Capítulo 10 - Los Ross.

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ALQUIMIA

         

        Cry Collins obtuvo lo que quería —Que yo le pidiera un beso— No se por que soy tan estúpida, soy una ilusa al pensar que iba a besarme. Lo detesto. No entiendo por qué hace lo que hace conmigo, yo no le he hecho nada para que me trate así, para que juegue conmigo de esa manera. Por tan solo un segundo creí que si pasaría, creí que si me besaría ya que el mismo me lo preguntó y al tocarme de esa forma estando tan cerca de mi pensé que era real.

Estúpida Alquimia, eres una imbécil.

Llego a mi casa furiosa como nunca antes tratando de controlar mis lágrimas pero al lanzarme boca abajo en mi cama fue suficiente para dejar escapar cada una de ellas volviéndose un mar de lágrimas. Fue muy humillante lo que me hizo, me sentí tan pero tan ridícula.


 
  Luego de llorar por unas cuantas horas me meto en la bañera para tratar de ahogar mis penas, es imposible evitar que ese momento pase por mi cabeza una y otra vez. Cierro los ojos antes de sumergirme en el agua llena de espuma recordando ese momento en el que pensé que un chico al fin se había fijado en mi, con quien me daría mi primer beso.

Ahí estaba yo, cómo toda una estúpida con los ojos cerrados inclinando mi cabeza hacia el abriendo un poco la boca en espera de que el hiciera lo mismo. Me acaricio las mejillas con sus pulgares, me dijo que me dejara llevar por lo que sentía y eso fue justo lo que hice pero el tenía otros planes. Estuve un par de segundos esperando poder sentir sus labios con los míos pero al no tener respuesta decidí abrir los ojos y no lo vi frente a mi. El estaba junto a la enorme ventana mirando el exterior con una sonrisa de victoria, lo que me dijo fue muy doloroso y vergonzoso.

—¿En serio crees que iba a besarte? —Dijo en un tono burlón—. Solo quería confirmar mis sospechas y ya veo que tenía razón —El no dejaba de sonreír—. Estás enamorada de mi. Bueno, como todas.

Mis lágrimas comenzaron de salir de a poco, yo estaba ahí paralizada sin saber que hacer o que decir. El se había burlado de mi, fue solo una prueba, no puedo creer que caí en su juego.

—Debes bajarte de esa nube Alquimia, no eres mi tipo. —El ni siquiera me estaba mirando, no tuvo los pantalones para decírmelo de frente—. Es mejor que te vayas.

El no dejo de terminar de hablar cuando ya me había levantado para recoger mis cosas e irme de la habitación con mucha velocidad y desespero. Baje las escaleras llorando como una idiota, entre rápido al baño para lavarme la cara quitando así el poco maquillaje que me había puesto para verlo a el. Salgo con la cara lavada de la mansión —No quería que mi madre me viera con el rimel derramando—. Ahí fue cuando entre corriendo a mi casa sin mirar a los lados para encerrarme en mi habitación.

Soy estúpida.

Estúpida, estúpida, estúpida.

Luego de ese largo baño baje a cenar diciéndole a mis padres que no me sentía muy bien y que tal vez no vaya al colegio mañana. Lo menos que quiero es ver a ese imbécil, de seguro le contara a sus amigos para reírse de mi. Me volví a encerrar en mi habitación para llorar bajo las sabanas hasta quedarme dormida.

¿Por qué?

¿Por qué lo hizo?


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