Bella +18 (4 )

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Bella

— Ahora si te mato hijo de perra— Una sonrisa ilumino mi rostro al verlo. Después de tanto tiempo, él me había encontrado. Mi sonrisa decayó cuando detrás de él, venía Cameron con cara de querer matar a los dos hombres.

—Ustedes dos me joden la existencia— Cameron habló  irritado. Pues, su existencia me jodia mas a mi y no lo andaba divulgando por los aires.

La habitación se volvió un caos con Dalton y Alec peleándose, agarrandose a golpes y estrellándose contra los muebles y la pared.

— Ya me la folle, cabrón— Alec gritó con una sonrisa malvada. Al parecer eso fue un golpe bajo para Dalton, se distrajo y Alec tomó la oportunidad para derribarlo. Quise ayudarlo, en serio que si, pero Cameron me agarro del brazo y me sacó de la habitación.

—¡Suéltame! —Forcejee con él—¡Que me sueltes!

— Cállate, quieres. Tengo un puto dolor de cabeza para todavía estar soportando tu estupido berrinche de querer salvar al imbecil que llamas "el amor de mi vida". Él sólo se puede defender— Me llevo a rastras por los pasillos vacíos del hospital. Giraba cada segundo para mirar si Dalton venia ayudarme, pero, al parecer estaba más ocupado moliendo a golpes al otro imbecil— Dalton solo te quiere por tu coño.

— ¡Al igual que tú!— grite con los dientes apretados. La sábana que envolvía mi cuerpo, se enredo en mis piernas y perdí la estabilidad, lo que me llevo a golpearme el mentón contra el piso— Oh, Dios— Gemí del dolor, tocando la zona.

— Eres tonta hasta para caminar— Solté un gruñido de irritación. Cameron colocó sus manos en mis axilas y me "ayudo" a levantarme.

— Quiero regresar— Dije.

— No— Abrió una puerta y me obligó a entrar. Era otra habitación.

—¿En serio crees que no nos encontrará?— Para Cameron, el hecho de perder el control de la situación ,lo ponía de mal humor, le fastidiaba no poder controlar todo— Dalton es inteligente, me encontrará y me iré con mis hijos— Mis brazos tuvieron un leve temblor cuando lo vi sonreír. Eso no era una buena señal. Una sonrisa en él, representaba confianza y el hecho de que podía hacer lo que quisiese.

—¿Planeas llevártelos? ¿Así nada más?— Asentí un tanto dudosa— Bien— Me relaje con eso último, pero nada bueno pude venir de él— ¿En serio crees que podrás largarte con ese animal? ¿Crees que lo permitiré?.

— Voy a irme— Sonreí en mis adentros cuando me escuche firme y sin titubear— Y me los llevaré.

— Lárgate, entonces— Escupió con rabia— Pero, ellos se quedan conmigo— Negué. Muy en el fondo de mi alma, sabía que si me iba, no podría llevarme a mis hijos— Decide, ellos o aquel animal. Por que no voy a permitir que sean un maldito paquete familiar. Rinaldi no educará a mis hijos, ese perro, no tendrá ni si quiera el derecho de llamarlos hijastros.

— Por favor— Le suplique en un susurro— Solo haces esto para joderme, tú no los quieres.

— Decide— Habló con firmeza ignorando mi súplica— Si te largas no los volverás a ver, si te quedas, serás tú la que los eduque y yo no me meteré en su educación— Mordí mis labios con fuerza tratando de no derramar lágrimas.

Amaba a Dalton, era el amor de mi vida, pero , el amor que le tenía a mis hijos, había sobrepasado el que le profesaba a Dalton. Mis pitufos eran las personitas más importantes que tenía ahora en mi vida. Mi felicidad puede quedar a lado y ser olvidada, pero la de Caín, kaden y Annette, no.

Tenía que elegir entre Dalton y mis bebés, y sin dudar constaste; Me quedo.

Odie con todo mi ser la sonrisa satisfactoria y de victoria que se le formó en sus labios.