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\(^o^)/

En fin, feliz mes del orgullo a todos ♡

Yuji aun podía escuchar los gritos de sus padres por toda la casa

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Yuji aun podía escuchar los gritos de sus padres por toda la casa. Atravesaban las delgadas paredes, resonaban en los pasillos y rodeaban su habitación por las noches. No había noche que no los escuchara o que sus gritos hicieran que llorara en la cama, mientras buscaba un refugio en los brazos de Sukuna.

Se envolvió en las mantas mientras encogía su cuerpo para no seguir escuchando a sus padres afuera de su cuarto. La luz del pasillo iluminaba el suelo de la habitación, en donde había miles de pedazos de fotografías rotas. Sintió una opresión en el pecho al ver los pedazos rotos, cada uno de ellos eran fotografías que había tomado con Sukuna en cada una de sus citas y sus padres las habían roto y esparcido por el suelo en sus ataques de rabia.

Recordarlas hizo que el corazón le doliera un poco más, al menos lo suficiente para que nuevas lágrimas retomaran el camino por sus mejillas. Se colocó en el colchón dándole la espalda a la puerta mientras seguía envuelto en las mantas, aferrando sus dedos a la camiseta en un intento desesperado por tranquilizarse.

En un momento de fantasiosa calma, los gritos dejaron de escucharse y los pasos erráticos de sus padres tomaron rumbo a la puerta de su habitación. Yuji se dio la vuelta y vio la sombra alargada de sus pies por la parte inferior de la puerta que no llegaba hasta el suelo. Escuchó una mano tomar el pomo de la cerradura y comenzó a girar lentamente.

Primero vio la figura de su padre tras la puerta. La luz del pasillo lo iluminaba y su cuerpo se veía oscuro al estar del lado más iluminado, pero Yuji pudo ver la decepción en sus ojos tras las gafas, la forma en la que su cabeza veía el suelo con miles de recuerdos rotos en lugar de ver la cara destrozada de su propio hijo.

―Yuji ―susurró su padre, él no se movió y Yuji tampoco salió de la cama―, necesitamos hablar. Ahora.

La voz de su padre no admitía replicas. Yuji se levantó, no vio a su padre a los ojos ni a su madre que estaba al lado de él. Limpió sus lagrimas con la camisa y salió descalzo al pasillo, sintiendo los pedazos de las fotografías en las plantas de sus pies.

Caminó en silencio hasta la cocina y se sentó. Sus padres lo siguieron después poniéndose frente a él. Dejó las manos en su regazo, moviendo los dedos de forma nerviosa y evitando ver a sus padres a los ojos.

Sintió el movimiento de su padre al poner las manos en la mesa y la mirada sería de su madre que no daba tregua a ninguna réplica. Soltó un pequeño suspiro de los nervios, sintiendo que le temblaban los labios.

―Necesitamos saber sobre tu relación con Sukuna ―pidió su padre. Su tono de voz fue bajo y advertido de un silencioso regaño.

Yuji soltó un suspiro, pesado y cansado por la larga conversación que tendría. Incluso se sintió estúpido por la petición de sus padres. Eligieron hablar hasta que el sol se ocultó; después de encontrarlo en casa con Sukuna besando sus labios, lo separaron mientras le gritaban y maldecían. Habían robado sus fotografías, haciéndolas pedazos, habían dejado que llorara hasta el hartazgo y ahora, apenas en la noche habían decidido hablar y preguntar por Sukuna y su relación.

Danse Macabre | SukuItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora