PARTE 2

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Capítulo 6: El Guardián del Bosque

"Bienvenido, elegido," leyó Sam en voz alta, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda. "Has sido transportado a este mundo para cumplir un destino que sólo tú puedes llevar a cabo."

En ese momento, un susurro suave, casi imperceptible, llegó a sus oídos. Sam se giró y vio una figura emerger de entre los árboles. Era un anciano de barba larga y túnica verde, que se apoyaba en un bastón adornado con hojas y enredaderas.

"¿Quién eres?" preguntó Sam, poniéndose de pie con la espada en alto.

"Soy el Guardián del Bosque," respondió el anciano con voz serena. "He estado esperando tu llegada, joven héroe."

"¿Esperando mi llegada? ¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde estoy?"

"Estás en el Reino de Eldoria, un lugar donde la magia y la naturaleza están entrelazadas. El libro que llevas contiene los conocimientos que necesitarás para enfrentarte a los desafíos que se avecinan. Pero primero, debes aprender a descifrar sus secretos."

Sam bajó la espada, aunque con cierta reticencia. El Guardián parecía inofensivo, y había algo en su mirada que inspiraba confianza.

"Ven conmigo," dijo el anciano, haciendo un gesto para que lo siguiera. "Te llevaré a un lugar donde podrás descansar y comenzar tu entrenamiento."

Capítulo 7: El Refugio del Guardián

Sam siguió al Guardián a través del bosque hasta llegar a una cabaña oculta entre los árboles. Era una construcción rústica pero acogedora, rodeada de flores y plantas medicinales.

"Adelante," dijo el anciano, abriendo la puerta. "Aquí estarás seguro por ahora."

Sam entró y se dejó caer en una silla junto a una mesa de madera. El Guardián le ofreció una taza de té caliente, que Sam aceptó agradecido. Mientras bebía, el anciano comenzó a explicarle más sobre Eldoria y su misión.

"Este mundo ha sido amenazado por fuerzas oscuras desde tiempos inmemoriales," dijo el Guardián. "El monstruo al que enfrentaste es solo una manifestación de ese mal. Pero hay más, mucho más, que debes saber y hacer."

Sam escuchaba con atención, sintiendo cómo la magnitud de su tarea se hacía cada vez más clara. Tenía mucho que aprender, y no mucho tiempo para hacerlo.

Capítulo 8: El Entrenamiento Comienza

Los días siguientes pasaron en un torbellino de entrenamiento y aprendizaje. El Guardián enseñó a Sam a usar la espada con mayor destreza, a leer los antiguos conjuros del libro y a entender la magia que impregnaba Eldoria. Sam parecía tener un talento innato para el manejo de la espada; aprendía rápido, sus movimientos se volvían más fluidos y precisos con cada día que pasaba. Cada sesión de entrenamiento lo fortalecía, tanto física como mentalmente, y se sentía más vivo que nunca.

Sin embargo, el libro antiguo resultaba ser un desafío diferente. Las escrituras eran complejas y, a menudo, incomprensibles para Sam. A pesar de sus esfuerzos, solo había logrado aprender un conjuro básico, lo que lo frustraba profundamente. El Guardián lo animaba a seguir intentando, recordándole que la paciencia y la perseverancia eran clave en el aprendizaje de la magia.

Una noche, mientras estudiaba junto al fuego, Sam tuvo una visión. Vio a su familia en su mundo original, viviendo sus vidas sin saber del sacrificio que él estaba haciendo. La imagen de su madre, preocupada por él, y su hermana, riendo y hablando sobre cosas triviales, le dio fuerzas renovadas. Sabía que todo lo que hacía era por ellas, y eso le daba el valor para seguir adelante.

Capítulo 9: El Llamado a la Aventura

Finalmente, llegó el día en que el Guardián consideró que Sam estaba listo para su primera misión. "Debes encontrar a una vieja amiga mía," le dijo el anciano. "Ella puede ayudarte a entender mejor los secretos de este libro. Su nombre es Elara, y vive en un pequeño pueblo al este del bosque. Ella tiene conocimientos antiguos y sabe descifrar estas escrituras."

Sam asintió, sintiendo la mezcla de miedo y excitación nuevamente. "Lo haré," dijo con determinación.

El Guardián le entregó un mapa antiguo y un amuleto protector. "Ten cuidado, Sam. Este es solo el comienzo de tu viaje, pero cada paso te acerca más a tu destino."

Sam se despidió del Guardián y, con el libro y la espada a su lado, se aventuró en el bosque una vez más. La luna brillaba en el cielo, iluminando su camino mientras se dirigía hacia el este. A cada paso, la determinación crecía en su pecho. Estaba listo para enfrentar cualquier desafío, sabiendo que el destino del mundo y de aquellos que amaba dependía de él.

El camino hacia el pueblo de Elara era largo y estaba lleno de peligros desconocidos. El bosque, que durante el día parecía un lugar lleno de vida y belleza, se tornaba sombrío y misterioso bajo la luz de la luna. Los árboles susurraban secretos en lenguas antiguas, y las sombras parecían cobrar vida propia. Pero Sam avanzaba sin vacilar, guiado por la luz tenue del amuleto que llevaba colgado al cuello.

Cada paso en su viaje era una prueba de su valor y determinación. Aunque el camino era arduo y lleno de incertidumbres, Sam estaba decidido a cumplir su misión, no solo por el destino de Eldoria, sino también por aquellos que había dejado atrás en su mundo. Con cada amanecer, el pueblo de Elara estaba un poco más cerca, y con ello, el siguiente capítulo de su destino se desplegaba ante él.

Capítulo 10: Encuentro en el Pueblo

Sam llegó al pueblo de Elara al amanecer, exhausto pero lleno de determinación. El pequeño asentamiento estaba rodeado de campos verdes y flores silvestres, un contraste con el oscuro y espeso bosque por el que había viajado. Los aldeanos, amables y curiosos, lo observaron mientras caminaba por las calles empedradas.

Al llegar a la casa de Elara, una cabaña acogedora situada al borde del pueblo, Sam sintió una presencia poderosa pero benévola. Tocó la puerta con nerviosismo y, tras unos momentos, una mujer de mediana edad, con ojos profundos y sabiduría en su mirada, abrió la puerta.

"¿Eres Elara?" preguntó Sam, sintiendo que estaba en el lugar correcto.

La mujer asintió, observándolo con detenimiento. "Sí, y tú debes ser Sam. El Guardián me habló de ti. Pasa, tenemos mucho de qué hablar."

Dentro de la cabaña, el aire estaba cargado de aromas a hierbas y especias. Elara le ofreció a Sam una taza de té y lo invitó a sentarse junto al fuego. Sam le contó su historia y le mostró el libro antiguo.

"He tratado de aprender, pero las escrituras son demasiado complejas para mí," admitió Sam.

Elara sonrió con comprensión. "La magia antigua no es fácil de dominar. Pero estás en el camino correcto. Déjame enseñarte."

"Héroe de Dos Mundos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora