Un Brazo Peludo

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Desperté con una ligera sensación de un sueño que acababa de tener, pero no logré recordar de que trataba dicho sueño, pegué un gran bostezo dejé de lado mis pensamientos y intenté levantarme de la cama, pero algo pesado me frenó bruscamente, bajé la mirada y tenía un gran brazo peludo rodeando mi cuerpo, "con razón" pensé, giré mi rostro para poder verlo dormido, y de repente empezó a roncar fuerte, me asusté, pero me dió tanta ternura que creo que si todos mis despertares son así, no me quejaría en lo absoluto.

Me acerqué a él para darle un pico en su mejilla derecha. Tenía el propósito de lograr despertarlo, pero un suave beso no lo lograría, así que fijé mis manos a su rostro y le dí un gran beso directo a su frente, esto sí hizo que despertara.
Su primera reacción fue sonreírme mientras se desperezaba al mismo tiempo.

—¡Buen día Nell! —me entrelazó entre sus brazos y nuestras caras quedaron muy cerca. — Esté es el primer "buen día" de muchos.

—¡Lo sé! —lo abrasé con mucha solidez— Me encantas, eres como un osito. —él soltó una pequeña risa y empezó a darme besitos en forma de caminito en todo mi rostro.

—¡Claus tenemos que terminar los regalos!

Norte se detuvo, quedó recalculando un par de segundos y al momento se levantó de la cama.

—No puedo creer que olvidé por completo la navidad, los regalos... los niños. ¡Es tu culpa por tenerme así de enamorado! —dice North un poco preocupado.

—Ay, que bonito que admitas que te tengo enamorado <3

—Es que... ¿cómo no estarlo? ¡solo mírate!

—¡AYYY! —me tiré a la cama y comencé a chillar de la emoción.

North comenzó a reírse al verme reaccionar así por sus palabras.

—Si no me lo recordabas seguramente me hubiera quedado en esta cama todo el día contigo. —dijo mientras comienza a desvestirse para ponerse su uniforme.

—¡Uff, pero que lindos músculos tienes! —me tiré hacía atrás exagerando mi reacción.

—¡Nell, no es momento!

—Solo un rapidín...

—¡Tú ganas!

♡🦌༄ ೃ 。⸙༘༘ ゚・

Nos retrasamos un par de minutos... pero logramos terminar de alistarnos
para ir al taller, pero al abrir la puerta nos encontramos con la sorpresa de que estaban todos los guardianes pegados a la puerta escuchando absolutamente TODO, entonces ellos cayeron al piso de inmediato, sus rostros cambiaron y nos miraron con total tristeza.

Conejo se levantó rápidamente y dijo:

—¡¡Perdonenos chicos, normalmente no somos entrometidos, pero estamos muy emocionados por ustedes que tuvimos que llegar a este extremo!!

Al instante de escuchar estás palabras comenzaron nuestras carcajadas.

—¡No hablarás en serio Conejo! —dijo Claus mientras se sostenía su barriga de la risa.

—O sea, entiendo que estén emocionados, pero la parte en que dices "no somos entrometidos" —retomé mí risa más fuerte— ¡sí que lo son, no se ridiculicen así!

𝗡𝗼𝗿𝘁𝗲 𝘅 𝗙𝗲𝗺𝗿𝗲𝗮𝗱𝗲𝗿 (El Origen de los Guardianes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora