Capitulo 6

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<<Hace 11 años atrás>>

Magdalena se encontraba en la escuela, era su último año de primaria. Sus compañeros hablaban entre ellos ya que la maestra se encontraba ausente. La mayoría charlaba sobre la pronta fiesta de graduación o locuras de preadolescentes. Por su lado ella solo se encontraba en silencio y sentada en su lugar mientras frotaba sus manos con lentitud para producir calor en sus frías manos.

La pequeña estaba perdida en sus pensamientos hasta que de pronto sonrió su nombre. Alguien la llamaba.

—¡Magdalena! —Se acercó Nuria, una de sus compañeras, observó que a su había un asiento vacío por lo que decidió sentarse al lado de Magdalena—. ¿Trajiste la Tarea de matemáticas que te pedí? —bajó un poco la voz, como si fuera algo secreto.

—Si, lo traje —Respondió mientras tomaba su mochila para sacar unas hojas las cuales estaban protegidas por una funda protectora de documentos—. Aquí tienes.

Los ojos de Nuria brillaron al ver la tarea de álgebra, la toma entre sus manos y le hechaba un vistazo.

—Solo veo letras raras y números, me salvaste la vida —comentó Nuria.

Finalmente, la muchacha se acercó a Magdalena para abrazarla, en eso aprovechó para dejar algo en su bolsillo, era dinero. Se acercó a su oído para susurrarle. 

—Ahí está el pago. Muchas Gracias.

—No hay de que, sabes que puedes contar conmigo para cualquier tarea o examen de matemáticas —Susurró Magdalena de vuelta.

En eso, el timbre había tocado, era la hora de salir al recreo. La pequeña Magdalena había comenzado a guardar sus cosas mientras Nuria la miraba. Tocó su hombro.

—Magdalena —dijo ella.

—¿Uh? Dime... —La miró

—Estábamos pensando con las chicas en ir a la fiesta de Esteban. Quizás podrías ir, siempre estás sola y pensábamos que podrías integrarte tal vez para que hagas más amigos.... —Nuria hablaba mientras la miraba.

—¿Quién es Esteban? —preguntó Magdalena.

—Es el chico que va creo que en dos cursos más que nosotras, el pelirrojo que es el presidente del centro general de alumnos.

Luego de escucharla, entreabrió su boca al recordar quién era.

—Vale ya veo quién es... Pero ¿No crees que es inadecuado ir a fiestas a altas horas de la noche siendo apenas unas niñas de trece o catorce años? No lo sé, por mi parte no creo que mi madre me deje —negó con su cabeza.

En el fondo si tenía deseos de ir, de vivir el <<sueño adolescente>> que cualquier chico pre adolescente comienza a fantasear a los doce o trece años de edad. Magdalena no era de tener muchos amigos ya que sus habilidades sociales no eran las más avanzadas, pero solía morir de ganas por vivir aventuras con un grupo de amigas.

Nuria giró sus ojos poniéndolos en blanco y volvió a mirar a Magdalena.

—Mira, si no puedes. Ve por el camino malo.

—¿Camino malo? —preguntó confundida.

—De las chicas algunas madres tampoco dejan que ellas vayan. Así que tenemos plan b.... Básicamente le dicen a sus madres que se quedaran en una pijamada en mi casa y ya. —Contestó Nuria con un tono relajado, como si ya estuviera acostumbrada a hacer eso.

Magdalena negó en múltiples ocasiones, claramente su madre no era lo suficientemente estúpida para creerse ese cuento sin haber llamado a la madre de la muchacha que invitaría a su hija a una pijamada.

Mientras soñaba tu nombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora