Obra de la Naturaleza - TheAnthroDex

Capítulo 8: Firme

"Voy a sacarte de este lío" declaré con determinación. "Haré lo que sea necesario. Te prometo que te salvaré".

Me pasé el resto de nuestro tiempo juntos revisando mis cajas de Pokémon. La única forma de detener por completo a Don, y asegurarme de que nunca volviera a hacer estas tonterías, era quitarle a Meow de sus abusivas manos. Aunque él no estaría dispuesto a dejarla ir tan fácil, por lo que iba a necesitar Pokémon fuertes para derrotarlo. Sin embargo, mientras veía todos los Pokémon que capturé en mi aventura, e incluso al equipo que usé contra el Alto Mando, llegué a la conclusión de que no eran lo suficientemente fuertes. Don demostró tener talento natural en batallas Pokémon durante su juventud y quién sabe qué clase de Pokémon poderosos capturó durante sus viajes. Si iba a desafiarlo, iba a necesitar a un equipo totalmente imparable.

Una vez que el tiempo terminó, salí con prisa hacia el bar.

"¿Qué tal estuvo?" preguntó Don cuando salí de la habitación.

"Ella es una Pokémon estupenda" respondí, "Por eso, voy a liberarla de esta vida".

Don dejó escapar una risita. "¿Liberarla? Ella no es una esclava ni nada por el estilo, pero es mi Pokémon. Esta es su vida ¿Qué es lo que vas a hacer?"

"Voy a desafiarte a una batalla Pokémon. Si gano, Meow será mía", declaré con convicción.

"Oh ya veo. Otro desafío Pokémon. Lo aceptaré, pero ¿Qué obtengo si gano?" preguntó Don.

"Puedes tener lo que quieras. Dinero, todos mis Pokémon, no me importa" respondí, "porque voy a ganar".

"Vaya, parece que el sexo te dio un aumento de confianza, amigo" dijo Don con una sonrisa, para nada sorprendido de mi tono desafiante. "Bueno, me desafían a este tipo de cosas más seguido de lo que me gustaría. Por lo general son vejestorios con dinero que creen saber cómo luchar solo porque pueden comprar Pokémon fuertes. Suelen ofrecer diez millones de Pokécuartos como apuesta."

"Está bien para mí", respondí, sabiendo bien que no tenía ni de lejos esa cantidad de dinero.

"¡Muy bien! ¿Vamos a afuera?" preguntó Don antes de dirigirse a la salida.

"Aún no", respondí rápidamente. "No estoy listo todavía. Pero algún día volveré, solo necesito capturar unos cuantos Pokémon".

"Tómate todo el tiempo que quieras, amigo", dijo Don con una sonrisa confiada. "Pero tengo que avisarte que Meow viaja constantemente, así que puede que no esté aquí para cuando regreses. Solo espera unas semanas y apareceremos eventualmente".

Asentí con la cabeza en respuesta. Nos tomamos un momento para sonreírnos de forma mutua. Ninguno de los dos mostró señales de tambalear ante la autoconfianza del otro. Finalmente, salí del bar y me preparé para un largo viaje.

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Existían leyendas de que el Foso de Paldea albergaba una gran cantidad de Pokémon extremadamente poderosos. Pokémon tan fuertes que alterarían el equilibrio natural si llegaran a escapar. La razón por la que nadie podía entrar en el foso era para contener a los Pokémon secretos en su interior y asegurarse de que ninguno de ellos saliera. Por lo tanto, me encontré asomándome al borde del foso, mirando hacia las profundidades aparentemente interminables. No tenía idea de qué me esperaba allí abajo y ni siquiera tenía un plan para volver a la superficie. Aun así, eso no me detuvo de enviar a mi Talonflame y planear lentamente hacia el abismo.

Había muchos Pokémon que había visto en la superficie de Paldea. Venomoth, Girafarig y Corviknight por mencionar algunos. Pensé que los rumores sobre Pokémon fuertes eran falsos hasta que encontré un Pokémon que se parecía a un Delibird. Sabiendo que los Delibird eran, por lo general, débiles y dóciles, me sorprendí cuando este me atacó. Llegó con una fuerza descomunal, derribando a la mitad de mi equipo por sí solo antes de asustarse al quedarse con poca salud. Por suerte, parecía haber refugios esparcidos por todo el foso en los que mis Pokémon podían descansar. Aunque lastimó a mi equipo, el Delibird me dio algo de esperanza de que realmente había Pokémon poderosos residiendo en el foso. No iba a dejar que me tomaran por sorpresa la próxima vez, así que preparé a mi equipo para un asalto.