— dijo, haciendo que Lix rodara los ojos. —Ok, ya, ya. Tú métete a lavar el queso— bromeó, sacando una sábana acolchada del armario.

Mientras Felix se bañaba, Hyunjin preparaba una casita de sábanas y organizaba las almohadas en un patrón, haciendo un tipo nido con ellas. Cuando Felix salió del baño, le tocaba a él, y mientras él se aseaba, Felix siguió ordenando la casita.

Hyunjin salió con la toalla abrazando sus caderas, dando a reconocer esa V y ese abdomen bien trabajado. No era tan marcado, pero era increíblemente caliente.

—Lix, ¿sabes dónde está mi pijama?— preguntó, haciendo que los ojos de Felix volvieran a su rostro.

El rubio le tiró la pijama en la cara para disimular un poco su timidez y dijo que se fuera a cambiar rápido en el baño, ocultando su cara roja con sus manos.

No era muy común vernos desnudos entre sí, pero no significa que no nos tuviéramos confianza, solo que... dejémoslo así. Felix hablaba con él en sus pensamientos.

Combinaron sus pijamas que habían comprado en dúo hace poco; consistía en una pijama entera de dinosaurio (idea de Félix, claro).

Lix llevaba la verde y Hyunjin la azul. Se metieron a la casita, prendiendo la tele que estaba frente a ellos, buscando una película de terror. A ambos les gustaba, aunque como consecuencia tenían que dormir abrazados, porque el par sentía miedo al recordar lo que pasaba en la madrugada.

La mamá de Félix subió y les trajo lo necesario para su pijamada: palomitas, pizza, refrescos y uno que otro dulce.

Clara dijo que tenía algo urgente que hacer en su trabajo y regresaría un poco tarde, por lo que dejó a los niños solos.

Ni se inmutaron cuando escucharon el portazo de la puerta principal estrellarse, indicando que Clara se había ido.

Cuando pasó una escena sangrienta, el menor se acomodó más en el brazo de Hyunjin. Era cómodo, y el cabello negro nunca le molestó, aunque estaban seguros de que cualquiera que pasara diría que son pareja.

La película era algo larga hasta que llegó a su fin y, en vez de tener miedo, se echaron a reír. Es que había partes que eran tan irreales que lo hacía ver tan ridículo.

Los chicos, algo aburridos, empezaron a buscar algo más para hacer, cosa que encontraron rápidamente.

—¿Y si nos hacemos peinados raros?— dijo Felix.

—¿Por qué no?— dijo Hyunjin.

—Oye, Lix, quédate quieto, vas a quedar hermoso... ¡Listo!— dijo riéndose. Felix agarró el espejo y vio que tenía coletas por toda la cabeza, dando una cara indignada frente a su espejo de mano.

Se volteó y miró a Hyunjin con una mirada asesina. —¡Voy a matarte, Hwang!— Felix tumbó a Hyunjin y se puso a horcajadas en sus piernas para facilitarse darle golpes, dando específicamente en su pecho. Hyunjin no paraba de reírse hasta que Felix sintió algo extraño, pero no extraño de gracioso, sino más bien de...

Extraño.

Si bien estaba sentado en las piernas de Hyunjin, sentía algo duro en su muslo izquierdo que, al moverse inconscientemente, rozaba por otras partes. Peligrosamente miró extrañado a Hyunjin con la duda en sus orbes.

—Ok, Lix, necesito que te bajes— dijo Hyunjin, algo serio, levantándolo de su regazo.

Se bajó lentamente de Hyunjin y le tiró una almohada más cercana.

—Fingiré que no toque eso—regañó Felix, con las mejillas rosadas y algo nervioso.

Después de ese pequeño incidente, Felix siguió peinando a Hyunjin y le hizo dos trencitas en su cabello, que era un poco largo. Sin duda se veía adorable.

—Yo sí te peino lindo, Hyun— dijo Felix, haciendo un pequeño puchero. Hyunjin lo abrazó sin contenerse mientras susurraba un "Te ves lindo hasta con un peinado loco".

Felix, sonrojadísimo, le sonrió tiernamente.

—Ahh, Lix, eres tan lindo— dijo Hyunjin, depositándole un beso en la frente de cuando en vez le dan ataques de ternura por Felix. Es que es demasiado... mmm, ¿cuál sería la palabra perfecta para describir lo que Felix le hacía sentir?

Hyunjin no tenía idea

Y ahí fue donde Felix empezó a pensar que él sería el raro si no sintiera nada por Hyunjin, viéndole a los ojos tan profundos, simplemente hipnotizantes.

Realmente sentía mariposas por su mejor amigo.

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Cruzando la línea|| HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora