CAPITULO 31. UN SECRETO

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Raiza escondida mirando a través de las cámaras que ella había instalado pudo grabar lo sucedido con Mikayl y la rubia llamada Nohelia.
Luego de que se llevaron a Nohelia, y a Mikayl, fue a su habitación entró y retiró los archivos de grabación.
Salió de ahí sin ser vista, luego de un rato volvió  regresó y dejó las grabaciones que seleccionó dejar en los archivos, salió y se encontró con Misha.
—Que hiciste Raiza, el jefe se entera de esto y estás muerta.
—Corrección.... Estamos Misha, estamos, que no se te olvide que tú me diste la droga.
Misha agarró del cuello a Raiza y la apretó contra la pared.
—Te advertí que si algo sucedía no la cobrarías.
—Nadie se enterará.. Suéltame imbécil, me haces daño. —refutó Raiza, soltándose del agarre de Misha y tosiendo.
—Estúpido, no pasó nada más allá de una agresión, no logró hacerle nada a esa mojigata.
—Fue lo mejor, por que entonces los hermanos se hubieran matado.
—Sería mucho más fácil, Mikayl y Nikolay deben pagar por todo lo que han hecho. —habló con desprecio mientras apretaba los dientes.
—Ya supéralo Raiza, nunca fuiste más que un revolcón para el jefe, supéralo.
—No, estoy segura de que si no hubiera aparecido esa perra, Mikayl y yo estuviéramos juntos.
—No me hagas reír Raiza, tú y otras en la misma cama con el jefe. Eso es para perras como tú. —le recordó Misha y Raiza lo volteó de una bofetada.
Salió de los pasillos y fue a su habitación, miró la grabación y se vio ella vaciando el contenido en la taza.
Cogió la memoria y la rompió, y terminó lanzando la por el escusado.
Pasó todo el tiempo encerrada en su habitación y veía a través de las cortinas todo lo sucedido con Mikayl.
Las horas pasaron y dormía tranquila mente cuando escuchó los toques en la puerta de su habitación.
—¿Quien? —preguntó algo dudosa.
—El señor Mikayl necesita de tu presencia. —Habló Romanovich, y abrió la puerta, Mikayl siempre envió por ella con Romano y de pronto sintió un vuelco en su corazón. Abrió la puerta y lo vio ahí parado junto a dos hombres más.
—¡Mikayl! —expresó con alegría y momentos después quedando de piedra al ver a Romanovich hacerce a un lado cediendo el paso a lo dos hombres.
—Lleven la a los calabozos hasta segunda orden del jefe.
—¿Qué pasa Romano? ¿Por qué me envían allí?
Los hombres la arrastraron sin responder una sola pregunta.
Romano caminó a la habitación de Nikolay y no lo encontró.
Envió la grabación a su correo y salió para volver a su lugar de seguridad.
Los días pasaron, tres días en los que Mikayl estaba recuperado y siendo dado de alta.
—Mikayl, tengo que volver a Estambul, nunca antes dejé tanto tiempo a mis hijos. —dijo Yara. Mikayl la atrajo a su regazo rodeándola por la cintura.
—Amor, vamos por ellos, y volvemos aún tengo cosas que solucionar aquí. No Estoy en esto ya,  Pero mis empresas están aquí, Nikolay se fue y no se dónde está, necesito aclarar las cosas con el y buscar a esa mujer que el ama, necesito enmendar mi error.
—No es tu culpa, te drogaron.
—Yara,...
—Mikayl, no me digas nada, lo importante es que dejaste de hacerlo, que corregiste tu error, y lo sucedido no fue tu intensión.
—pero mi hermano no me creyó.
—Ya lo encontrarás y entonces aclarar las cosas.
—Cariño, vamos por nuestros hijos, y regresaremos. Luego cuando ya todo esté aclarado viviremos donde tú desees, sea allá en Estambul o aquí en Moscú.
—Viviremos donde estén las empresas establecidas.
—Será aquí, entonces.
Yara y Mikayl regresaron a la fortaleza, y Romanovich lo informó dónde se encontraba Raiza.
—Señor, Raiza está en los calabozos. ¿Que ordena para ella?
—Tengo que verla, tiene que hablar quien le ordenó hacer lo que hizo y por qué. —habló por el intercomunicador y ordenó atarla a una silla.
Miró a Yara y muy dentro de el deseó ser entendido por ella.
—Tengo que saber por qué lo hizo.
-No quiero saber tus métodos, te espero en nuestra casa. —dijo Yara despidiéndose de el.
Yara salió de la fortaleza, y comprendió que Mikayl a pesar de no pertenecer ya, a ese mundo de mafia, siempre estará rodeado de traidores que pondrán su vida en peligro. Y que tenía que actuar así por protegerse el y ellos tres incluídos.
—Será difícil este proceso, Pero estaré contigo mi vida, no te dejaré. Seremos una familia. —se dijo a asi mismo
Mikayl dejó a Yara en la residencia y el se dirigió a los calabozos.
Yara lo siguió sigilosamente sin ser descubierta.
Mikayl caminó a paso agigantados, llegó a los calabozos, cogió las llaves de forma brusca, caminó hasta la celda y la abrió.
—¡Zorra! ¿Con que propósito lo hiciste? ¿Quién te pagó? ¿Quién te ordenó hacerlo? —aseveró contra ella apretando su cuello con deseos de romper lo.
Raiza sentía que su mundo se oscureció, le faltaba el aire, cerró los ojos y se dejo llevar por la oscuridad. Mikayl la soltó dejándola caer sin importar que se golpeara.
—¡Esposa La a la pared! Tocando el suelo con la punta de sus dedos. —ordenó furioso.
—Reanimarla con agua helada. -ordenó y los hombres obedecieron.
Raiza gritaba al sentir la presión de las esposas incrustarse en su piel por el peso de su propio cuerpo.
—¡Quien te ordenó que lo hicieras?
—Nadie, nadie me ordenó hacerlo, solo deseaba que me tuvieras nuevamente como antes. Por favor, Suéltame, no me hagas más daño. Te amo Mikayl.
Mikayl se acercó a ella, apretó tan fuerte su rostro hundiendo sus dedos en las mejillas.
—Nunca te prometí nada, siempre fui claro contigo y el lugar que ocupaste en mi cama, así que no me vengas a decir que me amas, si bien que disfrutabas con los hombres que te follaban frente a mi, esa fue la prueba y no la pasaste.
Mikayl salió sin pronunciar más nada seguido por Romanovich.
—Señor. ¿Qué hacemos con ella?
—Averigua de dónde es cómprale una casa y envíala y que jamás pueda salir de su país, porque si regresa a fastidiarme la vida, no tendrá la misma suerte.
—Se hará al pie de la letra señor.
—¿Encontraron a Nikolay?
—No señor, desapareció sin dejar rastros. Solo su hombre de confianza sabe dónde está y no lo quiere decir.
—Lo importante es que este bien, aunque lo mal entendió todo.
—Señor. ¿Recuerda al hombre que encerró hace años?
—¿Para el mundo está muerto, Romano. ¿Qué sucede con el?
—Está muy enfermo. Pide hablar con usted.
—No tengo tiempo de atender a ese infeliz.
Mikayl salió de la fortaleza y fue a la mansión donde estaba Yara. Pero de su mente no salían las palabras de Romanovich.
"Está muy enfermo. Pide hablar con usted."
Llegó a la mansión donde Yara ya esperaba para regresar a Estambul.
Mikayl entró en la sala de Star y miró a Yara, sentía que tenía que decir esa versión que nadie sabía.
—Cariño, quiero compartir un secreto contigo. —dijo Mikayl tomando sus manos.
—Sabes que puedes confiar en mi. ¿De que se trata?
Mikayl recordó la historia de Aylin y contó lo que pasó después de rescatar a su hermano y la orden que dio Emir.
Yara miró fijamente a Mikayl, se puso de pie y caminó en dirección a la ventana.
—Si estuviera en el lugar de mi padre, no hubiera dado esa orden. -dijo sin parpadear mirando a la nada.
—Entiendo cariño Pero....
—Lo hubiera hecho con mis propias manos por cerdo y asqueroso. -lo interrumpió dejando a Mikayl sin palabras por lo que escuchó decir. Y ella continuó.
—La justicia no existe, y si se aplica es por que tienes que pagar. ¿Te imaginas cuantas mujeres están en esa situación?
Mikayl cerró los ojos, no podía mirarla a los ojos, ues el también hizo lo mismo con muchas mujeres, ahora tenía que vivir con eso en su conciencia.
Yara se giró y lo miró, se acercó a el y, acunó su rostro entre sus manos lo miró en completo silencio, estaba procesando el saber que su padre no era de ese mundo de ordenar una muerte y fue entonces que por fin había aceptado completamente lo que era Mikayl.
—Como hijos no elegimos a nuestros padres, pero si escogemos el camino a seguir para dejar nuestro propio legado. —dijo Yara.
—Ahora se que no te merezco. —dijo Mikayl.
—Pero soy yo quien te escogió y eligió aceptarte con todo y tus errores a corregir. No quiero que mis hijos sigan ese camino de violencia.
—No obedecí la orden de tu padre.
Yara lo miró y sintió un vuelco en su corazón.
—¿No?
—Está encerrado en un calabozo de la fortaleza en Berlín. Ahí lo dejé encerrado en el olvido y muerto para el mundo. Ahora está muy enfermo y pidió verme.
—Iremos a Berlín antes de ir a Estambul por nuestros hijos.
Yara y Mikayl dos horas después, salieron de la mansión con destino al aeropuerto, abordaron el jets y viajaron con destino a Alemania.
Las horas pasaron Yara sentía una presión en el pecho, no podía discernir con exactitud lo que le diría al tenerlo frente a ella, imaginar todos esos años el sufrimiento de su gemela por la ausencia de su hija creyéndola producto de una violación le estrujaba el corazón.
Ensimismada en eso y muchos pensamientos escuchó el aviso de la aeromozas decir que estaban a puro de aterrizar.
Desembarcaron del jet y salieron del aeropuerto, subieron al auto que los esperaba y fueron a la fortaleza.

COMPRADA. En Las Manos Del .Mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora