Capítulo 17 - Mamá.

8 1 0
                                    

ALQUIMIA

             Ha sido una semana muy difícil tanto para mí como para mí padre, tener que internar a mi madre en un hospital de salud mental es muy fuerte y no se lo desearía a nadie. Todos estos días estuve llorando en mi almohada cada vez que me iba a dormir pensando en como estará ella y que estará haciendo, pensando en si hice bien en encerrarla allá o era mejor dejarla aquí en casa.

Al día siguiente de la reunión en la mansión Collins mi madre estaba muy rara, no quería comer, su mirada estaba vacía, de nada comenzaba a rezar y se encerraba en el cuarto. Me preocupaba que perdiera la cabeza de nuevo e intentará obligarme a hacer otra penitencia pero debí pensar en que ella podría hacerse daño de nuevo, recordé que me había dicho que ella usaba esa tabla seguido para que Dios la perdonará de sus pecados.

En todo el día ni siquiera me volteo a ver, decidí no ir al colegio porque me dolían mucho los talones y no quería dar explicaciones. Al caer la noche fui a la habitación de mi madre preocupada porque no bajo a cenar, pensé en tocar la puerta pero decidí abrirla solo un poco para ver qué estaba haciendo y cuando lo hice quedé impactada con lo encontré. Ella estaba de pie sobre la tabla de espinas, en una mano tenía un rosario y en la otra se estaba azotando con unos cables en la espalda una y otra vez, le pedía perdón al señor por haber pecado. Fue en ese momento donde en verdad me preocupe, tenía miedo de que ella se hiciera un peor daño que eso, ahí fue donde confirme que estaba demente.

Cómo pude la interrumpí, intenté bajarla de la tabla pero ella no quería, no tuve más opción que empujarla y cuando cayó al suelo agarre esa tabla y la escondí, no la vote porque me servía como evidencia. Cuando volví ella estaba de rodillas llorando y pidiendo perdón nuevamente, cómo pude la abrace e intente contenerla lo más que pude y le di unas pastillas para que se durmiera, cuando lo hizo la cargue hasta la cama y la dejé amarrada de brazos y piernas.

Esa misma noche llame a un especialista en salud mental que había visto el otro día en Instagram, fue difícil que entendiera la situación, que alguien te diga que su madre se hace daño parándose en una tabla de espinas mientras se azota ella misma no es algo común, me dijo que mandaría a un compañero en la mañana para checar la situación.

La mañana siguiente a esa, el doctor que vino a verla junto a un especialista noto las heridas en sus pies y en su espalda, intenté caminar lo más derecha posible para que no notarán nada extraño, lo menos que quiero es que se den cuenta que ella me hizo lo mismo y la metan presa o algo así.

Mi padre llegó en ese momento que estaban con ella y lo primero que hice al verlo fue abrazarlo para poder llorar entre sus brazos. El no entendía la situación pero aún así me contuvo con su calor, el y yo no tenemos la mejor relación de padre e hija pero igual nos amamos, aunque el no esté muy presente en la casa es así.

Los doctores hablaron un buen rato con mi padre, hasta se fueron por unas horas y cuando llegaron en la tarde regresaron con un grupo de personas uniformadas las cuales se llevaron a mi madre, mis lágrimas no dejaban de escapar. Sabía que se la estaban llevando al hospital mental de Warren, hay uno solo y queda a las afueras del pueblo. Estuvimos hasta la noche en el hospital esperando unos estudios y que nos dijeran que pasaría con ella, lo que logré entender fue que tiene una irritación en el cerebro, además de que tiene un trastorno mental en el cual tiene la realidad alterada y piensa que hacerse daño está bien.

Los doctores nos dijeron que mi madre siente satisfacción al sentir dolor y que su cerebro escogió la religión como excusa para lesionarse con razón. Ella jamás se hizo daño para que Dios la perdonará o algo así, solo lo hacía porque le gustaba sentir dolor en su cuerpo.

CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora