CAPITULO 9. NO ME BUSQUEN

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Yara habló mucho tiempo con Raphaella, trato de explicar lo sucedido, algo que  aun ella no tenía muy claro.
—¿Te das cuenta hija? ¿Ves que ni tu tienes muy claro lo que sucede? Algo no está bien, y tú padre va a investigar, ahora tu tienes que aclarar las cosas con Alexey antes de que tú padre se entere por su cuenta.
Yara suspiró profundo cerrando sus ojos
—Está bien madre, hablaré con mi esposo y luego con mi padre, no pasa nada. —dijo Yara sabiendo que pasaba muchas cosas no muy claras en su matrimonio.
Yara se despidió de Raphaella, sentía una extraña sensación que no podía descifrar, subió las escaleras despacio, fue a la habitación y vio a Mikayl en la terraza con las manos en los bolsillos mirando a la gran cuidad.
Yara miró su esculturas y ancha espalda, se acercó y lo abrazó.
Mikayl agarró sus manos y entrelazó sus manos.
Se giró y quedó frente a ella.
La miró fijamente, a uno su rostro entre sus manos y dejó un tierno beso en sus labios.
—No importa como llegaste a mi vida, lo importante es como la estamos construyendo, se que es  poco el tiempo para decir esto. Pero es lo que no corazón siente, te amo esposa mía, y nunca antes ame a otra mujer. —hablo sobre sus labios.
Yara lo miró y pidió saber toda la verdad de esas extrañas circunstancia en las que se conocieron.
Mikayl suspiró profundo y se armó de valor.
—La verdad, por favor.
—Yara, no sé por dónde empezar.
—Desde el principio mi vida, es más fácil entender.
—Bien, desde el principio es que mi familia, se dedica al negocio de..
—Dijiste que no tenías familia.
—La tengo, tengo un hermano gemelo, mi padre, y mi madre murio cuando nosotros nacimos.
—¿Gemelo? Vaya sorpresa. ¿Cuál es el negocio de tu familia? —preguntó Yara y Mikayl sintió tensar su cuerpo, jamás había estado en esa situación y le costaba mucho expresarse.
—Yara, te diré las cosas sin rodeos. Yo, no tengo un jefe, dejé a mi gemelo en mi lugar, yo era el jefe, yo soy Mikayl Shevchenko, y tú abuelo debía y mucho dinero a la organización y te entregó a ti por parte de pago, tu hermana fue traída por error.
Yara quedó paralizada por la declaración de Mikayl, parpadeó y tragó el nudo en su garganta.
—No, dime qué es una broma de mal gusto Alexey. —pronunció haciendo un gesto de negación.
—Cómo quisiera que así fuera, una broma de mal gusto.  Cómo quisiera que nos hubiéramos conocido en otras circunstanciada, Pero esa es mi cruel verdad. Leona, mi Leona escúchame, yo te...
—¿Y que pretendías hacer conmigo si no te hubieras casado conmigo.? —interrogó mirándolo fijamente.
—Amor dejemos ya esto, te amo, no quiero perderte.
—Contesta Alexey o Mikayl, como sea que te llames. ¿Qué pretendía hacer conmigo?
Mikayl caminó de un lado a otro pasando sus manos por sus cabellos sintiendo frustración.
—¡Contesta Alexey!
—Subastar te. —respondió cerrando los ojos tan fuerte.
—Perdóname. —susurró.
—¿Subastar me? ¿Me estás diciendo que el negocio de ustedes es la trata de mujeres?
—Yara mi amor. —dijo tratando de abrazarla.
—No me toques. No te me acerques. No te conozco Mikayl Shevchenko o Alexey, o como sea que te llames.
No quiero saber de ti, no vuelvas a buscarme, nunca más te me acerques. Dijo Yara retrocediendo evitando el toque de Mikayl.
—Leona mía, mi vida.
—Vete de aquí Alexey vete de aquí y no vuelvas ¡Vete! —gritó empujándolo a la salida. Mikayl salió del departamento, pego su frente en la puerta, empuñó sus manos, sentía coraje, impotencia de no poder cambiar las cosas, miró la puerta, y camino al ascensor bajó al estacionamiento, subió al  auto y salió a beber sin medir consecuencias. En su mente solo martillaban las palabras de Nikolay y las de Yara.

"Es un pago Mikayl, no lo olvides, recuérdalo para cuando ella decida irse, cuando se entere de que la cogiste por parte de pago."

"No me toques. No te me acerques. No te conozco Mikayl Shevchenko o Alexey, o como sea que te llames.
No quiero saber de ti, no vuelvas a buscarme, nunca más te me acerques"

—¡Aaaah! Maldita sea. —gritó apretando y golpeando el volante.
Mientras Mikayl sentía su mundo desvanecer en el alcohol.
Yara lloró silenciosamente en el sofá de la sala, no respondió llamadas ni mensajes, subió a su habitación, preparó laa maletas y salió dejando una nota.
"NO ME BUSQUEN, VOLVERE CUANDO SEA EL MOMENTO"
Entró al ascensor, salió del edificio, paró un Uber y fue directo a la estación del tren y casi treinta horas después estaba en Moscú.

Aylin.
Raphaella después de salir del departamento de Yara regresó al de Aylin. Emir estaba a la oficina recibiendo la información inmediata del detective.
—Desgraciado, como fue posible que hiciera algo así. —renegó al ver que sus hijas habían sido entregadas por Dimitri Koslow a Mikayl Shevchenko por deudas.
Salió de la oficina furioso.
—¿Que pasa padre? ¿Por qué estás tan alto?  —preguntó Aylin al ver su rostro pálido.
—Dimitri Koslow tenía deudas y ustedes fueron su paga.
Raphaella justo entraba cuando escuchó las palabras de Emir.
—¿Qué estás diciendo Emir? ¿Cómo es que ese hombre pudo hacer eso? Don sus nietas.
—No lo son, llevan su apellido Pero no lo don, el era padre adoptivo de Genevieve, por lo tanto por sus venas no corren la misma sangre.
—Padre, Yara se enamoro de su secuestrador.
—No parece una mala persona. —dijo Raphaella sentándose a lado de Emir.
—¿Hablaste con el? —preguntó mirándola, esperando una si.
—No, Pero lo ví muy poco tiempo y resultó respetuoso y amable. Por eso volví, de saber la traigo conmigo. Por dios mi niña en manos de ese hombre. se lamentó Raphaella.
—Voy a ver a mi hija, ella tiene que saber. —dijo Emir caminando a la puerta seguida por Aylin y su madre.
—Vamos contigo padre.
Subieron al auto y regresaron al departamento de Yara, subieron, tocaron y tocaron din recibir repuesta. Buscaron información del departamento en administración.
—¿Cómo que se fué, ¿Donde?  Es una emergencia, por favor abran esa puerta, somos sus padres.
U botones subió con ellos y abrieron la puerta entraron, buscaron por todos lados vieron que faltaban cosas de ella y luego vieron la nota.

"NO ME BUSQUEN, VOLVERE CUANDO SEA EL MOMENTO"
Emir cayó sentado en el sillón tras el. Suspiró profundo y cerró los ojos.
—¿A dónde fuiste hija mía? —se preguntó así mismo.
Salieron para ir al aeropuerto y buscar información y no encontraron.
Los días pasaron y por fin habían tenían información de Yara en Moscú.
—¿Hija, segura que estás bien? —interrogó Emir preocupado por su hija más delicada.
—Si padre, estoy y estaré bien. Yo volveré cuando sea el tiempo, debo poner en orden mis ideas.
—Está bien hija, Pero por favor, cualquier cosa, lo que necesites, no dudes en llamar y decir, tu madre y hermana estaremos pendientes de ti.
Emir y Raphaella volvieron a Turquía después de semanas pasar con Aylin.

COMPRADA. En Las Manos Del .Mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora