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Desde el escritorio miró mis notas,
caen desde el cielo con alas rotas.

En mi ser perdura un hueco,
desciende un hilo suelto.

Colisiona una muchedumbre,
es la sed y el hambre.

La necesidad de escuchar tu nombre,
me condena la incertidumbre.

Llámame está noche al caer las nueve,
hablemos mientras cae la lluvia.

Llámame por mi nombre de pila,
dime qué me llamas por una pesadilla.

Canta una canción en mi balcón,
escala hasta mi habitación y abrázame.

Sostén mis manos y besalas suavemente,
pronuncia las atrocidades que tienes en mente.

J.A

Mutación romántica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora