Jeongin quería un papá. ¿Y qué mejor que su increíble, súper cariñoso, bonito y amable maestro Hyunjin?
***
Se dice que los cachorros son los que más conocen a sus padres y se dan cuenta de cosas que ellos no por estar muy ocupados cuidándolos.
Y po...
Como si soportar a Seo Changbin en su vida personal fuera poco, también tiene que verlo en Miroh. Y si bien el infeliz es lo suficientemente rico como para no trabajar y solo sentarse en el escritorio de la empresa de sus padres, él prefiere soportar niños pequeños durante la hora de educación física.
Aunque Hyunjin agradece tenerlo a su lado.
—¿Manchado?
—Si ya sabes, ¿por qué preguntas?
Changbin pone los ojos en blanco y le manda un mensaje a la cafetería que siempre suelen pedir. Queda a solo tres cuadras de la escuela, así que ni siquiera les cobran el envío, aún así a él le gusta dejar propina.
—¡Los maestros de Miroh pidieron dos manchados con dos galletas de chocolate!
—Felix, ¿podrías ir tú? Estoy ocupado con los pasteles.
Nadie sabe que las cocinas de las cafeterías son un desastre. Como típico día martes los pedidos por alguna razón se intensifican y los meseros tienen que hacerse cargo de cosas que no deberían. Por suerte Felix solo se tuvo que ocupar de los clientes al ver que su compañero, Taehyun, era obligado a decorar pasteles para exhibir.
—¿A quién se lo tengo que entregar?
—Tienes que entrar a la escuela —Taehyun dijo mientras arreglaba la crema— y seguir de largo hasta llegar a un pasillo, doblas a la izquierda y llegarás a la sala de profesores. Ahí estarán Hyunjin y Changbin, los maestros.
—¿A ellos se los tengo que dar? —asintió—. Muy bien.
—¡No te tardes, Felix!
Gritó el jefe de la cocina. El rubio asintió claramente mintiendo y tomó la bandeja con el pedido, emocionado por saber que vería a su hijo. Era obvio que se iba a tardar.
Su día estaba siendo una mierda pero se mejoró al instante de saber que vería a Jeongin. Ya quería tener en sus brazos a su cachorro por al menos un minuto para seguir siendo feliz.
—Buenos días.
—Buenos días.
Pasa al portero de la escuela y sigue las indicaciones que le dió su compañero. Sin embargo, antes de llegar a la sala donde se suponía estaban los clientes, por la ventana vió a unos niños correr y cuando su omega se emocionó fue cuando supo que entre esos alumnos, estaba su Jeongin.
Realmente daba todo por ese niño.
Fugazmente la charla que tuvo la noche anterior con Seungmin regresó a su cabeza. Él no cree que Jeongin necesite otra figura paternal en su vida; Felix no cree que un alfa sea escencial en la vida de su hijo. Cree que puede criarlo solo él y que todo irá bien. Después de todo, nada mejor que un alfa criado por omegas. Sabrá que su hijo, cuando crezca, será un buen hombre de buen corazón y tratará a todos igual de bien.
—La sala de profesores está para el otro lado.
Una voz lo termina asustando. No es que sea igual de gruesa que la suya, pero logra intimidarlo.
Felix se da vuelta, sintiendo el olor a chocolate molestar levemente su nariz. Es tan suave que piensa que el hombre frente a él es un omega.
Un omega alto y demasiado atractivo.
—Tú debes ser...
—Hyunjin. Fuí quién pidió lo que tú tienes en manos —señaló la bandeja. Felix se sonrojó—. Pero te quedaste mirando mis alumnos. ¿Podrías explicarme qué estabas haciendo o quieres hablar con el director?
La forma tan arrogante en la habla hace que el omega de Felix, el cual al principio se había quedado encantado con el lindo hombre frente a él, ahora gruña y se moleste, haciéndolo pensar que es descortés y bruto.
Por eso, Felix frunce su ceño.
—Estaba viendo a mi hijo divertirse con sus amigos.
—¿Quién?
—Lee Jeongin.
La expresión en el rostro de Hyunjin cambia cuando recuerda a su alumno y mientras escucha a su alfa quejarse por su mala forma de actuar, observa al omega frente a él.
—No te pareces nada al dibujo que hizo de ti —suelta sincero, luciendo tonto. Sin embargo, a Felix ya le cae mal.
—Sí... no lo he visto todavía. Aquí tienes tu pedido, serían-
—¡Hermano, ¿por qué te tardas tanto?!
Una tercera voz interrumpe su conversación. Felix siente el aroma claro de un alfa, solo que es bajito y musculoso. Le causa ternura a pesar de su casta.
—Oh... ey, hola.
La sonrisa del alfa hace que su omega se sienta suavemente confundido. Felix lo mira con una mueca mientras que Hyunjin mira a Changbin de mala manera.
—Ey, no —detuvo. El alfa lo miró confundido—. Es el padre de Jeongin.
—Oh... ¡Oh, Innie! —Felix sonrió ante el apodo—. Tú hijo es increíble. Lo adoro. Lo has criado bien. ¡Oh! Déjame ayudarte con eso... —tomó la bandeja rápidamente.
—Muchas gracias —murmuró avergonzado.
Hyunjin frunció el ceño. Su alfa se molestó.
—No te preocupes por el pago, ya le mandé el dinero a Taehyun por mi cuenta en el banco. La propina también —dijo atento a los ojos del omega—. Soy Seo Changbin, por cierto.
—Felix.
—Lindo nombre.
Hyunjin carraspeó, ganándose la atención de los dos. Felix borró su sonrisa al verlo.
—Supongo que debería irme.
—¡Quédate un poco más! Los niños de segundo ya están por entrar a educación física. Podrías ver a Jeongin si quieres.
Pareciera que los ojos de Felix se iluminan ante eso. Hyunjin se le queda viendo con un poco de sorpresa, sintiendo su alfa enternecerse por la actitud del rubio. Es realmente tierno y lo conoce hace menos de diez minutos.
Ni siquiera han pasado cinco.
—Está bien. Podría inventar alguna excusa.
—Claro que sí, ¡yo te ayudo!
Felix y Changbin comienzan a caminar, olvidándose del alfa que sigue congelado en su lugar. Hyunjin todavía está repitiendo en su cabeza la sonrisa de Felix y siente su alfa queriendo acercarse a ese omega, realmente suena desesperado por ello.
¿Y qué se supone que significa eso?
—¡Espérenme!
Mientras que el timbre suena, Hyunjin llega a ellos todavía intentando calmar a su alfa. Sin embargo, este se ha puesto peor de tonto que él y lo obliga a gruñir cada vez que Changbin se acerca a Felix, quien no pone ni un mínimo de interés en él y eso lastima de sobremanera su orgullo.
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