Ep.3

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Ari estaba confundida con la situación que había pasado con Rivers, su mejor amiga le había estando dando apoyo, pero para ella no era suficiente.

Necesitaba aclarar sus dudas, ¿Por qué se sentía tan atraída a la rubia?, a pesar de no estar en el mismo lugar Ari podía sentir la presencia de Rivers y su Omega interior rugía de felicidad, pero eso le preocupaba.

Y bueno, ¿han oído hablar de las personas que están destinadas a estar juntas?, pues tal parece que ocurre algo similar...

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Por otro lado Rivers no había podido sacar de su mente la imagen de Ari agitada y arropando su cintura con sus piernas, desde aquel momento no hacía más que pensar en ello.

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Ari se encontraba serenamente almorzando en las gradas de la cancha, ese día Nuvia había faltado a clases, por lo que la Omega se encontraba sola.

Hey.—una voz interrumpió los pensamientos de Ari, ella giro levemente su cabeza para ver de quién se trataba.—

Juan caminaba hacia Ari con una sonrisa de oreja a oreja, y con un balón entre sus manos.

Me asustaste, ¿Que haces aquí?—habló Ari, dedicandole una sonrisa al contrario e invitandolo a sentarse a su lado.

¿No es obvio?— Mencionó el alfa señalando el balón que sostenía.— Jugaremos un partido amistoso.

Oh sí, claro.— Ari rió nerviosamente, ante sus pensamientos no se había percatado del balón que Juan sostenía.

Y por lo visto tu aún no acabas de comer.— agregó Juan mirando la bandeja de comida que Ari tenía a su lado.

Aún tengo tiempo de terminar, no te preocupes por eso, ¿Contra quién juga...—. Ari no había terminado de formular la pregunta, cuando el equipo de Rivers entró a la cancha junto a ella.

Contra el equipo de Rivers.— Respondió Juan y se corrió de lugar acortando la distancia entre Ari y el.— ¿Por qué no te quedas a mirar el partido?

Me encantaria, pero tengo clases y no puedo saltarmelas.— mencionó Ari cabizbaja.

Bueno, en otra ocasión será.—Ari asintió y le dedicó una sonrisa a Juan, se levantó de su lugar tomando su bandeja de comida y siguió el camino para salir de la cancha, pero Rivers se interpuso.

¿Fresas y cerezas?—preguntó la alfa olfateando y acercándose a Ari.

Ari abrió los ojos, su aroma se había intensificado y eso significaba que su celo estaba cerca.

Ari apartó a Rivers, y salió corriendo de ahí en dirección hacia los baños. Al llegar se encerró en un cubículo un tanto confundida con la situación.

¿Por qué su aroma se intensificó?, claramente era porque los supresores ya no le hacían tanto efecto como antes.

Por otro lado Rivers se quedó fascinada con el aroma de Ari, todo el tiempo ese aroma inundaba sus fosas nasales y su loba interior aullaba de felicidad, pero Rivers no sabía específicamente por qué.

Al terminar las clases Juan buscaba a Ari muy entusiasmado.

Ari!!—gritó Juan para llamar la atención de la Omega. Ari giró hacía atrás para poder mirarlo.

¿Ya se te quedó la costumbre de asustarme, verdad?— mencionó Ari sarcástica y riendo bajo estando ya alado del alfa.

Un poco solamente.—Juan rió ligeramente mientras miraba a la Omega.

Dime, ¿que pasó?—preguntó Ari mientras reacomodaba ligeramente su bulto en su hombro.

Te buscaba para contarte cómo nos fue en el partido, e igual para preguntarte si me dejas acompañarte a casa.—Mencionó el alfa.

Claro, por mi no hay problema.—Ari le dedicó un sonrisa a Juan mientras asentía ante su pregunta.

Durante el camino hacia la casa de la Omega no hicieron más que platicar, le contó como había quedado el partido, 3-4 a favor del equipo de Juan, e igual aprovecharon hablar sobre sus gustos y pasiones. Juan también percibió el aroma de Ari, y lo hizo notar alagando éste.

Gracias por acompañarme, no tenías por qué.—habló Ari al llegar a la entrada de su casa.

No agradezcas, si quieres lo haré de ahora en adelante.—mencionó el alfa con una sonrisa un tanto nerviosa.

Bueno, de todas formas gracias por tu compañía.— Ari se despidió de Juan agitando su mano de lado a lado y con una gran sonrisa. La omega apreciaba la amistad de Juan, se sentía cómoda con el, cosa que no sentía con alguien que no sea su mejor amiga.


ENAMORADA DE UNA ALFA SIN SENTIMIENTOS /Rivari, Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora