Capítulo 2: Verdades Ocultas

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La presentación había transcurrido sin más incidentes, pero el beso de la chica misteriosa aún era el tema de conversación. La entrevista estaba a punto de comenzar y tanto Jude como Jade se preparaban mentalmente para las preguntas que sabían podían ser complicadas.

Jade, ya vestida con el uniforme formal del equipo, se sentó frente a la cámara. La sala de entrevistas era profesional y bien iluminada, diseñada para transmitir cada expresión con claridad. Tomó una respiración profunda, lista para enfrentar a los periodistas.

Al otro lado del set, Jude también se preparaba para su turno. A pesar de su experiencia con la prensa, sentía una ligera inquietud. No podía dejar de pensar en Jade, en su respuesta fría y en cómo eso lo había afectado más de lo que esperaba.

La primera ronda de preguntas se centró en el desempeño del equipo, las expectativas para la temporada y sus preparaciones. Luego, las preguntas se tornaron más personales.

—Jade, ¿cómo describirías tu relación con los jugadores del equipo masculino? —preguntó un periodista, inclinándose ligeramente hacia adelante.

Jade mantuvo una expresión neutra, recordando las advertencias de Lara y Jenna.

—Son compañeros de club. Tenemos respeto mutuo y mantenemos una relación profesional. —Su tono era firme, pero su mente recordaba el encuentro con Jude.

La siguiente pregunta fue directa al grano.

—¿Y en particular, qué opinas de Jude Bellingham?

Jade sintió una leve incomodidad, pero su rostro no lo mostró.

—No lo conozco mucho. —Hizo una pausa, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Pero he escuchado que es muy dedicado a su entrenamiento y al equipo.

Al otro lado del set, Jude observaba a Jade a través de las pantallas de monitoreo. Su turno llegó rápidamente, y los periodistas no perdieron tiempo en formular preguntas similares.

—Jude, ¿cómo es tu relación con las jugadoras del equipo femenino?

—Respetuosa y profesional —respondió sin vacilar—. Somos todos parte de la misma familia del club y trabajamos juntos para representarlo de la mejor manera.

Entonces vino la pregunta que él esperaba.

—¿Qué piensas sobre Jade, la estrella del equipo femenino?

Jude sonrió, una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—No la conozco muy bien. —Repitió las palabras de Jade casi inconscientemente—. Pero parece ser una jugadora talentosa y comprometida.

Ambos jugadores sabían que estaban mintiendo. Jude había sentido una chispa de interés y curiosidad hacia Jade desde el momento en que se habían chocado. Y Jade, a pesar de sus esfuerzos por ignorarlo, no podía dejar de pensar en la intensidad de su mirada y la frialdad de su voz en ese breve encuentro.

Las entrevistas concluyeron y ambos salieron del set, intentando sacudirse la tensión acumulada. Al pasar uno junto al otro en el pasillo, apenas se miraron, cada uno inmerso en sus propios pensamientos.

—Buen trabajo ahí —dijo Jude, casi en un murmullo, sin detenerse.

—Gracias —respondió Jade con la misma frialdad.

Sus palabras eran corteses, pero las emociones subyacentes eran mucho más complejas. A medida que se dirigían a sus respectivos entrenamientos, ambos no podían evitar pensar en las mentiras que habían dicho, en las verdades que ocultaban y en cómo el destino parecía empeñado en cruzar sus caminos una y otra vez.

La rivalidad inicial que sentían era solo la superficie de una relación mucho más profunda y complicada que estaba comenzando a desarrollarse, una relación que prometía desafíos, descubrimientos y tal vez, solo tal vez, algo más.

Confesiones SilenciosasWhere stories live. Discover now