CAPITULO 6. UNA OPORTUNIDAD.

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Yara se puso de pie, arregló su blusa y volvió al ascensor, miró fijamente a Mikayl y sonrió.
—¿Sabías que eres mata pasiones? Ve a darte un baño de agua fría, te hará bien. —dijo Yara y apretó el botón de cerrar.
Mikayl se puso de pie, paso sus manos por sus cabellos y rostro frustrado mientras se lamentaba.
—¡Joder! ¿Pero qué se cree está engreída? ¿Una experta en el tema? pues al parecer si, Yara.
Mikayl entro al otro ascensor y bajo, llegó al estacionamiento y no la encontró. Subió a su auto y salió en busca de ella.
Yara salió del ascensor, tomó sus cosas, subió al primer Uber que paso y fue a su departamento sin imaginar lo que vería.
Abrió la puerta subió a su habitación, dejo sus cosas y fue a la habitación de Aylin, sobre la cama con Igor.
Salió sigilosamente y volvió a su habitación, empacó lo que puso y volvió a salir silenciosamente.
Tomo el ascensor bajo y se quedó ahí, sentada sobre su maleta.
—Aylin e Igor están juntos, ya no me queda lugar aquí, sería un mal tercio, ah... Pero no creas que volveré contigo Alexey, eso no.
Mikayl había llegado y se quedó en el estacionamiento cuando la vio salir del ascensor y sentarse sobre su maleta, sonreía de verla como una niña a la cual castigaron por sus travesuras. La vio subir las cosas a su auto y la siguió y después de largo recorrido Yara entro a un hotel, pidió una habitación y fue guiada por el botones.
Mikayl bajo de su auto y pidió información.
—Buenos días, mi esposa me llamó que está hospedada  en este hotel.
—¿Cuál es el nombre de su esposa?
—Yara Elif Aksoy.
La recepcionista entregó la información y Mikayl subió.
Yara llegó a la habitación, dejó sus maletas y fue al baño, quitó su ropa y se metió en la ducha.
Mikayl llegó y escucho caer el agua, sirvió un vaso de whisky y salió a la terraza. Yara salió del baño envuelta en una toalla, y con otra secaba su cabello. Mikayl al verla así no pido resistirse más y caminó nuevamente al interior de la habitación.
—Te vez muy sexy así  como estás.
Yara dio un salto que su toalla cayó al suelo.
Mikayl la miró fijamente, recorrido su cuerpo mientras se acercaba muy despacio a ella. Yara cubrió sus pechos dando un lado atrás quedando entra la Mikayl y la pared, se miraron fijamente a los ojos.
—¿Que, que haces aquí? Cómo supiste que estaba aquí. ¿Acaso me estás siguiendo?
—Tu olor me atrae, eres mi esposa y donde estés estaré. —respondió mientras se acercaba a ella muy despacito. Su respiración era agitada, su pecho subía y bajaba.
—No soy sexy, está cica...—sus palabras fueron interrumpida, cuando Mikayl puso su dedo en los labios.
—Si no la tuvieras, no estarías aquí. No pensé decir esto en poco tiempo, pero me encantas mujer.
—Mikayl.
Mikayl unió sus labios la levantó y ella enredó sus piernas en su cintura. Camino y la dejo sobre la cama mientras besaba su boca, bajo por su cuello y llegó a sus pechos lamió cada uno de esos rosados pezones.
Yara arqueaba su espalda, eran nuevas sensaciones que descubría, se había centrado tanto en sus estudios que no se dio tiempo de experimentar ese tipo de experiencia.
—¡Aaah! Alexey. —gomia mientras Mikayl bebía de sus pechos, bajo por su vientre y llegó a su entrepierna.
Abrió las piernas de Yara y puso su dedo pulgar en ese sensible punto y empezó a masajear.
—¡Mmmm! —gomia y Mikayl jugaba con su lengua en su enterada y luego succionaba su clítoris.
—¡Aaah! Alex. —decía y hacia movimiento urgidos con sus caderas, Mikayl la penetraban con su lengua y sus manos estaban en sus pezones apretado los. Yara sentía su cuerpo estremecer, sus piernas se tensaron, su respiración era mas agitada y termino por correrse.
—¡Aaah! Álex. —pronunció su nombre. Mikayl continuó hasta que Yara quedó exhausta.
Mikayl quitó su ropa, se posesionó sobre sus piernas, mientras besaba apasionadamente a Yara, y ella respondía deseosa de volver a experimentar esa sensación electrizante que recorrió su ser, Mikayl se apuntó en su entrada y de una estocada estuvo dentro de ella. Yara hizo un fuerte gemido y clavo la uñas en sus brazos.
Mikayl al darse cuenta de que atravesó es barrera se quedó quieto y la miró, beso sus labios suavemente y sobre ellos preguntó.
—¿Por qué no me de tuviste? Yo creí que no eras virgen.
—No te pedí que pares por qué deseo más, quiero más. —respondió Yara moviendo sus caderas y el continuó muy despacio.
—Mi Leona es golosa.
—Enséñame, quiero aprender más.
—Lo que mi mujer pida. —respondió sobre sus labios, para luego profundizar ese beso que encendió más el deseo de tenerte.
Mikayl poco a poco aceleró las embestidas has estar muy dentro de ella causándole el placer más grande a Yara. Ella salía a su encuentro y así profundizando su entrega.
Yara nuevamente sintió su cuerpo estremecer, sus piernas tensarse y volvió a experimentar un nuevo orgasmo, Mikayl aceleró los movimientos al sentirla que se estremecía en su brazos y así juntos llegaron al climax.
Mikayl beso sus labios y se dejo caer sobre el pecho de Yara que subía y bajaba agitado.
Ella acarició sus cabellos mientras el cerraba sus ojos pensando y como decirle la verdad, que había cobrado una deuda y ella era la paga.
Se giró y la dejó sobre su pecho, mientras acariciaba sus rubios cabellos.
—Eres única, quiero que le demos la oportunidad a este matrimonio. ¿Te gustaría? —preguntó cuando ella se inclino lo miró y sonrió.
—El poco tiempo que estuve en esa fortaleza ví a una mujer. ¿Acaso tú y ella tienen una relación?  —preguntó Yara y Mikayl recordó a Tricia.
—No, ella no es nada en mi vida, solo es una mujer de momentos, que ya no necesitaré porque te tengo a ti.
—Más te vale, y claro que me gustaría darle una oportunidad a este loco matrimonio, pero yo seguiré con mi especialización y cuando ya termine mis estudios no iremos a Turquía. ¿Te parece? Allá mi padre tiene empresas las que dirigiremos Lin y yo, y tú estarás conmigo.
—Sera como tu lo digas mi Leona. Voy contigo al fin del mundo.
Mikayl abrazó a Yara, besó sus labios y se entregaron nuevamente a la pasión.

COMPRADA. En Las Manos Del .Mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora