Han pasado varios meses desde el incidente en el hotel, y aunque Jade y Jude habían intentado reconstruir su relación, la distancia entre ellos seguía siendo palpable. Jade se había enfocado completamente en su recuperación y en el bienestar de su bebé, manteniendo siempre una barrera emocional que Jude no había podido atravesar.
En el equipo, tanto femenino como masculino, los entrenadores notaban la tensión, aunque Jade y Jude se esforzaban por mantener las apariencias. Cada uno de sus encuentros era cordial, pero frío, y las sonrisas eran forzadas.
Un Día en el Campo de Entrenamiento
Era una mañana soleada y los equipos estaban en el campo de entrenamiento. Los entrenadores habían decidido hacer una sesión conjunta para fomentar la camaradería entre los equipos. Jade, con su creciente vientre, observaba desde un banco mientras los demás entrenaban.
Jude, consciente de la presencia de Jade, daba lo mejor de sí en cada ejercicio, pero su mente no podía dejar de pensar en la distancia que había crecido entre ellos. En un descanso, se acercó a ella, con una botella de agua en la mano.
—¿Cómo te sientes hoy? —le preguntó, tratando de sonar casual.
—Estoy bien, gracias. —respondió Jade, sin apartar la vista del campo.
—Jade, sé que esto es difícil para ti. Para nosotros. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, para lo que necesites. —dijo Jude, su voz cargada de sinceridad.
Jade lo miró por un breve instante, sus ojos mostrando una mezcla de dolor y determinación.
—Lo sé, Jude. Pero ahora mismo, necesito enfocarme en nuestro hijo. Es lo único que importa. —respondió antes de levantarse y caminar hacia sus amigas Lara y Jenna.
La Reunión del Equipo
Esa misma tarde, el equipo femenino y masculino se reunió para discutir estrategias y planificar los próximos partidos. Los entrenadores aprovecharon para recordarles la importancia del trabajo en equipo y la unidad.
—Quiero recordarles a todos que, aunque enfrentemos desafíos personales, nuestra fuerza está en nuestra unidad como equipo. —dijo el entrenador del equipo masculino, mirando especialmente a Jude y Jade.
Jade asintió, comprendiendo el mensaje, pero su mente seguía enfocada en mantener su distancia para protegerse emocionalmente. Jude, por su parte, sentía una mezcla de frustración y determinación, decidido a no rendirse.
Una Visita Inesperada
Una semana después, Jade estaba en su apartamento, organizando algunas cosas para el bebé. Tocaron la puerta y, para su sorpresa, era Olivia.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Jade, manteniendo su compostura.
—Vine a disculparme. —dijo Olivia, bajando la mirada—. Sé que lo que hice estuvo mal, y quería enmendarlo de alguna forma.
Jade la miró, su expresión fría y calculada.
—Olivia, nada de lo que digas cambiará lo que hiciste. Pero aprecio que hayas venido. Ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer. —dijo, cerrando la puerta.
Un Intento de Reconexión
Esa noche, Jude tocó la puerta del apartamento de Jade. Ella, sabiendo que era él, abrió con una expresión neutral.
—Jade, ¿podemos hablar? —preguntó Jude, su voz suave.
—Está bien. Entra. —respondió ella, llevándolo al salón.
Jude se sentó frente a ella, sintiendo el peso de las palabras que necesitaba decir.
—Sé que aún estás herida, y sé que la distancia entre nosotros no se puede arreglar de la noche a la mañana. Pero quiero intentarlo, quiero que volvamos a ser nosotros, por nuestro hijo y por lo que alguna vez tuvimos. —dijo Jude, su voz temblando ligeramente.
Jade lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de emociones.
—Jude, aprecio tu sinceridad. Pero esto no es solo sobre nosotros. Es sobre mi bienestar y el de nuestro hijo. No puedo prometerte nada ahora, pero estoy dispuesta a trabajar en ello, lentamente. —respondió, su voz firme pero con una chispa de esperanza.
Jude asintió, sintiendo una pequeña luz al final del túnel.
—Gracias, Jade. Haré todo lo que pueda para ganarme de nuevo tu confianza. —dijo, tomando su mano brevemente antes de levantarse para irse.
El Futuro Incierto
Con el tiempo, Jade y Jude continuaron compartiendo momentos por el bien de su hijo, aunque la barrera emocional seguía presente. La distancia era tangible, pero ambos sabían que, para el bienestar de su bebé, debían seguir intentando.
Cada pequeño gesto de Jude, cada pequeña muestra de apertura de Jade, era un paso hacia adelante en un camino largo y difícil. Sabían que la confianza y el amor no se restaurarían de la noche a la mañana, pero estaban dispuestos a intentarlo, por su hijo y por el amor que alguna vez compartieron.
Y así, con desafíos constantes y pequeños momentos de esperanza, continuaron su viaje, sabiendo que el futuro era incierto, pero con la determinación de enfrentar lo que viniera juntos.
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Confesiones Silenciosas
أدب المراهقين2 rivales jude y jade se aman en secreto pero ninguno de los dos ha tenido el valor de decir lo que en realidad sienten ambos entan en el reald madrid pero jude en el masculino y jade en el femenino ...... espero que te guste