CAPÍTULO 6.

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Historia creada, sin fines de lucro, para una actividad en el grupo de Facebook: La Morada Mística.
Los personajes pertenecen a Nagita & Igarashi.
Las imágenes fueron tomadas de la red.
Los tiempos y lugares fueron adaptados según lo necesitaba la historia.
El fic es completamente de mi autoría, no se acepta su reproducción parcial o total en ninguna plataforma o red social sin mi autorización.

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Un ruido suave empieza a filtrarse en mis oídos. No puedo moverme con rapidez, los brazos me pesan y no siento las piernas. El sonido es persistente, así que, frunciendo el ceño y comienzo a destensar mi cuello. La vibración a mi lado me hace elevar la cabeza de a poco y tomo conciencia de mi posición.

Estoy sentada en el piso, mi cabeza recién levantada de éste, estoy sosteniendo la mano de Stear y con las piernas dobladas, de ahí el malestar. Su cuerpo está temblando y su cabeza gira de un lado a otro, mientras repite constantemente un <<no>>. Me levanto de inmediato, aún entumecida, y pongo mis manos en sus hombros, que han empezado a levantarse de su lugar.

--¡No! ¡No! ¡Aléjense! ¡Déjenlos! -Habla, casi gritando.

Temo despertarlo, temo hacer un mal movimiento que desencadene una mala reacción en él, por lo que sólo me permito sostenerlo tratando de evitar que su cuerpo caiga del sofá, aunque, si eso ocurriera, definitivamente yo caería con él.

--Alistear. -Susurro.

--¡Yo no lo hice! ¡No! ¡Nooooooo! -Sus gritos son desgarradores y me calan el alma.

Veo a Nany bajar las escaleras apresuradamente, seguramente despertada por los gritos de Stear. Sus ojos me miran interrogantes, pero al notar mi desesperación, sólo atina a pararse a un lado del sofá, tratando de reconfortarme.

--Stear... --Lo llamo esta vez con su nombre acortado. -Despierta... --Suplico en un balbuceo.

--¡Pattyyyyyyy! ¡Nooooooooo!

Grita aterradoramente y sus manos viajan a mis hombros arrastrándome sobre él. Su agarre es apretado en extremo, siento como si fuera a romperme. Su pecho sube y baja precipitadamente, así que decido quedarme inmóvil sobre él. De a poco, sus manos me sueltan y se relaja, al igual que yo. Temo hablar, temo hacer algún mal movimiento. Por el rabillo del ojo noto que Nany ya está en la cocina, sabe que no puede hacer nada, pero su presencia me infunda fuerzas. Finalmente, siento sus movimientos y su respiración acompasada, y sé que ha despertado. Su abrazo no me suelta, así que elevo mi cabeza para verlo. Sus ojos están brillosos a causa de las lágrimas y de su despertar.

--¡Hola! -Hablo suavemente.

--¡Hola! -Responde y acaricia mi mejilla. Quiero quitarme de encima de él, pero no lo permite.

--¿Estás bien? -Pregunto.

--Nunca he estado mejor. -Dice y me regala una hermosa sonrisa. Temo preguntar si recuerda lo de ayer, así que decido quedarme callada.

--¡Buen día, dormilón! -Habla mi abue y él se gira a verla, sonrojándose al notar su presencia. Con cuidado me ayuda a quitarme de encima suyo y se pone de pie, arreglando su ropa. Se acicala lo mejor que puede y luego le regala una espléndida sonrisa.

--¡Nany! Una disculpa. No tengo por costumbre hacer esto con Patty... Yo... bueno...

--¡Ya, ya! Tranquilo. Me alegro de que no tengas por costumbre hacer "esto" con mi nieta, de lo contrario, acabaría ojerosa y pálida todos los días.

La doble intención en las palabras de mi abuela nos hace sonrojar, y en el caso de él, esconder una sonrisa. Miro a Nany, y me devuelve la sonrisa. Sé que está tratando de que avancemos un poco más con él para descubrir su estado actual.

DESPUÉS DE LA GUERRA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora