Capitulo-6
Lili Stuart
Ver a Caidan junto a mi hijo en brazos viro mi mundo al revés. Las palabras se quedan cortas para lo que sentí en ese momento, desde mi corazón queriendoseme salir del pecho hasta el pánico de que mi hermana o mis padres se dieran cuenta de lo que estoy viviendo.
Ni si quiera sabría cómo decirles, que ese sujeto que odiaban era Caidan, el amor de mi hermana, su futuro esposo. "Ese donador de esperma" como lo llama mi padre.
No sé lo que harían si está bomba explotará y sé que lo hará porque lo ví en esos ojos grises. Puede que a Caidan no le importe nada, porque es lo que me ha demostrado estos días y más cuando sigue enviando constantes mensajes a mi número insistiendo en que necesitamos hablar.
Cosa que no tengo tampoco el valor de hacer y más cuando lo tengo enfrente, que más que la vida me revuelve las hormonas.
Por otra parte él y Lili han sido tendencia en los programas de chismes y revistas. No pensé que alguien pudiera ser tan famoso. Pero ahí estaba el, amado por todo el estado y más de todo el país. Con fanáticos y fanáticas que lo aman.
Incluso una le escribió en su página de Instagram que le llevaría sus bragas de regalo como buena suerte para que picheara aún mejor.
Y no la culpo la foto era puro arte como Caidan, vestido con solo su uniforme que se abrazaba a cada músculo duro. El sudor brillaba bajos las luces del estadio, al igual que sus ojos.
Con solo recordarlo a la que le da ganas de lanzar sus bragas es a mí.
¡Basta!
Me regaño a mi misma centrándome en la realidad, en el aeropuerto donde veo salir a Harry mi salvavidas.
Vestido con uno de sus clásicos trajes azul claro, cabello perfectamente peinado hacia el lado de un color rubio cenizo. Oyuelos que resaltan siendo lo más bonito de su cara, y ojos marrones los cual brillan cuando me ve a la distancia y apresura el paso hacia mí, tomándome en sus brazos en un abrazo que nos hace girar .
- Te extrañe- declara besando mi cabello.
Y no sé que decir, sería una mentirosa si le digo que yo también. Una hipócrita y más cuando hace cinco minutos pensaba en otro.
Mi respuesta es una sonrisa cosa que el aprovecha para besarme.
Es un beso lento, que pide permiso y no consume. Se siente cómodo, se siente bien, sin chispa pero seguro. Le devuelvo el beso de manera automática.
- Regresaste rápido - es lo primero que digo cuando nos separamos y vamos camino al auto tomados de las manos.
- Sí, como te dije Damian pensó que sería lo mejor para coger inspiración para el nuevo proyecto, dice que estar lejos de ti afecta a mi musa- dice refiriéndose a su jefe que técnicamente es uno de los míos tambien.
- Seguro - sonrio y está vez soy yo la que le doy un guiño travieso.
- Por cierto es verdad qué tú hermana está con Caidan Remilton.
Y ahí la pregunta del millon y la que menos me esperaba.
- Es su prometido.
- Waooo y cómo es. Muero por conocerlo.
El fanatismo de no me lo esperaba para nada. Valla sé que le gusta el béisbol pero no pensaba que hace grado de emocionarse por conocer un jugador.
- Normal una persona - suelto sarcástica y muy sexy complementa mi conciencia.
- Qué te parece si los invitamos a cenar y así lo conozco.
- ¿Qué?- medio chillo y toso.- Digo no creo, Caidan seguro está ocupado con lo del compromiso y sus partidos al igual que mi hermana - suelto de carretilla.
Y su cara decae un poco.
- Bueno será para la próxima, seremos tú y yo está noche.entonces - me besa y asiento sonriente.
Me deja en mi casa y quedamos a eso de las ocho para una cena romántica. Duna se ofreció a quedarse con Eli, ya que mis padres están ocupados y Leila no es una opción, más si quiero a Eli lejos de Caidan.
Ya bastante tengo con evadir las preguntas de mi pequeño hijo sobre su amigo de carros.
Es increíble como tan solo en una salida se hubieran llevado tan bien, casi como si en el fondo la sangre los llamara.
En fin está es mi oportunidad para olvidar ese beso y todo.
Optó por un vestido rojo para lo noche que llega hasta mis tobillos y se abre en mi pierna derecha, unos tacones plateados al igual que la cartera y los pendientes y dejo mi pelo rojo suelto alrededor de mi cara, que complemento con mi pintalabios rojo.
Me siento satisfecha con mi reflejo.
Compruebo reloj y recogo mi cartera antes de salir cuando Harry me llama que está abajo.
Y salgo apresurada chocando con mi hermana que va ir igual de hermosa vestida, en este caso su color es azul y hace relucir el rubio de su cabello. Mi estómago se aprieta ante la idea de que seguro se va a encontrar con Caidan.
- Noche de fiesta- sonríe
- Algo así voy a cenar, Harry volvió a la ciudad.
- ¡Que bueno!, quizás quieran venir con nosotros Caidan me está esperando abajo.
Lo que me temia, mi corazón se acelera ante su sola mención y mis nervios se ponen de punta.
- No, - toso nerviosa y pienso en una excusa cuando Leila frunce su ceño hacia mí- No creo que a le parezca bien, digo es una cena romántica solos.- explico y espero que se trague mi discurso.
Para mi alivio asiente y ambas bajamos las escaleras camino a la puerta.
- Tú primero- indica cuando llegó abajo.
Y eso hago, esperando que Leila salga.
- Oh aquí estan- la voz de Harry me toma por sorpresa, ya que le dije en el mensaje que me esperara en el auto. Y más cuando me toma por la cintura y besa mi mejilla. Pero lo que me corta la respiración es esos ojos grises detrás de mi hermana, vestido con un traje azul que resalta su brillo.
Sus manos están en sus bolsillos y no sé que pasa por su cabeza pero sus ojos no se apartan ni por un momento de los míos, furiosos. Serios, fríos.
Le sonríe a Leila cuando está lo rodea y pega sus labios contra los suyos y siento un sabor amargo en mi boca mientras mi estómago se hunde.
Es un beso que dura a penas un segundo pero parece una vida entera.
Lo siguiente que sé es que el y Harry se hicieron buenos amigos, en a penas unos segundos. Y estoy siendo arrastrada a una cena de cuatros.
Una tortura.
De nada valen las excusas que quiera poner para intentar que esto no suceda.
![](https://img.wattpad.com/cover/368666114-288-k242295.jpg)
ESTÁS LEYENDO
"Mi cuñado es el papá de mi hijo"
RomanceLissa fue a las Vegas cuando tenía 18 años e hizo la mayor estupidez del siglo de entregarle su virginidad a un desconocido y regresar con lo que sería su mayor regalo nueve meses después. Tres años más tarde esos ojos grises se aparecen en su casa...