Bella +18 (4 )

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Bella

—Dalton—Susurre temblorosa.

Él estaba colgando del techo encadenado. Junto con él, estaban cuatro hombres mas, en el mismo estado. Supuse que eran de los suyos. Corrí hasta mi pelirrojo asustada.

— Señora— Habló uno de los hombres— Tiene que irse— Negué asustada al ver que Dalton no despertaba. Estaba herido, su cuerpo tenía cortes y respiraba con dificultad. Toque su frente y caí en cuenta que tenia fiebre. Estaba ardiendo.

—¿Cuanto tiempo llevan aquí? — Pregunte mientras trataba de quitar las cadenas que los sostenían, pero era imposible.

— Casi una semana. El señor la ha estado buscando por todas partes— Quise llora al ver que no despertaba.

— Dalton— Murmure sin poder creerlo— Despierta, amor,por favor.— Mire la herida que tenía en su pectoral, era profunda— Sus heridas se están infectando— Hable temblorosa queriendo y a la vez no tocar esa zona.

—¿Que haces aquí? — Brinque del susto al escuchar la voz de una mujer. Gire a verla para encontrarme a una joven con ojos violetas mirándome con curiosidad— No puedes estar en este lugar, regresa con Black— Negué.

— Libéralo— Ella esta vez fue la que negó— Va a morir si no lo haces.

— Si lo liberó, seré yo la que muera— toque mi rostro frustrada. Tenia que ayudarlo a salir de este lugar, su estado me tenía preocupada. La vi sacar su teléfono y teclear algo en el.

—¡Espera! — La detuve a tiempo— Por favor, es el hombre que amo— Apretó el celular con fuerza— Compréndeme, si estuvieras en mi situación, harías lo mismo que yo estoy haciendo.

— Afortunadamente no estoy en tu situación —Movió su pulgar sobre la pantalla táctil y presionó— Cameron estará en dos minutos aquí, y claramente no le gustará verte rogando por él— Señaló a Dalton— Te dire algo; Algunas veces, tienes que resignarte a la vida que te toco. Tú lo único que haces es sufrir y llorar por un patético amor. Tienes que despertar, por que no se vive ni se come de romance. La vida no es un sueño envuelto en algodón; es una pesadilla rodeada de mierda.

— No puedes decirme eso. No me conoces— Su comentario me hizo enfadar— Yo no me voy a resignar. La resignación solo existe para los cobardes.

Una pequeña luz de esperanza aún vibraba en mi pecho. Seré libre. Libre de Cameron y de cualquier otro que quiera poner una estúpida bandera de territorio sobre mi, por que Dalton Rinaldi es el único hombre que puede dejar una huella de amor sobre mi.

—¿Y que? ¿Vas a luchar por él?— Su tono burlón me hizo apretar los dientes con impotencia. La mujer se estaba burlando— ¿No te preocupa que tus hermosas uñas se despinten?— Yo no era vanidosa— No podrás hacer nada. Toda tu vida las personas han hecho todo por ti.

—Eso no es cierto— Ella no sabe lo que dice. No sabe lo que es vivir siendo el rechazo de las personas— Tú no sabes nada

—No es necesario que lo sepa, solo basta con verte y saber que eres realmente tonta. Que vives de ilusiones y piensas que tendrás un bonito final feliz alado de tu príncipe azul— ¿Y no merecía mi final feliz? ¿Después de todo lo que he pasado? — Tu padre te lo ha dado todo, bella. Eres una mocosa mimada, solo eres eso— Mi estomago se apretó.

—No siempre fue así— Me quebré. Mi niñez se basó en ver a otra niñas jugar con sus padres. En algo Cameron tenía razón; siempre fui ante los ojos de las personas, la hija bastarda de Steven. Que ni si quiera era merecedora de portar semejante apellido.