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Bella

Los trillizos eran prematuros, por lo tanto, los llevaron a una incubadora. Mientras veía como las enfermeras se los llevaban lejos de mi, mi corazón se apretó y latió con tristeza.

No quería dejarlos, pero el cansancio y la debilidad me estaban ganando.

—¡Escúchame!— El gritó de Cameron me hizo abrir un poco más los ojos— Malditacea— Me volvió a tomar del rostro colocando sus manos en mis mejillas seguramente pálidas— Solo... solo quédate— Sus ojos... sus ojos  brillosos me dejaron confundida y a la vez sorprendida. Él me estaba mostrando una faceta nueva, que nunca jamás nadie la ha visto. Cameron me mostraba vulnerabilidad. Yo era lo que sus enemigos podían usarlo para destruirlo, si me matabas, lo matabas a él —Ni si quiera lo pienses, no te amo, pero me enferma que la muerte te quite de mi lado— Pase mi lengua por mis labios secos tratando de humedecerlos y no sentirlos secos— Demuéstrame que eres fuerte.

—No puedo— Solloce. Su cara se transformó en una que podía causarte pánico. Me miro con rabia.

—Entonces muérete. Así no tengo que soportar lo estupida y débil que eres— La enfermera clavó una intravenosa en mi antebrazo, mientras que la doctora temblaba y me suministraba medicamento— Pero a ellos los educare a mi maldita manera, no tendrán un padre cariñoso, ni palabras bonitas. Conocerán mi mundo y si mueren, no llorare por ellos— Apreté mis dientes con rabia. Era un hijo de puta.

Puedes con esto y con más. Eso me diría papá si estuviera aquí.

— Quédate con nosotros, bella— Las palabras de la doctora eran de un cierto modo reconfortantes, mucho mas que las amenazas de Cameron.

Hice mi mayor esfuerzo, me quede despierta tratando de no cerrar los ojos y dejar este mundo. Llegaron más médicos, y sacaron a Cameron de la habitación para atenderme. Me llevaron al quirófano, gritaron que tenían que detener la hemorragia que tenía.

Y si les soy sincera, no me daba miedo morir, pero mis pitufos merecían una madre, una madre que se preocupara por ellos y les brindará todo el amor que se merecían.

Mordí mi labio fuertemente para que el mismo dolor me mantuviera despierta.

Yo los traje al mundo, por lo tanto, yo me quedo y les enseño mi mundo.

Hazlo por ellos, solo por ellos.

Pasaron las horas, horas de martirio cuando por fin escuche el «esta fuera de peligro». Me trasladaron nuevamente a una habitación para mi reposo.

Paso un día y no había vuelto a ver a Cameron y con eso estaba bien. No quería verlo después de todo l o que dijo. ¿No siente al menos compasión por sus propios hijos?.

Escuche la puerta ser azotada, Cindy entró con los ojos llorosos y murmurando maldiciones al verme.

—Me has dado un susto de muerte— Se acercó a mi , para sentarse a mi lado en el mueble y tomar mi mano— Pensé lo peor— Le sonreí como pude— Los trillizos son preciosos— Mi sonrisa se ensanchó aún más al escucharla— Cameron vendrá en un par de horas—Cindy soltó una risita de nervios y pasó un mechón suelto de su cabello rubio por detrás de su oreja. Esa acción gritaba claramente que estaba nerviosa por algo.

—¿Sucede algo? — Pregunte carraspeando para aclarar mi garganta.

—¡No! — Se exaltó— Digo, no. Todo esta perfecto, como tiene que estar— La mire con una ceja alzada sin creerle.

— Habla— Dije— Estas ocultando algo.

— Hay una problema— Habló tan  rápido que me costo comprender lo que dijo— Dalton y Cameron, ellos dos...— Trague grueso — Alguien traicionó a Cameron , le dijeron nuestra ubicación a Dalton y ahora sabe donde estamos. Quiere venir por ti— Cindy hablo con rapidez mordiéndose las uñas. Parecía asustada—¿Dejarás a Cameron y a tus hijos?

Bella +18  (4 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora