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Bella

Los días continuaron y los meses pasaron. Mi vientre creció lo suficientemente grande para saber que si, eran trillizos. El dolor de espalda eran un martirio, por eso la mayor parte del día me la pasaba sentada mirando películas, pero este día tocaba hacer los ejercicios que Cindy me obligó hacer. Dijo que sería más fácil para el parto.

—¿Estas lista, preciosa?— La instructora aplaudió sonriéndome, Irene era una mujer muy activa y eso lo contagiaba a sus alrededores.

—Eso creo— Acaricie mi vientre de seis meses con amor—¿Qué haremos hoy?

—    La rutina cambia; Saldremos a caminar— Asentí. Salimos con el permiso de "mi niñera" Cindy a dar un paseo por el jardín. Hasta la fecha aún no podía averiguar donde estábamos, pues Cameron siempre cambiaba de ubicación. Presentía que lo hacía por Dalton.

Suspire añorándolo. ¿Estaría bien?

Me incomode cuando Irene soltó una risa al ver a los hombres de Cameron armados, mirándonos con mucha atención. Hoy más que nunca me cuidaban, tal vez pensaban que atentaría contra mi vida o la mis hijos. Como si fuera exactamente igual que Cameron.

—    Tranquila— Le hable— No hacen nada, si tú no haces nada para alterarlos— Comente tratando de que se relajara.

—    Siento mucho lo que te está pasando— Su respuesta me hizo darme cuenta que ella sabía como termine aquí. Le sonreí negando.

—Ya no tiene importancia.

—¿Has intentado escapar?

Algunas veces es mejor resignarse. Ahora tengo a mis bebés, no puedo hacer una tontería que pueda perjudicarles a ellos. Por qué se, que Cameron me joderia, lastimándolos.

—Puedo ayudarte — Negué frenéticamente. No quería embarrar a las personas en esto. Irene podría terminar muerta por ayudarme, y mi mente no estaría en paz si eso sucediera.

—    Estoy bien aquí— Seguimos caminando en silencio hasta que pasaron veinte minutos, tampoco podía excederme. Solo lo que era.

Me arroje al mueble con mi tazón de fresas y empece a mirar una película de romance.

—¿Estas cansada?— Cindy interrumpió colocándose enfrente de mi, privándome de ver la película.

—    Si—Bostece— ¿Dónde está él?— Se encogió de hombros negando sin saber.

—    Ya sabes que le gusta desaparecer por días— Tomó asiento a mi lado y comenzó a hacerme pequeñas trenzas en mi cabello. Solté un suspiro de placer y comodidad— ¿Por qué lo preguntas?— En su voz, encontré una pizca de esperanza.

—Por nada— Me limite a decir.

Después de un tiempo, ella volvió hablar.

—¿Ya tienes los nombres de los pitufos?— Asentí emocionada. La semana pasada la ginecóloga me confirmó que eran dos niños y una niña. Chille de alegría al saberlo—Y bien, ¿Cómo se llamarán?

—    Caín, Kaden y Annette— Le sonreí.

—    El nombre de Caín me causa curiosidad. ¿Se lo pusiste por Cameron?— Mi sonrisa se borró con desagrado. Negué fastidiada.

—    Solo me gusta el nombre— Guarde silencio escuchando la puerta principal abrirse y dos voces roncas de hombres llenaron el ambiente. Cameron y Rick habían llegado después de casi una semana sin aparecer.

Bella +18  (4 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora