Capítulo 5: La Victoria y el Conflicto

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Las dos semanas siguientes al incidente pasaron con Jade recuperándose en casa, rodeada del cariño de su familia y sus compañeras de equipo. El día del partido del equipo masculino llegó, y todas las chicas, incluyendo a Jade, se dispusieron a apoyarlos.

El Santiago Bernabéu estaba lleno, y la tensión era palpable. El Real Madrid se enfrentaba al Barcelona, y el ambiente estaba cargado de emoción. En las gradas, Jade se sentó junto a la madre de Jude, Denise, su padre Mark y su hermano Jobe. A medida que el partido avanzaba, la emoción se intensificó. Jude jugaba con una energía implacable, y el marcador finalmente mostró un 3 a 1 a favor del Real Madrid. La victoria estaba asegurada.

Al final del partido, los jugadores fueron recibidos con una gran ovación mientras se dirigían a los vestidores. Jade se mezcló entre la multitud, esperando un momento a solas con Jude para felicitarlo y darle un regalo especial: un osito de peluche con un corazón que llevaba el nombre de Jude.

Finalmente, logró encontrar un momento a solas con él en el vestuario. Lo abrazó, sin importarle que él estuviera sudado.

—Felicidades, Jude. Juegas increíble —dijo Jade, con una sonrisa sincera.

Jude sonrió, aunque se notaba algo incómodo por el sudor.

—Deberías haber esperado a que me cambiara. Estoy hecho un desastre.

—No me importa —respondió Jade, con una risa ligera.

Estaban tan cerca que Jude podía sentir la calidez de su aliento. Se inclinó hacia ella, sus labios a punto de encontrarse, cuando Olivia irrumpió en la habitación y besó a Jude en la mejilla.

—¡Felicidades, Jude! —dijo Olivia, ignorando completamente la presencia de Jade.

Jude se apartó de Olivia, molesto.

—Olivia, ahora no. Necesito hablar con Jade.

Jade, sintiéndose herida y tonta, retrocedió. Recordó las advertencias de sus amigas sobre Jude.

—Está bien, Jude. Hablamos después —dijo Jade, con una voz que apenas ocultaba su decepción.

Olivia se aferró a Jude, pero él la apartó suavemente.

—Olivia, tú y yo no tenemos nada. Necesito que te vayas.

Olivia, ofendida, se fue del vestuario. Jude salió rápidamente, buscando a Jade, pero le informaron que ella ya se dirigía al lujoso hotel donde se celebraría la victoria.

En el hotel, Jade se reunió con sus compañeras y se encontró con Pedri, un amigo de la infancia de Jude, quien jugaba para el Barcelona. La conversación entre ellos fue animada, y Pedri la invitó a sentarse con él. Jude, al entrar al salón y ver a Jade y Pedri conversando, sintió una oleada de celos.

—Hola, Pedri. Es bueno verte —dijo Jude, forzando una sonrisa mientras se sentaba al lado de Jade.

Pedri sonrió y presentó a Jade.

—Jade, esta es mi novia. Ella te adora y quería pedirte un favor. Ayúdame a elegir un anillo de compromiso para ella.

Jade sonrió, encantada.

—Claro, será un placer.

Mientras la conversación continuaba, Jude deslizó su mano sobre el muslo de Jade, provocando que ella se pusiera nerviosa. Agradeció que el mantel los cubriera. Los celos lo estaban consumiendo, y antes de que pudiera controlarse, se inclinó y besó a Jade apasionadamente, frente a todos.

Los flashes de las cámaras iluminaron el momento. Los paparazzi no dejaron pasar la oportunidad, y pronto las fotos estarían en todas partes. Jade, sorprendida y enojada, se apartó de Jude.

—No vuelvas a hablarme —dijo Jade, con los ojos llenos de lágrimas, y salió del hotel, llamando a un taxi.

Jude, desesperado, la siguió. Alcanzó el taxi justo cuando Jade estaba a punto de irse.

—Jade, por favor, espera. Déjame explicarte.

Jade lo miró con dolor en los ojos.

—¿Explicarme qué, Jude? ¿Que soy solo una más para ti? No necesito tus explicaciones.

El taxi arrancó, dejando a Jude en la acera, sintiéndose más impotente que nunca. Determinado a arreglar las cosas, Jude corrió hacia su coche y siguió al taxi, decidido a no dejar que las cosas terminaran así.

Al llegar a la casa de Jade, ella salió del taxi y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Jude la alcanzó justo a tiempo, deteniéndola antes de que pudiera entrar.

—Jade, por favor, escúchame. No eres solo una más para mí. Eres mucho más. Por favor, dame una oportunidad de explicarte.

Jade, con los ojos llenos de lágrimas, lo miró, su expresión llena de conflicto.

—¿Por qué debería creerte, Jude? ¿Cómo sé que no estás jugando conmigo?

Jude tomó sus manos, su mirada llena de sinceridad.

—Porque me importas de verdad, Jade. No soy el mismo chico que conociste. Tú me has cambiado. Déjame demostrarte que esto es real.

Jade, aún dudando, suspiró profundamente.

—Está bien, Jude. Pero será la última oportunidad que te doy. No me falles.

Jude asintió, prometiéndose a sí mismo que no la defraudaría. El camino por delante sería difícil, pero estaba dispuesto a recorrerlo por ella.

Confesiones SilenciosasWhere stories live. Discover now