TaeHyung no iba a negar ninguno de sus antojos, jamás, para empezar nunca pensó que llegarían tan temprano, pero de un momento a otro tenía tantas ganas de comer todas aquellas uvas verdes, algunos trozos de sandía con yogurt y algo de crema batida encima, la insistencia por comer helado de menta granizada y de chocolate con un poco de miel de maple a cada hora era única, también estaba la obsesión por morder un limón puro con algo de pimienta y no podía olvidar de sus salchichas con mayonesa, salsa de tomate con pepinillos picados y un gran bote de mantequilla de maní, en su defensa sabía delicioso.
Y como es de creer el pequeño de ojos azules siempre era consentido por todo su equipo, especialmente por JungKook. Nunca tenía vergüenza en pedirlos, ni en levantar a su esposo a las tres de la madrugada para que le diera unas cuantas uvas, a pesar de que el pequeño refrigerador estuviera a unos cuantos metros de la cama, él estaba embarazado, ¿De acuerdo?, necesita sobrevivir.
Pero ahora, él no sabía qué hacer.
¡Se estaba volviendo loco!
Estaba comiendo su almuerzo en la gran mesa de comedor de la bonita suite de hotel, tan solo tenía una hora ya que pronto tendría que movilizarse al estadio para realizar una pequeña prueba de sonido y en la noche dar su concierto. Se encontraba sentado en el regazo de JungKook puesto a que era uno de esos días donde se negaba a separarse de él, JungKook, por supuesto no le importaba, siempre le hacía un espacio entre sus piernas para que el pequeño cuerpo de su esposo se sentara ahí y se apoyara en su pecho, y puede que quizás a la hora de comer era un poco complicado tener el cuerpo de TaeHyung encima suyo, pero el siempre hacía el esfuerzo de sostener por la cadera al amor de su vida y alimentarse con una sola mano.
El rubio sabía que JungKook estaba hablándole de cualquier cosa que haya ocurrido en el transcurso de la mañana, pero él no podía despegar su atención de la porción de comida del rizado.
El pollo estaba bien, a TaeHyung le encanta el pollo, acompañado de arroz con pimientos y una gran porción de ensalada - estrictamente recomendada por su doctor - pero él no podía dejar de ver los pequeños trozos de aquella verdura color verde que tanto detestaba y que por supuesto no la tenía en su ensalada.
Habichuela.
A su esposo le encantaba la habichuela, de eso no había duda, y solo por eso el aceptaba que la verdura esté en el refrigerador de su casa, nunca cortaba una y evitaba a toda costa tocarlas, JungKook decía que era un ridículo.
Pero ahora viéndolos fijamente, aquellas habían llamado su atención por quinta vez en la semana, claro que siempre que veía uno o a alguien comiéndolas se iba corriendo porque se negaba a probarlas y mucho menos sentir antojos por ellas, pero ahora que JungKook estaba comiendo tan malditamente lento, una fuerza extraña desde adentro suyo rogaba por ellas, una y otra vez.
Se negaba rotundamente a aceptar que era un antojo, porque era exactamente lo que sentía cuando anhelaba por sus queridas uvas y salchichas, y no podía simplemente pedir un plato lleno de trozos de habichuela, definitivamente no, había despreciado un montón las habichuelas y todo mundo sabía que las odiaba y se burlarían de por vida, el aún tiene un poco de dignidad, de acuerdo.
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little surprise on tour 𐙚 kooktae
Fanfictionfinalizada ⋮ luego de tanto esfuerzo, taehyung comienza su tan esperado tour mundial, con la mayoría de las fechas agotadas y siendo un éxito total. lo que nunca se esperó es el pequeño problemita que se le presenta casi al inicio de este. o, donde...