Un Amante, Un Guerrero, Un Ladrón.

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Algo se sentía entre ellos...

Entre ellos algo se sentía...

Y si, no tenía más que un par de horas desde que se despidieron los dos hijos de la familia Komi de sus contrapartes Tadano, pero es que no podía pensar en nada más que en eso.

Todo el camino se les fue en fugaces miradas que terminaban en una que otra carcajada de su parte, o en comentarios ''molestos'' de parte de la chica. Su favorito fue ese de: Insisto, no tengo cara de pez, Komi. Deja de verme así... Acompañado de una nada bien disimulada sonrisita y, sobre todo, gestos extrañados de los mayores.

Después de llegar a su domicilio, y habiendo explicado lo que sucedió a sus padres. (Omitiendo uno que otro detalle) Se retiraron del lugar, a él le hubiese gustado llevarla a su casa, pero no todo se podía en la vida.

Fue así que después de seguir las ordenes de Hitomi, y habiéndose dado un baño para después cambiar el vendaje y el parche, tuvo una agradable cena, en la cual mantuvo su sonrisa al ver lo que se llevaría a la boca.

Caballa.

Dios, como adoraba que le recordara que era su comida favorita, diciéndole ''Chico Caballa''

Sin querer evitarlo, sonrio tontamente toda la cena. Si hasta hizo caso omiso a los absurdos comentarios de su madre, y tampoco le importo la cara de sorpresa que le dedicaron su hermana y su padre toda la noche, se sentía sumamente bien como para ponerles atención.

Al terminar y subir a su habitación se recostó en la cama, tomándose el tiempo para rememorar con lujo de detalle su momento a solas en la enfermería.

Dios, él no sabía nada del amor o esas cosas que considero como estúpidas en el pasado, pero no lograba contener el nervio al acordarse de como ambos estuvieron a punto de...

Sacudió la cabeza un poco a la par de que tomaba su teléfono, abrió la aplicación de mensajes para ver si había alguno de ella.

Pero no.

Fue ahí que empezó a preocuparse... Si bien no la noto molesta, tal vez pensó que se había sobrepasado con ella, y al estar juntos y sentirse agradecida como se lo dijo al ayudarlo en la enfermería decidió callarlo.

Le dio mil vueltas al asunto, pero irremediablemente volvía a lo mismo, entre sentirse angustiado por haberla incomodado, y que su pecho le diera un vuelco cada vez que recordaba su momento a solas.

El reloj le marco las 12:30 pm. Haciendo así que se obligara a dejar de comportarse como idiota e intentar dormir. Después de un rato lo logro y al despertarse a primera hora de la mañana reviso de nuevo su teléfono.

Aun nada.

Pero no se desanimó, ese día tendrían que verse sí o sí. Así que después de que su hermana saliera de la regadera, el entro y se dio un baño.

Estaba tan feliz que no le importo en lo más mínimo el haberse quedado sin agua caliente...

>.<

Algo había entre esos dos...

Entre esos dos algo había...

En retrospectiva, siempre fue obvio. Pero dolía no darse cuenta.

En más de una ocasión recordó como muchas personas decían que Shousuke parecía más relajado con ella cerca. Y tenían razón, pero siempre pensó que ella era tan insistente con hacerlo hablar que servía algo así como de interprete.

Se mantuvo mucho tiempo con esa idea, hasta que de manera muy, muy, muy lenta pero constante las cosas empezaron a cambiar entre ellos. No se dio cuenta de cuando iniciaron las sonrisas, las bromas, los apodos y el contacto, pero ahí estaba.

De Cero a Cien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora