•|♔| Veinte |♔| •

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Cinco días después. Castillo de zafiro.

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—Sí, vine a visitarlo —respondió separándose para sonreírle en grande—. Oh, lamento mi falta de
modales —dijo apenado, y luego hizo una respetuosa reverencia hacia ambos—. Buenos días, príncipe
Jungkook. Gracias por permitirme ingresar al castillo. —Ya me has saludado, Hoseok —respondió el alfa divertido, y despeinó su cabello de forma juguetona —. Y no tienes que agradecer, Tae y yo te tenemos mucho cariño, eres un invitado especial.
Hoseok sonrió en grande y les agradeció por considerarlo alguien especial. El señor Jung se acercó
también y saludó al omega príncipe con una muy respetuosa reverencia. —Es un placer volver a verlo, alteza —dijo el hombre con respeto—. Déjeme agradecerle una vez más
por haber ayudado a mi hijo en su presentación. —Me alegró ayudarlo en algo tan importante como eso —respondió Taehyung acariciando el cabello
castaño del omega con cariño—. Hablando de eso, ¿Cómo te sientes ahora, Hoseokie? —preguntó
volviendo a ver al menor. —Uummm... —el pequeño miró de reojo a su padre y a Jungkook, luego bajó la mirada apenado,
evitando responder frente a ellos.
Taehyung comprendió cuál era el problema y le sonrió queriendo transmitirle seguridad. Se volteó
hacia su esposo y llamó su atención tomando su mano leve. —Iremos a pedir algo para comer y beber, e iremos al mandap a tener una charla entre omegas —
avisó queriendo hacerle saber que el pequeño no quería hablar de ese tipo de cosas frente a ellos—.
¿Puedo llevarmelo por un par de horas? —le preguntó al padre. —Por supuesto —respondió el señor Jung, y me dió una última mirada con cariño a su hijo antes de
que ambos omegas caminaran fuera del salón juntos.
Ambos alfas los observaron hasta que desaparecieron de sus vistas, y el príncipe volteó a ver al
hombre con una sonrisa tranquila. —No se preocupe, hay guardias vigilando en cada momento —tranquilizó—. ¿Quiere tomar una taza
de té o una copa de vino por mientras? —ofreció amable. —Una copa de vino estaría bien, gracias.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> •• —¡Éste lugar es hermoso! —gritó Hoseok cuando llegaron al mandap, y se echó sobre uno de los
grandes cojines que había como asientos—. Whoa, el príncipe te hace regalos como éste, que suerte.
Taehyung sonrió algo avergonzado por eso, y ayudó a Lucy a acomodar las cosas del té y algunos
postres que hizo preparar especialmente para Hoseok. El pequeño no quiso quedarse solo mirando y se
adelantó sirviendo el té para ambos. —¿No quieres quedarte y acompañarnos, Lucy? —preguntó el omega peligris a la mujer antes de se
vaya. —No puedo alteza —negó la mujer sonriendo apenada—. La reina nos ordenó limpiar por completo
una de las habitaciones que no se usan desde hace años porque al parecer algún familiar vendrá a
quedarse un tiempo —informó. —¿Un familiar? —preguntó Taehyung muy sorprendido por la noticia—. Jungkook nunca me ha
hablado de familiares o parientes... —La familia Jeon no es muy grande, y son de esta forma: no se sabe nada de ellos durante un largo
tiempo, luego aparecer como si nada durante un tiempo —comentó la mujer negando con la cabeza—.
Supongo que vendrán porque la salud del rey está empeorando mucho y quizás ya no le quede mucho
de vida. —Oh, ¿Tan mal se encuentra su salud? —preguntó el omega mayor con algo de tristeza al pensar en
su esposo cuando su progenitor falleciera—. No lo sabía, no los veo mucho y la última vez no se veía tan
mal...
Que sí, que el hombre quizás no era un padre ejemplar según Jungkook, pero seguía siendo su padre
y él no lo conoce lo suficiente como para sentir algo además de pena por su esposo cuando llegue el
momento. —La enfermedad del rey lleva varios años empeorando en pequeños pasos, y en el último las cosas
solo avanzaron a pasos agigantados —lamentó Lucy—. La razón por la que Jungkook aún no asume el
trono es porque sabe que a su padre no le queda mucho tiempo de vida. —Pero, ¿No es esa una razón para que asuma el trono antes? —preguntó Hoseok, que permaneció en
silencio dejando que los adultos hablen, pero no se aguantó el querer preguntar aquello. —Yo pensé lo mismo —comentó el peligris. —Siendo sincera, nunca sé que está pensando el príncipe o por qué hace las cosas que hace siempre,
por lo que yo tampoco lo entiendo —respondió Lucy igual de confundida—. Yo solo sé que está
esperando a su muerte para asumir el trono. —Su alteza Jungkook es complicado de entender a veces —comentó el pequeño omega, luego sonrió
en grande—. ¡Pero también es muy increíble, lo admiro mucho!
Lucy y Taehyung sonrieron al escucharlo. La mujer volvió a despedirse con una reverencia y se alejó
dejándolos solos. Cuando se quedaron solos, el mayor no tardó en volver a preguntarle al menor cómo
se sintió aquél día y ahora. —Dime, Hoseokie... —habló luego de darle un sorbo al té verde—. ¿Cómo pasaste tu presentación y
primer celo? —preguntó con un tono casi maternal, para transmitirle confianza y que hablara con él
libremente. —Pues... —el pequeño se puso colorado, pero aún así continuó hablando porque se sentía a gusto y
confiaba en Taehyung al ser también un omega—. Fue extraño, me asusté mucho porque comenzó adoler mucho... —Lo sé, pequeño. El celo más doloroso es el primero, y los que le siguen porque no estamos en una
edad en la que podamos pasarlos con alguien más —dijo queriendo hacerle saber que comprendía lo
que había sentido, y también quería informarlo un poco más para que no se asustara por lo que vendría
en el futuro—. Lo que realmente me preocupó fue que tu presentación se adelantó un año ¿Qué te dijo
el médico sobre eso? —La doctora dijo que si bien no era común, tampoco era algo para preocuparse porque cada cuerpo
es distinto y es bastante más normal de lo que se cree —respondió recordando las palabras de la beta
que lo revisó ese día. —Ya veo. Menos mal que no es nada malo —dijo el otro soltando un suspiro de alivio—. ¿Qué más te
dijo? ¿Te explicó sobre los celos? —Sí... —bebió otro poco de té, y luego volvió a verlo—. Mi panza duele y me sale un líquido de mi ano
porque quiero que alguien me haga cachorros y me marque. —Bueno, en resumidas palabras si es así —dijo sin evitar soltar una risa leve ante la forma de
explicarse—. Nuestro cuerpo es controlado en su mayoría por nuestro lobo, que es quien más busca
cachorros y para eso el cuerpo se prepara excitandose y aumentando nuestro aroma para llamar la
atención de algún alfa o beta que nos satisfaga. —Sentía que tenía fiebre, y...me sentía raro —dijo Hoseok avergonzado al recordar esos tres largos
días—. La doctora me dijo que estaba bien si me tocaba a mi mismo para calmarme, pero no sabía bien
cómo hacerlo...Entonces yo solo...
Se calló cuando su rostro de volvió completamente rojo, y Taehyung quiso abrazarlo por lo tierno que
se veía avergonzado. —No tienes que avergonzarte si hiciste algo que te hizo sentir bien y menos dolor, Hoseokie —
tranquilizó acercando su mano al cabello contrario—. Es lo más normal del mundo, y es importante que
te dejes llevar en el momento porque de otra forma será mucho más doloroso para ti. —La doctora dijo lo mismo... —respondió un poco menos avergonzado—. ¿Tú lo hacías cuando estabas
solo? —preguntó curioso. —Sí —admitió algo cohibido—. Yo jamás pasé un celo con alguien hasta que me casé con Jungkook —
sonrió algo tímido al confesar aquello—. Los sufría mucho, pero con el tiempo empiezas a conocer tu
cuerpo y a saber cómo hacerte sentir mejor tu mismo. Además, los baños de agua fría y las medicinas
supresoras ayudan mucho, tienes que tener eso en cuenta a partir de ahora ¿Sí? —Sí —asintió obediente y agradecido—. Entonces, ¿Tú le pediste cachorros al príncipe Jungkook? —
preguntó con ilusión en sus ojos—. ¿Te los dió?
Ésta vez fue Taehyung quien se puso completamente rojo, y casi se ahoga con el té que le quedaba.
Negó varias veces, llevando su mano inconscientemente a su marca buscando seguridad en el lazo con
su alfa. —Por el celo sí se los pedí, y estoy seguro de que voy a seguir pidiéndole porque es nuestro instinto y
no podemos contra él, pero mi parte racional no los quiere —comenzó a explicarse—. Quiero decir, que
sí me gustaría tenerlos con él, pero ser padres no es algo sencillo, y ambos sabemos que aún no es
tiempo de traerlos al mundo. —¿Por qué no es tiempo? —preguntó sin comprender. —Aún somos bastante jóvenes, no llevamos mucho tiempo como matrimonio aunque el amor crece
con cada día —sonrío orgulloso de sus propias palabras—. Jungkook es un hombre muy ocupado, es
heredero del reino más grande y ese título conlleva muchas responsabilidades, y tener un omega en
cinta y cachorros es una muy grande que toma tiempo y esfuerzo —levantó la mirada para admirar las
flores sobre el mandap—. Quiero aprovechar y reforzar mi relación con él lo suficiente, estudiar y ser
un omega adulto responsable y digno de ser el padre de sus cachorros. —Woah, no entiendo mucho pero suenas inteligente, alteza —halagó el menor sonriendole sincero.
Taehyung solo rió y acarició si cabello con cariño. —No importa, cuando seas más grande vas a entenderlo.
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Dos horas después, cuando ya no hubo más té y postres para probar, con todas las dudas sobre la
etapa más importante de un omega, ambos se levantaron y Hoseok se ofreció a llevar las cosas en la
bandeja de regreso a la cocina.
Caminaban por el camino de piedras claras, el día estaba tan agradable que casi que no querían
regresar al castillo. —Ya se está haciendo algo tarde, ¿Tu padre tiene prisa por irse? —preguntó Taehyung—. Si no tienen
prisa, puedo mostrarte el castillo un poco más ¿Qué te parece? —¿En serio? —preguntó el menor con ojos brillantes de emoción—. ¡Sí, me gustaría!
De la emoción dio un pequeño salto que hizo caer uno de los platos que estaban sobre la bandeja,
donde anteriormente había una porción de pastel de avellanas. Taehyung se agachó para recogerlo
aprovechando que éste no se había roto y no corría riesgo de cortarse. —Lo siento, alteza —se disculpó el menor rápidamente. —No te preocuEl
plato que estuvo a punto de tomar se quebró cuando fue atravesada por una flecha que de no ser
porque acomodó la falda de su vestido antes de tomar el plato, seguramente la flecha me habría
atravesado la cabeza. Se quedó totalmente se piedra, pálido y sin poder reaccionar.
El miedo se apoderó de todos sus sentidos cuando escuchó la voz temblorosa y asustada del menor asu lado, que tiraba de él pidiéndole que corrieran hacia el castillo, pero Taehyung no podía reaccionar. —¡Alteza! —llamó Hoseok una vez más, al borde del llanto.
El peligris reaccionó cuando la idea de que otra flecha podría lastimar al menor, y de un golpe hizo
que éste soltara la bandeja sin importar que todas las cosas se cayeran al suelo y se rompieran. Tomó su
brazo de forma algo brusca debido al miedo, y comenzó a correr junto con el pequeño sin atreverse a
mirar hacia atrás.
Se detuvo un momento cuando otra flecha fue lanzada en su dirección y atravesó la tela de la falda de
su vestido causando que el omega tuviera que rasgarla para poder continuar.
Tenía miedo, quería a Jungkook.
Jungkook.
Antes de llegar al castillo la puerta por donde se salía al jardín fue abierta de un fuerte golpe que hizo
que el marco se saliera con un fuerte estruendo; Jungkook pudo sentir el miedo y el llamado de su
omega a través de la marca, y sus ojos azules no podían estar más hundidos en la ira y el miedo. —¡Taehyung! —llamó en un grito que sonó más como un gruñido fuerte, y corrió hacia él hasta
rodearlo con sus brazos, cubriendo también al pequeño Hoseok que quedó en medio de ambos y había
comenzado a llorar del miedo—. ¿Qué sucedió? ¿Están bien?
El omega peligris comenzó a respirar con dificultad, y solo cuando se sintió a salvo en los brazos del
alfa fue que comenzó a llorar evidenciando el miedo que sintió hace uno momento. Abrazó con tanta
fuerza al mayor que por un momento temió estar lastimandolo, pero simplemente no podía calmarse. —Dime que pasó, por favor —pidió el alfa nuevamente, comenzando a alterarse al no saber que era lo
que había sucedido. —C-Casi me matan... —dijo en un hilo de voz—. ¡Me dispararon flechas, casi me matan, Jungkook! —
gritó aferrándose aún más al otro—. ¿¡Y si lastimaban a Hoseok!?
El pequeño también se aferró aún más al otro alfa, hasta que su padre apareció con la respiración
agitada al evidenciar que no había podido seguirle el paso al alfa puro cuando salió corriendo de
repente. —¡Hoseok! —gritó el hombre acercándose para abrazar a su hijo al verlo llorar desconsoladamente. —¡P-Papá!
El pequeño corrió hacia el alfa y se aferró a él como si su vida dependiera de ello. —T-Tengo miedo... —dijo Taehyung con la voz totalmente rota—. Jungkook...
¿Jungkook? El alfa puro abrazó aún más el cuerpo de su esposo haciéndole saber que no iba a volver a
dejarlo solo, que iba a cuidarlo.
Pero Jungkook, tenía la mirada más llena de furia y oscuridad que cualquier otra persona, y estaba
sintiendo algo que nunca antes sintió.
Alguna persona estúpida había cometido el peor error que podía en contra de su esposo, e iba a
mover cielo y tierra para encontrarlo, y no podía nombrar cada cosa que pensaba hacerle a esa persona
y a cualquiera que estuviera involucrado.
Sus manos se teñirían de rojo, y todo el maldito reino si era necesario.
Taehyung podía asegurar que su lugar favorito del castillo era el jardín, todo el jardín. La biblioteca
también era uno de sus lugares favoritos, pero en el jardín también era tranquilo y el canto de los
pájaros lo hacía sentirse mucho más en casa.
El suave viento golpeando su rostro y moviendo su cabello, con algunos rayos de sol colándose entre
las hojas de los árboles y iluminando algunas partes de su figura, era un sentimiento tan familiar que le
transmitía una paz incomparable. Quizás era porque solía sentarse siempre en la naturaleza a leer
cuando se volvió dama de compañía del príncipe Park.
Ahora vestía vestidos de que solo la realeza y los nobles podían permitirse, y no en típico atuendo de
dama de compañía, y quizás eso era una de las pocas cosas que eran distintos a hace unos meses.
Podía sentarse en uno de los cojines gigantes y tremendamente cómodos que estaban en el mandap
que Jungkook mandó a instalar para él, pero prefería sentarse en el pasto y cerca de las flores de aciano
que eran las mismas que se encontraban en su lugar favorito del castillo de oro. De esa forma no se
sentía como si las cosas hubieran cambiado drásticamente en su vida, aunque todo fuera
completamente distinto a diferencia de hace meses. Mientras él leía sobre la economía de los reinos mejor posicionados en la historia, a unos metros de
pie, el príncipe heredero lo observaba sintiendo un agradable deja vu que le trajo recuerdos de la
primera vez en la que lo vio y ya no pudo quitarlo de su cabeza de ninguna forma.
A diferencia de ese día habían muchas cosas; Taehyung era un adulto, estaba aún más hermoso como
creyó que ya no era posible, vestía un vestido precioso, una preciosa y significativa flor que demostraba
lo más importante; que era su esposo, y una marca en su cuello que no se veía debido al vestido pero
que estaba allí definitivamente. Sentado en las flores que plantó para recordarlo, las que se volvieron
sus favoritas y en la que se inspiró para crear la alianza que el omega llevaba, era una imagen tan bella
que le daban ganas de llorar incluso.
Podía jurar que volvió a enamorarse justo en ese momento.
En aquél momento no pudo acercarse para hablarle y conocerlo, pero ahora las cosas eran distintas y
no iba a dudar o detenerse jamás cuando se tratara de ir hacia él.
Se acercó caminando tranquilo, dejando notar su presencia cuando se agachó frente a él con cuidado
de no pisar la falda de su vestido. Taehyung levantó la cabeza y sus miradas se encontraron durante
unos segundos hasta que el omega le sonrió tímido, pero sus ojos brillantes penetraban el alma del alfa
con tanta facilidad que hasta podría llegar a ser preocupante.
Jungkook le sonrió también a labios sellados, y su mano derecha se posó en una de las mejillas
contrarias, donde acarició la suavidad de su piel con una delicadeza abrumante. El menor se apoyó en
su tacto sin dejar de mirarlo, tampoco dijo palabra alguna porque sabía que el mayor iba a ser el
primero en hablar ya que se había acercado a él. —Lamento interrumpir tu lectura, amor —dijo el alfa sin dejar de mimar a su esposo—. Pero alguien
vino a visitarte. —¿Eh? ¿A mí? —preguntó abriendo los ojos sorprendido—. ¿Quién?
Jungkook alejó su mano de su rostro para ofrecerle tomarla y ayudarlo a ponerse de pie. —Es una sorpresa.
Taehyung hizo un leve puchero al no recibir respuesta. Puchero que el alfa no dudó en besar en
cuanto lo vio.
Enlazaron sus manos y comenzaron a caminar de regreso al castillo mientras el menor seguía
preguntando de quién se trataba pero el alfa solo decía que era una sorpresa. Por la cabeza del omega
por un momento llegó la imagen del príncipe Jimin, pero las posibilidades de que fuera él eran muy
pocas, casi nulas y aún así no perdió la esperanza de que se tratara de él. —Kook —insistió el omega tirando de su mano levemente mientras continuaban caminando—. Ya dime
de quién se trata, por favor. —Pero si estás a punto de verlo —respondió el mayor riendo por la poca paciencia de su precioso
esposo—. Vas a ponerte feliz, eso es lo que voy a adelantarte.
Taehyung no insistió más, solo continuó caminando hasta el castillo de la mano de su esposo.
Saludaban a todos los guardias y empleados que se cruzaban con ellos, y tuvieron una breve charla
sobre lo que cenarían esa noche, hasta que llegaron al salón principal donde estaba la puerta por la que
todos ingresaban al castillo.
A penas pisó el lugar, una voz conocida se pudo escuchar por todo el lugar llamando su atención al
instante. —¡Alteza! —llamó el pequeño Hoseok con alegría, y corrió hacía él.
El omega sonrió en grande y abrió sus brazos caminando hacia él para que le diera un abrazo. El
pequeño omega se alejó de su padre, que estaba allí con el ya que seguramente fue quien lo trajo. —¡Hoseokie! —saludó el omega peligris cuando lo tuvo entre sus brazos, y sonrió cuando pudo sentir
el leve aroma a limón que ahora era parte del pequeño omega—. ¿Cómo estás? ¿Viniste a visitarme?

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