•|♔| Diecisiete |♔| •

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Primero del noveno mes. Reino de zafiro.

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Todos los trabajadores del castillo estaban como locos desde la mañana preparando todo para la celebración del cumpleaños número veintitrés del príncipe Jeon. Decoración del gran salón, la comida y arreglos por todos lados para que todo sea perfecto.

Y por supuesto, Gahyeon estaba super emocionada porque finalmente luego de semanas de trabajo los príncipes iban a vestir el vestido y traje que hizo con tanto esmero solo para éste día.

Por otro lado estaba el cumpleañero a penas despertando debido a los rayos de sol que ingresaban
por la ventana y le daban directo a la cara. Se llevó una mano al rostro para cubrir su vista y con la otra buscó el pequeño cuerpo de su esposo para abrazarlo, pero no logró sentir nada del otro lado de la cama.

Se sentó sobre la cama inmediatamente. Miró hacia su derecha y solo encontró un lugar vacío de sábanas arrugadas. Se asustó or un momento, pero rápidamente se relajó en cuanto el aroma a arándanos llegó a su nariz.

No había sido todo sueño.

Pero, ¿Donde estaba su esposo?

No solía despertarse temprano o antes que él, y mucho menos abandonaba la cama y habitación sin decirle. No se preocupó porque podía sentir a su omega de un humor muy bueno a través de la marca, o de lo contrario ya estaría buscando a quién asesinar por haber intentado algo contra su esposo.

Iba a levantarse de la cama para buscarlo, pero no fue necesario porque la puerta fue abierta y la figura de su amado ingresó trayendo el desayuno al parecer en la bandeja. No entró mirándolo, por lo que no se dio cuenta de que estaba despierto.

—Gracias, yo la cierro —dijo Taehyung agradeciendo al guardia por haberle abierto la puerta.

Cerró la puerta empujándola con su espalda, cuidando de que nada de la bandeja se le cayera. Alzó la vista desde la puerta antes de comenzar a caminar hacia la cama, y ahí fue cuando notó que el alfa estaba sentado en la cama con una pierna fuera de la cama y mirándolo con curiosidad y una sonrisa completamente encantada al notar la forma en la que su omega vestía el día de hoy.

Le encantaba que utilizara vestidos que dejaran ver la preciosa marca que ambos compartían, le gustaba poder verla perfectamente y le llenaba de orgullo y felicidad que Taehyung pareciera mostrarla contento también.

—Kook, no te levantes —pidió el omega acercándose a él con pasos cuidadosos.

Jungkook volvió a meter su pierna debajo de las sábanas y apoyó su espalda en el respaldo. No sabía
por qué no quería que se levantara pero si su esposo se lo pedía, él obedecía sin hacer preguntas. Dejó un espacio para que el omega se sentara, y así lo hizo éste luego de dejar la bandera sobre la mesa de noche.

—Buenos días, amor —saludó el alfa sin dejar de sonreírle.

Taehyung le sonrió también con un precioso color rosado en sus mejillas, y de acercó para besarlo de
forma tierna durante algunos segundos. Lo abrazó por la cintura y comenzó a restregar su mejilla en el
hombro contrario, disfrutando de su aroma.

—Feliz cumpleaños, Kook —dijo con tanta dulzura en su voz que el alfa realmente supo que sería un cumpleaños totalmente feliz.

El alfa rodeó su cintura con uno de sus brazos mientras acariciaba su cabello con la mano contraria, olía su cabello y aroma a arándanos y se sentía completo.

Cuando el omega se separó lo suficiente como para volver a mirarlo a los ojos, el mayor no desaprovechó y fue él quien unió sus labios una vez más. Saboreó el dulce de sus labios y notó que sabían a crema.

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