CAPITULO 19

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Mikayl volvió al hotel después de que Yara y los niños, junto a Dorian lo hicieron.
Subió a su habitación, fue al bar y sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo sorbo.
Caminó de un lado a otro y decidió salir de la habitación e ir al bar del hotel y recibió el mensaje del hombre que seguía a Yara.
"Habitación quinientos venite, ahí está la señora y los niños en la siguiente el hombre que las acompaña."
Mikayl sonrió ampliamente.
—Son míos, son mis hijos, mi Leona, te amo mi Yara hermosa. —expresó con toda la emoción desbordando en su corazón.
Salió de la habitación y regresó nuevamente, no podía presentarse así, tenía que planear un encuentro con Yara. La noche llegó y con ella el amanecer. No pudo dormir sabiendo que  a poca distancia tenía a su familia.
Se levantó, se duchó, cambió y bajó al salón, sentado en la mesa en un extremo los vio entrar, su mirada se encontró con la del pequeño Alexey.
Lo observó hablar con su madre y luego dirigirse en su dirección.
—¿Es usted Mikayl Shevchenko? —preguntó sin más, mirándolo fijamente.
Mikayl lo miró  sintió su corazón desbordar de felicidad y sonrió.
—En qué puedo servirle joven. —respondió con la seriedad que Alexey preguntó.
—Soy Alexey Aksoy, hijo de Yara Elif Aksoy. Brisa y yo somos tus hijos. —soltó de una y muy seguro.
Mikayl no esperaba esa confesión de parte su hijo así sin más. Quedó en shock sin poder ordenar las ideas, ni que decir.
Alexey lo miró achicó los ojos haciendo un gesto de negación.
—Crei que te interesaría saber de nosotros. Pero no te preocupes vivimos bien sin ti. —habló el pequeño sin parpadear, se dio vueltas para regresar a donde estaba su madre.
—¡Espera hijo! —dijo al momento de verlo irse. Alexey se giró sin inmutarse se volvió, caminó pasando por los guardaespaldas y siguió su camino.
Mikayl lo siguió hasta llegar a la mesa.
—Madre. —dijo llamando la atención de Yara, que se giró y quedó de piedra al ver al hombre tras de Alexey. Se puso de pie como en cámara lenta, miró a Alexey, a Mikayl y luego a Brisa.
—¡Es papá! ¡Mami mira a papi, vino a conocernos! —habló con ímpetu y corriendo a los brazos de Mikayl.
Sus corazones laten tan fuerte, Yara miró a sus hijos luego a Dorian, tenia sentimientos encontrados y estaba en shock.
—Niños, vamos, que mami tiene que hablar con el señor Shevchenko. —dijo Dorian poniéndose de pie.
—¡Nooo tío! Yo quiero estar con papi. —se negó Brisa haciendo pucheros y cruzando sus brazos.
Mikayl le habló dejando la en el suelo, se puso a su altura a acariciando sus rubios cabellos.
—Mi princesa hermosa, ve no el tío Dorian. Mami y yo tenemos que hablar.
—¿Te volverás a ir? —preguntó mirándolo con ternura.
—Nunca más mi vida, jamás me alejaré de ustedes.
Dorian miró a Yara y salió con Brisa y Alexey.
Yara sentía su cuerpo estremecer de los nervios, nunca se imaginó que el destino le tenia ese encuentro preparado. Suspiró profundamente y apretó sus labios.
—Siéntate por favor y hablamos.
—Alexey, Mikayl yo, yo no sabía que estaba esperando a mis niños cuando me fui. —fue lo primero que se le ocurrió decir.
—Tranquila, no te estoy reprochando, solo creo que aún, el mafioso más poderoso tenía derecho a saber que tenía hijos . ¿Yo no merecía ese derecho? —expresó Mikayl con destellos de dolor en su mirada.
—Lo siento Mikayl...yo..no quise volver por tu trabajo, no quise que mis hijos crecieron en ese ambiente donde ....subastar mujeres lo ven como algo normal.
—No te lo reprochó mi Leona, solo veo que me perdí tanto de ellos, que me duele tanto no haber estado contigo para consentirte, sentirlos dentro de ti, verte con tu pancita. Se que soy el culpable, que elegiste lo mejor para ellos.
Yara sentía doler su corazón, deseaba corre a sus brazos, pero no sabía nada de la vida de Mikayl. Que sucedió todo el tiempo de su ausencia.
—Si, elegí tu ausencia a qué ellos sepan esa verdad. Ellos creen que tu trabajo es viajar.
—Gracias mi Leona, gracias por cuidar mi imagen frente a ellos. Sabes, desde que te fuiste trabajé mucho por limpiar mi nombre, me hice de muchos negocios limpios para poder estar frente a ti.
—Pero el capital salió de la ventas de esas mujeres.
—No, no es así, empecé desde cero, para ser digno ante ti y mis hijos que no sabía que los tenía.
—No utilizaste ese dinero. ¿Un nuevo socio?
—Si, un nuevo socio y amigo. Igor, ¿Recuerdas a Igor? El fue mi socio capitalista.
—No sabía que tenía tanto. —respondió Yara y, Mikayl la miró, y dedujo que no sabía nada de lo que sucedió con Aylin.
—¿No tienes contactos con tus padres?
—No, corté comunicación con ellos desde que me descubrí embarazada.
—¿También con ellos Yara? ¿Ellos no saben de sus nietos? También se perdieron mucho de sus nietos.
—Te lo podían decir. —respondió casi en susurros.
—¿Entonces no sabes nada de Aylin.? preguntó Mikayl achicando los ojos.
Yara sintió un vuelco en su corazón al escuchar esa palabras.
Lo miró fijamente y preguntó.
—¿Qué pasa con Lin? Mikayl, contesta.
Mikayl suspiró profundamente y contó toda la historia de Aylin.
Yara no dejo de llorar imaginando lo que vivió su gemela.
—No puede ser. ¡Por dios! Mi egoísmo me hizo olvidar que... que mi hermana pudiera necesitar me.
—No lo sabías, no podías imaginar. No te sientas culpable. —Mikayl trató de calmarla.
—No Mikayl, no tengo justificación, tengo que volver. Necesito saber donde esta mi Lin, ella me necesita.
—Cuando desees volver iré contigo, no pienso alejarme de mis hijos.
Yara marcó el número de Dorian y en media hora estuvo ahí junto a Mikayl y Brisa.
—Papi, no te fuiste. —corrió la pequeña Brisa.
—No lo haré mi princesa . Nunca más me iré.
—¿Y tu trabajo padre? —preguntó Alexey. Madre dice que viajas mucho.
—Lo puedo manejar hijo, ustedes son lo más importante ahora que los tengo.
Mientras Mikayl hablaba con sus pequeños, Yara le contó a Dorian las razones por las que no volverán a Suiza.
—Si me necesitas, voy contigo Yara, aunque no creo sea lo correcto, Mikayl puede mal interpretar todo.
—Mikayl y yo no tenemos una relación, tu busca a Selin, yo no se cuánto tiempo tarde en encontrar a mi hermana.
—Está bien bonita, pero me mantienes informado de todo. Y si necesitas de un amigo, estoy a una Llamada de distancia.
Yara y Dorian se despidieron con la promesa de pronto volver a encontrarse.
—Cuiden a mamá mi niños, y ustedes también, cuídense mucho los voy a extrañar un montón. —se despidió Dorian y volvió a Suiza tres horas  después arreglar todo. Y ya todos abordando  sus respectivos jets. Yara no dejó de recrear en su mente todo lo que Mikayl le había contado de Aylin, sentía estrujar su corazón. Dolía saber aquello que sucedió, y más saber que no estuvo ahí para apoyar a su gemela. Las horas de vuelo fueron eternas para ella. Miró a Brisa dormir en los brazos de Mikayl y Alexey sentado junto a ella.
—Mamá. ¿Sucede algo,,? Te veo distraída, si es por padre, podemos volver a Suiza. —dijo,  Yara miró y sonrió a Alexey mientras acaricia su mejilla.
—No mi amor, ya arreglaremos los horarios para que pasen más tiempo con su padre.
—¿Entonces, que pasa? ¿Por que tan triste mamá?.
—Mi vida. ¿recuerdas a la tía Aylin? Te hablé de mi hermana. ¿Recuerdas?
—Si mama,. ¿Qué pasa con ella?
—Está desaparecida. Y necesito  encontrarla.
—La encontrarás mamá.
—Eso espero hijo.
—Que bueno fue conocer a papa, con el conoceremos a los abuelos y tíos. —dijo Alexey con una emoción que no demostraba.
—Lo siento mi vida, todos estos años los quise proteger. sin saber.
—¿De que nos proteges madre?
—Sentí miedo, y los protegí de mis miedos sin pensar en ustedes.
—Madre, te prometo que siempre te cuidaré.
—Y yo a ustedes mi niños.
Las horas pasaron entre conversas y miradas fugaces que se daban Yara y Mikayl. Estaban aterrizando en el aeropuerto de Turquía. Bajaron del avión y caminaron por los pasillos, salieron y subieron los autos que los esperaban por orden de Mikayl.
Yara sentía su corazón salir del pecho, por mucho tiempo estuvo sin saber de sus padres y ahora estaba ahí a unos minutos de distancia, respetaron su alejamiento y comprendieron sus razones, los autos se estacionaron y bajaron, Yara se paró frente a los portones y miró su lugar de crecimiento, vio a su alrededor y una lágrima rodó por sus mejillas. Los recuerdo de la infancia y adolescencia  feliz le llegó a su mente.
—De regreso al hogar, Pero ya nada es igual. —se dijo suspirando profundamente.
Mikayl se acercó a ella intentando tomar su mano.
—Mi... —Yara interrumpió sus palabras y lo miró.
—Yara Mikayl, para ti simplemente Yara.
—Está bien Yara, vamos.
Mikayl tomó de la mano a Brisa y a Alexey y, este tomó la mano de su madre. Caminaron a paso lento se acercaron a las puertas de la mansión h estás se abrieron.
Todo ahí dentro era un festejo de bienvenida.
Emir y Raphaella se acercaron mientras Yara sentía desvanecer de la emoción.
—Hija mía de mi vida. Por fin has vuelto. —expresó Emir con voz frágil.
—Perdón padre, perdóname por desaparecer y no decirles y compartir la vida de mis hijos con ustedes. Les presento a ....
—Alexey Aksoy abuelo, abuela, eres muy linda. —dijo Alexey abrazando a sus abuelos por primera vez.
—Yo soy Brisa Shevchenko Aksoy abuelos. —dijo Brisa sus apellidos.
Emir, Raphaella y sus hermanos estaban encantados con su llegada.
Todos pasaron al jardín para la hora de la comida cuando llegó Igor con la pequeña Gül.
—Hola familia. —saludó Igor al momento de llegar al jardín. Miró a Yara y sintió por un momento su corazón doler, veía a Aylin en ella, pues eran gemelas idénticas.
—Hola Yara, cuánto tiempo.
—Igor, que bueno que estás aquí. Mi sobrina es muy hermosa.
—Idéntica a su madre.
—La vamos a z encontrar.
Mientras Igor y Yara hablaban Gül corría a los brazos de sus abuelos.
—¡Abuelos! —corrió y gritó la pequeña pelinegra de ojos verde.
—Mi vida, que bueno que llegaste, ven te presentaré a la tía Yara, y a tus primos, Alexey y Brisa.
—Hola, Gül, soy Brisa y seremos buenas hermanas y amigas.
Alexey miró fijamente a la pequeña Gül y se acercó.
—Hola Gül, soy Alexey, y cuando sea grande tú serás mi novia.
—Noo, eso no ella es tu prima. —dijo Emir riendo ante la ocurrencias de Alexey.

COMPRADA. En Las Manos Del .Mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora