Capítulo 11

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—Gracias por esto.

Como la operación de Seungmin iba bien, Chan les pidió a sus amigos que fueran a casa a descansar, diciéndoles que los llamaría apenas tuviera noticas del bebé. Los partos de omegas hombres tomaban un poco más de tiempo.

—No te preocupes.

Caminando al auto de Hyunjin, pisando las piedras del suelo del estacionamiento, se quedan en un silencio extraño. Oficialmente Jeongin duerme en el cuello de Felix, agotado después de tantos feromonas.

—Esta cita fue extraña.

Felix miró sorprendido a Hyunjin, quien al darse cuenta de sus palabras, se puso horriblemente nervioso y su rostro comenzó a arder.

—N-no me refiero a que era una cita, cosa que tampoco c-consideré que lo, que lo fuera porque es dema-

—¿Quieres que salgamos otra vez?

A pesar de la vergüenza, Felix preguntó enternecido por la actitud del mayor. Ver a un alfa así de nervioso por un omega no era algo de todos los días. Esa casta solía verse tierna cuando tenía momentos así. ¿O es que a Felix solo le parecía tierno Hyunjin?

—Yo... —respiró hondo y bajó la mirada—. Sí. Sinceramente, sí.

—Está bien —sonrió con su corazón comenzando a acelerarse—. ¿Qué te gustaría que hiciéramos?

Hyunjin se apresuró en abrirle la puerta. Felix solo se sintió más alegre y entró al auto con su bebé en brazos. Recién cuando el rubio subió, la conversación regresó:

—Hay una presentación de fotografías cerca del museo de arte de Seúl. Me... me gustaría llevarte, si quieres. O-obviamente Jeongin también está incluido.

—Está bien, gracias. ¿Cuándo es?

—El sábado que viene. ¿Tienes tiempo?

—Sí, no te preocupes.

El cómodo silencio que repentinamente se había formado terminó siendo interrumpido por Jeongin, quien gruñó acomodándose en el cuello de su padre. Felix y Hyunjin rieron.

—Debe estar soñando.

—Seguro.

No era necesario seguir hablando. Para Hyunjin ya era suficiente estar respirando el aroma de Felix, que era tan dulce y adictivo. Y el omega, sintiéndose extrañamente cómodo en el auto, no necesitaba abrir la boca.

—Nos vemos, Hyunjin.

—Adiós, Felix. Cuídate.

El alfa suspiró sonriente cuando lo vió entrar a su casa.

Conduciendo, se sorprendió de seguir pensando en el omega. Todavía con esa sonrisa tonta en sus labios que lo delataba por completo.

El Hyunjin que dijo que no estaba buscando una pareja era una persona distinta al que estaba regresando a su casa ahora mismo.

—¡Papi!

Jueves por la mañana. Felix se despertó del susto cuando Jeongin se tiró sobre él. El omega jadeó adolorido, alejándolo de su estómago.

—¿Q-qué pasó?

—¡Ya es tarde, papi! ¡Son las diez!

—¿¡Qué!?

Jeongin entraba a las ocho a la escuela.

Y él, a trabajar, a las nueve.

—Mierda.

—¡Groserías no! —tapó la boca de su padre. Felix alejó su mano y negó.

—No podemos jugar ahora, Innie. Necesito que te vayas a bañar ahora.

A sunshine's plan | Hyunlix Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora