CAPITULO 23. TE ENCONTRARÉ

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Ray cerró los ojos y respondió a la pregunta que Aylin le hizo de hace seis años atrás.
"Salí con mis amigas de fiesta, era mi primera salida nocturna en amigos, todos estaba aparentemente bien, bailamos reíamos y bebíamos.

Mis amigas ya eran experimentadas la única virgen era yo, y desde que tenía quince años me decían que era hora de tener mi primera experiencia, yo siempre respondí diciendo. Me conservaré para el hombre de mi vida, y siempre se burlaban de mi, cosa que jamás le di importancia, esa noche decidí salir antes la insistentes invitaciones de Cloe y Lita, pasaron por mi y cuando ya estaba empezando la madrugada pedí irnos, y todos se negaron, decidí irme por mi cuenta y antes de salir fui un momento al baño, al regresar me insistieron en tomar mi último vaso con bebida que no era precisamente alcohol.
Salí del bar dónde estábamos y fue lo último que recuerdo, cuando desperté, estaba en la cama de un hotel desnuda y confundida, mi cuerpo dolía y me ví con manchas de sangre, llamé a mi mamá y ella me llevó de inmediato al hospital donde me examinaron y encontraron rastros de ADN de dos hombres. Quise morir, sentía que todas mis ilusiones se habían muerto,  madre las llevó a juicio y no quise saber de nada, le pedí a mi madre que no deseaba saber nada de eso, y cuando me enteré de que estaba embarazada fue lo peor para mí, y entonces mi madre me llevó con Logan, recién se había graduado junto con mi hermano, y el me ayudó mucho, y entonces decidí tener a mi hijo sin importar que....el no tenia la culpa y míralo me hace feliz, y algún día cuando sea un hombre consiente del bien y del mal, le contaré esta triste verdad.
Aylin lloró tanto, no podía contener sus lágrimas, vio a Ray que a pesar de que era una adolescente, fue más valiente que ella, que era ya una mujer adulta y cobarde. Tragó el nudo en su garganta que no la dejaba pronunciar palabras, sus sollozos eran fuertes, y sintió su corazón doler tanto al recordar a su bebé, que ahora tendría seis años, seis años perdidos.
—Ray, yo fui una persona egoísta, pensé en mi, me centré en mi dolor, si hubiera podido abortar yo hubiera  matado a mi hijo, pero mi madre me convenció de que no lo hiciera, entonces decidí darlo en adopción.
Ray la miró sin juzgar ni reprochar, por que en su momento ella también pensó en eso, Pero, decidió no hacerlo.
—¿Nunca le realizaste una prueba de ADN? Para descartar la posibilidad de que no era hijo de tu prometido.
—A el no le importó si lo era o no. Pero yo no quise saber nada, nació y no quise verlo, salí de ahí dejándolo en adopción y vine a parar aquí en este país donde pasó todo aquello.
—¿Y no has pensado en buscarlo? No sé saber que fue de su vida. ¿No te gana la curiosidad?
—Como crees que vivo cada día, muero de dolor y arrepentimiento, escucho su llanto, sueño verlo alejarse de mi, y es asi cada noche, y cada despertar mi primer pensamiento es el o ella.
—Te entiendo, te comprendo por qué viví lo mismo que tú. Y te voy a dar un consejo aun que no me lo pidas, vuelve, ve investiga que sucedió con tu bebé y si puedes darle la oportunidad de que crezca a tu lado, por favor.... por favor Aylin, no lo dejes pasar, no importa si es hija de.... Lo importante es que es tuya, salió de ti. Amiga, hermana de la vida, por favor ve, busca a tu hijo o hija y perdonarte si te sientes culpable. Perdonarte para que puedas mirar  sus ojos y te vea en ellos sin culpa. No pierdas más tiempo, si me lo hubieras contado antes, antes estuvieras con tu bebé. Ve... no pierdas tiempo. Prepara tus cosas que Robert te enviará en uno de sus Jets a dónde tu le pidas.
Aylin sentía su corazón salir del pecho, se escuchaba ella misma, abrazó fuerte a Ray y agradeció a la vida por ese momento de sinceridad.
—Gracias hermana, gracias por aclarar mi turbio pensamiento. Voy, me voy a buscar a mi hijo o hija. Pero no te preocupes que yo volveré para el nacimiento de mi sobrino, y para la boda de Robert.
Aylin salió del jardín y corrió, subió a la habitación y buscó lo que necesitaba para el viaje.
Mientras ella se preparaba Ray  la vio correr y sintió que al fin ella sería feliz, cogió el teléfono y marcó a Robert.
—Pide un vuelo a dónde te lo pida Lin, decidió volver a enfrentar sus demonios que la han atormentado todo estos años.
—Que bueno hermana, ya era hora de que empiece a buscar su paz espiritual. —respondió Robert
Una hora después estaban en el aeropuerto despidiéndose de Aylin , con la promesa de que pronto volverían a encontrarse. Aylin se perdió por los pasillos que la llevaron a abordar el jet que la llevaría de regreso a Turquía.

COMPRADA. En Las Manos Del .Mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora