-Nena, para de hacer eso si no quieres que te folle en el baño de este restaurante.
-Mmm.-me volví a morder el labio.
-Joder.-se levantó de la silla y me cogió de la mano.
Tiró de mí hasta el baño de chicas.
Cerró la puerta con pestillo y me sentó sobre el lavabo.
Me empezó a besar y pasó sus manos por mi espalda, hasta llegar a mi culo y tocarlo. Llevé mis manos a su nuca haciendo que el beso fuera más intenso.
Subió sus manos hasta la cremallera del vestido. La bajó hasta abajo y me quitó el vestido.
Manoseó mis pechos y gemí en sus labios. Se bajó los pantalones quedando solo en bóxers.
Me quitó el vestido del todo haciendo que quedara en ropa interior. Me acarició la espalda suavemente hasta llegar al broche del sujetador y desabrocharlo. Me lo quitó y lo dejó junto toda la ropa encima del lavabo. Me quitó las bragas e introdujo un dedo en mí. Gemí fuertemente y empezó a hacer círculos con el dedo.-Daniel...-susurré en forma de gemido con la respiración agitada.
Lo cogí de la nuca y lo atraje hasta mi cuello, en el que depositó un pequeño beso. Sacó el dedo de mi interior y de bajó los bóxers. Sacó un condón de uno de los bolsillos de sus pantalones y se lo puso. Me abrió las piernas y rápidamente entró en mí. Un sonoro gemido por parte de los dos sonó por todo el baño. Me la metió hasta el fondo y gemí.
-¡Ah!-gemí y hundió su cabeza en mi cuello. Podía notar su agitada respiración chocar contra mi cuello.
-Dios, nena.-gimió esta vez él. Llevó sus manos hasta mi culo y me impulsó para que quedara un poco más afuera, ya que seguía sentada.
Paró y sin salir de mí, me abrió más las piernas y volvió a entrar suave, muy suave, lo que provocó que gimiera. Llevó su mano hasta mi clítoris y lo masajeó lentamente mientras seguía metiéndomela.
-Me voy a correr.-susurré en su oído y gemí.
-Córrete, nena.-gimió él en mi cuello y aceleró el ritmo.
Me corrí, me penetró tres veces más y se corrió él. Gemimos y salió de dentro de mí. Bajé de encima del lavabo, lo besé y me vestí, al igual que él. Me cogió de la mano y salimos del baño. Nos volvimos a sentar en la mesa y vino el camarero.
-¿Quieren algo más?-preguntó amablemente.
-No gracias, ¿Puede traernos la cuenta?-preguntó Daniel.
-Claro.
Se fue y a los dos minutos volvió con la cuenta.
-Tome.-pagó Daniel y nos fuimos.
Cuando salimos...