19. Completa

993 150 11
                                    

Si no votais y comentais me enfado y no respiro, avisados estáis :p

Si no votais y comentais me enfado y no respiro, avisados estáis :p

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Despertar entre sus brazos era la mejor experiencia que había sentido jamás. Me sentía en casa, resguardada, protegida, pero a la vez capaz de hacer cualquier cosa. No existía el miedo, las dudas o el dolor y es por eso que siempre retrasaba todo lo posible el abrir los ojos. No quería que aquello terminase nunca.

Unos dedos gélidos me recorrían el centro de la columna desnuda, lentamente, erizando mi piel a su paso. Estaba recostada sobre su pecho, con el rostro hundido en el hueco entre su hombro y su cuello y mi pierna izquierda rodeando su cadera. Una sonrisa tironeó de mis labios al notar contra el interior de mi muslo como cierta parte de su anatomía también estaba despertando.

-No hagas eso -se quejó con la voz más grave de lo normal cuando deliberadamente moví mi pierna sobre él-. Luha...

Reí contra su piel cuando una mano férrea se plantó sobre mi rodilla.

-No te tenía por alguien tan aburrido, Jas -me burlé separando los labios y sacando la lengua para deslizarla contra aquel punto de su cuello en el que había clavado mis colmillos.

Aquel tonto y juguetón gesto envió una corriente electrica que se asentó justo entre mis muslos. Una vocecilla en mi cabeza, una ajena a todas aquellas que me acompañaban siempre, trató de atemorizarme trayendo a mi memoria el modo en el que ambos habíamos bebido del otro. Sí, seguramente aquello era algo que sin duda debía preocuparme. ¿Su ponzoña supondría un cambio para mi? Aun así todo lo que me preocupaba en ese momento era saciar el hambre que comenzaba a crecer en mi interior, una que en nada tenía que ver con la sangre o el alimento.

Alcé el torso y, pese a que sus manos se movieron hacia mis caderas para quizás detenerme, me senté a horcajadas sobre su cadera, sintiendo contra mi centro su erección. Sus ojos dorados devoraron cada porción de mi piel, recorriendo mi cuerpo con un hambre voraz. De nuevo esa neblina roja nos envolvió y yo no pude hacer más que sonreír. Lejos de lo que habría esperado no me sentía tímida bajo su escrutinio. ¿Cómo iba a hacerlo si el descontrol de sus emociones y el modo en el que se tensaba bajo mi cuerpo me demostraban que adoraba cada parte de mi?

-Eres hermoso -confesé.

Un pedazo de sol se había colado entre las copas de los árboles sobre nosotros, haciendo que su piel brillase como cientos y cientos de diminutos cristales. Su piel pálida se sentía increíblemente suave bajo mis dedos y adoraba el modo en el que los delicados músculos de su torso se tensaban cuando pasaba sobre ellos.

-No tanto cómo tú -sentenció-. Podría pasar toda mi existencia simplemente observándote y sería completamente dichoso.

Sus manos comenzaron un lento ascenso por los laterales de mi cuerpo, uno que me tuvo en vilo hasta que se detuvieron justo en el lugar que tanto ansiaba su toque. Me mordí el labio con fuerza ante el delicado roce de sus pulgares en la parte más sensible de mis pechos.

TRUE ALFA // Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora