•|♔| Diecinueve |♔| •

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La suave melodía comenzó a escucharse por todo el gran salón; las miradas de todos los presentes
estaban puestas sobre la pareja en medio que comenzó a danzar al ritmo de la música. Mano derecha del alfa en la espalda baja del omega, y la de éste sobre el hombro contrario, sus otras
manos juntas y miradas conectadas brillando por y para el otro. Jungkook daba un paso hacia delante y
en consecuencia Taehyung daba un paso hacia atrás, luego hacia los costados sin perder el ritmo tal y
como habían estado practicando durante varios días.
Cada que la melodía llegaba a un punto significativo, Jungkook hacía girar a su esposo sobre su
propio eje, cautivando a todos los presentes con el movimiento que su falda hacía al girar. Taehyung se
detenía nuevamente frente al alfa, y cada que sus miradas volvían a conectarse sonreían porque
disfrutaban el momento.
La melodía cambió y los pasos dados hacia un lado y hacia el otro se hicieron un poco más rápidos,
pero no perdían la elegancia y delicadeza con la que comenzaron en ningún momento. Retirando su
mano derecha de la cintura de su esposo, Jungkook sostuvo su otra mano y la derecha la extendió un
poco hacia atrás mientras Taehyung se alejaba un poco para luego regresar a su pecho luego de girar
hacia él, deteniéndose nuevamente cuando estuvieron frente a frente.
No eran necesarias las palabras para saber como seguirle el ritmo o que hacer a continuación,
simplemente se miraban a los ojos y lo sabían.
Cuando la canción se volvió más lenta, se acercaron hasta que el menor posó sus brazos sobre los
hombros ajenos, y el mayor sostuvo su cintura como si fuera la cosa más delicada del mundo. Sus
movimientos no se detuvieron pero se volvieron un poco más lentos, todo se volvió más íntimo y la
intensidad de sus miradas no hacía más que volver encantador aquél baile hipnótico y bello.
No solo ellos danzaban a la par, sino que sus lobos parecían estar copiando sus acciones de una forma
más primitiva y animal, caminando en círculos alrededor del otro, pero eran igual de hermoso e íntimo
entre ellos.
Jungkook subió sus manos hasta llegar a los hombros descubiertos de su esposo, y continuó
acariciando su piel a medida que subía por sus a te brazos, hasta hacer que le menor levantara sus
brazos los suficientemente como para que esté se volteara dándole la espalda. No apartó sus manos de
la piel contraria en ningún momento; cuando la espalda del otro se apoyó en su pecho, él hizo que baja
sus manos a medida que regresaba por el camino anterior marcado hasta volver a sostener su pequeña
cintura.
Con movimientos lentos la canción comenzaba a culminar, pero ellos no tenían prisa. Taehyung estiró
uno de sus brazos, y el alfa le siguió tomando su mano; el peligris volteó su rostro lo suficiente como
para que el mayor dejara un suave beso en su sien, y luego otro detrás de su oreja, bajando y dejando
uno sobre la marca logrando estremecer al omega, y uno final en su hombro.
La canción comenzó a bajar su intensidad y melodía cuando Taehyung volvió a voltear y conectar
miradas con su alfa. Sus manos descansaban en el pecho ajeno y su cintura era rodeada con ambos
brazos de manera protectora, y se sentía tan bien aquello. Sus rostros se acercaron hasta juntar sus
frentes, y la música llegó a su fin dejando un beso pendiente que estaba a nada de ser dado.
Ambos permanecieron mirándose el uno al otro, y les fue inevitable sonreír ante todas las sensaciones
y sentimientos que abrumaban los corazones de ambos. Jungkook sonreía porque se sentía el hombre
más feliz y afortunado del mundo, y Taehyung solo podía hacer eso en vez de llorar por sentirse tan
amado como siempre creyó imposible.
Los repentinos aplausos hicieron que ambos se dieran cuenta de que no estaban solos y los hizo salir
de su burbuja creada solo para ellos. Taehyung bajó la mirada sintiéndose avergonzado ante todas las
miradas que los vieron de esa manera tan íntima para él, y Jungkook solo pudo admirarlo sin dejar de
sonreír en grande.
Al alfa dejó un beso en su frente y volvió a apoyar su frente contra la suya haciendo que el otro
volviera a mirarlo. —Seguimos siendo solo tú y yo, amor —susurró solo para que él lo escuchara.
Taehyung solo pudo asentir, y se calmó a si mismo cuando apoyó su mejilla sobre el hombro contrario
y el aroma de su alfa inundó todos sus sentidos.
Jungkook lo abrazó contra si con delicadeza, y levantó la mirada para dirigirse a las personas que
seguían observándolos como si fueran una maravilla viviente. —La pista es suya ahora. Disfruten —dijo alzando la voz lo suficiente.
Aunque bailar luego de observarlos a ellos no era tan emocionante, porque no iban a verse tan
malditamente perfectos el uno con el otro. Eso no fue solo un baile, esa fue la demostración del amor de
ambos, eso fue la muestra a todos los que dudaban de los sentimientos reales de ambos hacia el otro,
de que estaban completamente equivocados.
Fue más que un baile, fue una demostración de amor tan hermosa como peligrosa, porque ese
matrimonio no podía ir más en serio y en pocas palabras: el heredero del reino más poderoso no tenía
un esposo, tenía a su amado y futuro padre de sus cachorros y por ende, cualquiera que se atreva a
hacer o decir algo en contra de ese omega o su matrimonio, iba a conocer en infierno en la tierra.•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
La noche estaba avanzando de manera agradable, y para sorpresa de muchos el omega peligris
parecía mantener una conversación amena y agradable con la princesa del reino amatista. —Ya te digo yo, esa celebración se vuelven un caos y luego es imposible caminar por las calles sin el
temor de que alguien te golpee sin querer —dijo Jieun totalmente indignada mientras le contaba acerca
de una celebración anual que se hacía en la plaza central de su reino para celebrar la primavera. —Suena divertido de todas formas, me gustaría asistir algún día —respondió Taehyung sonriendo
emocionado—. En mi antiguo reino, cuando servía a la familia real, casi asisto junto al príncipe Park
pero...Los reyes no le permitieron asistir porque lo castigaron —contó con un tono de melancolía. —¿Con el príncipe Park? —preguntó ella sorprendida. —Sí. Yo era su dama de compañía —respondió orgulloso—. Supongo que todo el mundo sabe lo que
sucedió el día de la boda...Lo fui hasta ese día —dijo apenado. —Rumores sobre lo que ocurrió ese día hay muchos, pero solo ustedes saben la verdad así que... —
dijo ella queriendo saber pero no atreviéndose a preguntar por miedo a que se ofendiera—. Solo deja
que sigan pensando cualquier cosa. —No les doy importancia realmente, pero lo que me preocupaba era la reputación de Jungkook y que
los rumores fueran un problema para él —sonrió leve y jugó con su alianza—. Pero a él no le importan.
Eso me calma.
Jieun lo miró y luego le dio una rápida mirada al príncipe Jeon. Recordó el momento en el que
bailaron y el sentimiento de verlos juntos debió de sentirlo no solo ella sino cada persona presente. Sea
Taehyung de la raza que sea, del rango social que sea, Jungkook lo amaba.
Se podía notar en su mirada absolutamente todas las cosas que no se decían en el momento. —No conozco demasiado al príncipe... —dijo ella volviendo a mirarlo—. Pero nos conocemos desde
siempre por reuniones como ésta y demás celebraciones en las que nuestros reinos siempre están
invitados, y es la primera vez que se lo ve interesado en alguien...Bueno, se casó contigo y te mira como
si fueras lo más hermoso que tiene en el mundo, ¿Entiendes lo que quiero decir?
Taehyung bajó la cabeza algo apenado y negó, porque realmente no sabía a qué se refería
exactamente o a qué quería llegar con eso. No era por alardear, pero él tenía la suerte de saber que
Jungkook lo amaba, porque así se lo demostraba cada día, ¿Eso era lo que quería decirle? —A lo que me refiero es que, nunca se supo que amara a nadie, y ahora lo hace. Te ama como nunca
amó a nadie, o al menos eso es lo que nos deja ver a todos, y eso es mucho más importante o fuerte que
cualquier opinión ajena —bebió un poco más del vino que estaba en su copa, y le sonrió leve—. Estoy
segura de que le pidas lo que le pidas, él no va a negartelo o a decirte que no puede hacer tal cosa. —N-No creo que sea tan así —respondió él—. Puede que me ame mucho, pero hay un límite para todo
y cosas que quizás no quiera hacer o no sea bien visto...Las reglas están para cumplirse y las
costumbres para seguirse, después de todo —suspiró leve y su sonrisa se borró—. Él ya ha incumplido
las costumbres de su familia al casarse con un omega que no es ni siquiera un noble, fue considerado
de muchas formas desagradable seguramente solo por eso... —Créeme que debe de ser lo que menos le importe en el mundo, la opinión de aquellos que son
menos que su persona o tienen menos poder —dijo ella con algo de diversión—. Si yo tuviera el poder
que tiene él, no habría cosa que me interese menos que las opiniones ajenas sobre mis acciones, porque
nadie podría cuestionarme. —A Jungkook no parece importarle absolutamente nada, de eso me di cuenta en cuanto me pidió
casarme con él —dijo sin poder evitar soltar una pequeña risa, que luego desapareció dejando lugar a
una mueca de tristeza—. Incluso no le importa la opinión de los reyes. —Puedo suponer que no estuvieron de acuerdo en su matrimonio. Mis padres me matarían si les digo
que quiero casarme con alguien con un rango en la sociedad menor al de la realeza, ni siquiera
permitirían que me casara con un noble —dijo rodando los ojos. —Los reyes no me quieren —dijo con pesar, mirando de reojo a sus suegros, que permanecían
sentados en sus tronos, mirándolo de manera despectiva de vez en cuando—. La reina me odia. —Bueno, te odien o no, estás aquí ahora, ¿Cierto? —dijo sonriendole más en grande—. Solo míralo —
apuntó al príncipe Jeon, y el omega volteó a verlo—. Nunca lo he visto tan feliz en todos los cumpleaños
a los que hemos asistido.
Taehyung no supo que decir cuando fue consciente de la felicidad ajena a través no solo de la marca,
sino que podía notarlo en esa preciosa sonrisa que su alfa tenía mientras charlaba con una de las pocas
personas que podía considerar amigos cercanos, mientras sostenía una copa de vino en su mano
derecha. —Solo es cuestión de tiempo para que las cosas mejoren, siempre pienso eso —respondió él sonriendo
también mientras observaba a su esposo a unos metros.
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Taehyung se dejó caer en la cama cuando terminó de alistarse para dormir, y cerró los ojos sintiendo
el suave colchón en su espalda destensar todo su cuerpo. —Estoy agotado... —dijo, soltando un suspiro largo—. Fue un largo día ¿La pasaste bien? —preguntó
volteando a ver a su esposo, que estaba quitándose la camisa a los pies de la cama.
Jungkook lanzó la camisa a algún rincón de la habitación, y se subió a la cama para luego colocarse
sobre el omega sin tocar sus cuerpos aún. —Fue un día maravilloso —respondió con una sonrisa landina, para luego acercarse y dejar un beso
juguetón en sus labios—. Y todo gracias a ti, amor.—No digas esas cosas, me avergüenzo —se quejó no en serio, llevando sus manos a su rostro para
cubrirlo con ambas manos.
Aunque solo lo hizo por unos segundos porque luego volvió a mirarlo y se encontró con la mirada
intensa del alfa sobre sus labios. Inconscientemente los relamió, y eso solo hizo que el mayor se
acercara para comenzar a besarlo como tenía ganas de hacerlo desde hace horas; sin dejar un lugar de
su boca sin probar, demandante e incluso ingresando su lengua hasta enredarla por completo con la
suya.
Las fuertes y grandes manos del alfa fueron hacia sus muslos por debajo de la falda del vestido
pijama, acercando su cuerpo al contrario para que el omega pudiera acariciar toda su fornida espalda a
su gusto, y quería tanto que lo rasguñara en esa zona...
El sonido chicloso del beso, los jadeos soltando aire y los suspiros buscándolo luego lograron hacer
que la temperatura de sus cuerpos subiera lo suficiente como para hacerles saber que el camino por el
que estaban yendo sin retorno no era seguro. —J-Jungkook... —llamó cuando sus labios pudieron ser liberados por un momento. —Quiero hacerte el amor —gruñó contra sus labios, mirándolo con intensidad y pupilas algo dilatadas —. ¿Me dejas?
Uy.
Taehyung podría llegar a decir que no, pero sus entrada comenzando a lubricarse poco a poco para
recibirlo decía otra cosa completamente distinta. Le avergonzaba tanto pensar en hacerlo con él
estando completamente cuerdo, que no podía mirarlo a los ojos. —Pero, no tomé la infusión... —dijo recordándole ese pequeño pero muy significativo detalle.
Sí, cuando su celo finalizó, el alfa le dijo que esas infusiones eran anticonceptivas y que tuvo que
mentirle porque su lobo pedía por cachorros que él sabía que el omega no quería tener aún. Taehyung
no pudo estar más agradecido y encantado con eso, porque no es que no quisiera tener cachorros pero
no era el momento adecuado, y ambos lo sabían. —Antes de llegar a la habitación le pedí a Lucy que preparara una —informó sin dejar de besar y
lamer la piel de su cuello—. No debe de tardar en traerla. Solo tienes que decirme si podemos hacerlo o
no, amor.
Taehyung lo pensó solo dos segundos y luego asintió. Porque, joder sí. Quería volver a sentirlo aunque
sintiera toda la vergüenza del mundo en ese momento.
La puerta fue tocada y Jungkook sonrió ansioso. Él caminó hacia la puerta para recibir el cuenco con
la infusión, se la entregó a su esposo diciéndole que se tome su tiempo para beberlo, que no había
apuro porque la noche era toda suya.
El alfa se había acomodado en la cama, apoyando su espalda en el respaldo de la cama, mientras que
el omega se sentó a la orilla de la cama para cuando terminara de beber dejara el cuenco sobre la mesa
de noche. Cuando ya no quedó ni una sola gota, dejó el cuenco a un lado y se volteó para subirse a la
cama y gatear hasta quedar a horcajadas del mayor.
Le gustaba mucho estar sobre el regazo del mayor, era cómodo y a la vez tan excitante en momentos
como éstos.
Jungkook agradeció tanto que Gahyeon le haya dejado esa noche un pijama de seda color vino que le
llegaba a los muslos y que se desabotonaba por la espalda, porque iba a poder desnudarlo él mismo.
Debía de aumentarle el sueldo a esa mujer.
Sus manos fueron hacia la espalda del omega para comenzar a desabrochar botón por botón, sin prisa
alguna. Sus labios se encargaban de dejar pequeñas marcas que serían visibles los próximos días, y
mientras que las manos del omega viajaban por sus hombros y espalda contraria, alzando el rostro para
poder dejarle más espacio a los labios de su esposo. —No tienes idea de lo mucho que adoro tu aroma —comentó el alfa mientras pasaba su lengua por las
clavículas ajenas—. Tu piel tiene un sabor parecido, dulce y tan embriagador...
Taehyung nunca sabía que responder a ese tipo de comentarios, y tampoco sabía si debía de hacerlo o
no. Solo se limitaba a disfrutar que sus palabras, aunque a veces eran un poco fuertes y solo le
provocaban aún más vergüenza.
Un escalofrío le recorrió la espalda cuando las finas tiras de su vestido pijama fueron bajando por sus
hombros, comenzando a dejar su pecho al descubierto. La prenda fue retirada por completo, y el omega
solo quedó con unas finas bragas del mismo color y material que su pijama, completamente a la vista
del mayor. —Tan hermoso... —halagó recorriendo cada centímetro de esa acanelada piel que a sus ojos y a los de
cualquiera era tan deseable—. Eres hermoso, Taehyung... —se acercó y dejó un beso húmedo en uno de
sus pezones, para luego levantar la mirada hacia sus ojos—. Lo sabes, ¿Cierto? —¿Sí? —respondió no tan seguro. Demasiado concentrado en no gemir al sentir las manos contrarias
en su trasero. —Deberías de tenerlo muy en claro, amor —dijo tirando de la ropa interior contraria—. Porque eres el
omega más hermoso del mundo, y todos hoy se dieron cuenta de eso...
La ropa interior del omega fue rasgada casi con furia pero sin llegar a lastimarlo de ninguna manera.
Taehyung soltó un gemido de sorpresa ante eso, y solo alcanzó a mirar al alfa con ojos brillantes debido
a la excitación que iba en aumento. —Todos los ojos puestos en ti —sin previo aviso atrajo al otro dela nuca y con su otra mano comenzó a
jugar con la entrada húmeda de su esposo—. No sabes cuántos alfas y betas, hombres y mujeres te
veían de esa manera que me daban ganas de asesinarlos a todos...Taehyung soltó un gemido alto ante la sorpresa y el placer que sintió cuando el dedo índice del alfa
ingresó en él, y la calida lengua contraria comenzó a remarcar la forma de su marca. —Pero no importa eso, no mientras sigas siendo mío y únicamente mío —comenzó a meter y sacar su
dedo a la vez que lo movía en círculos, volviendo loco al omega—. No importa mientras sepan que eres
mío. Sé únicamente mío y entonces no voy a tener que preocuparme por nadie...
Volvió a besarlo con intensidad a la vez que un nuevo dedo fue introducido, y el menor solo podía
gemir contra sus labios moviendo sus caderas en busca de más contacto. —¿Eres mío, amor? —preguntó contra su oreja, mordiendo el lóbulo con delicadeza—. Dímelo. Dime
que eres solo mío. —Y-Yo...Aahh...sí —respondió Taehyung como pudo.
Para hacerlo más complicado para él, el alfa logró dar con su punto más sensible y pensar o
responder algo le era extremadamente difícil. Solo podía gemir contra su boca, casi llorando de placer
al sentir el pene completamente erecto del alfa rozar su entrada cuando éste lo acomodó para quedar
justo sobre su entrepierna. —Si me lo dices, vas a tenerlo, amor —dijo rozando sus labios, alejando su mano de la entrada del
menor para comenzar a masturbarse—. ¿Lo quieres?
Taehyung soltó un jadeo necesitado, y asintió varias veces. El muy cabron de Jungkook solo lo mirada
divertido en espera de una respuesta verbal, soltando leves gemidos mientras se daba placer a si
mismo, tentando al omega.
Bien, pero ambos podían jugar de esa forma. —Aahh...cariño... —gimió llevando una mano a su propia erección, mirando fijo y con mejillas
sonrosadas al alfa.
Eso fue demasiado.
Los ojos de Jungkook se volvieron azules, y un gran gruñido salió desde el fondo de su garganta.

Definitivamente te lo daré.

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