03.

924 116 6
                                        

❀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jennie se removía ligeramente en su pupitre, ansiosa y ciertamente nerviosa. Ya llevaba casi una semana recibiendo esas cartas, y seguía en su incógnita entre si era una broma, Lisa u otra persona que ella aún no conocía. 

La semana había pasado rápidamente, y cada día Jennie esperaba con ansias encontrar otra de esas dulces cartas. Las palabras eran siempre tan amables, llenas de cariño y admiración, y los pequeños obsequios que las acompañaban hacían que su corazón se acelerara. Sin embargo, la incertidumbre de no saber quién era su misterioso admirador comenzaba a inquietarla.

Sentada en su pupitre, Jennie intentaba concentrarse en la clase, pero su mente vagaba constantemente hacia Lisa. La posibilidad de que fuera ella quien dejaba las cartas hacía que su corazón latiera aún más rápido. Lisa siempre había sido amable y atenta, y aunque Jennie nunca había tenido el valor de decírselo, sentía algo especial por la jugadora de baloncesto.

Compartía algunas clases con ella como como matemáticas y literatura, y durante esas clases, no podía evitar notar lo graciosa que lucía Lisa tratando de concentrarse.

O también en los partidos que hacían cada año, siempre veía a Lisa disimuladamente desde las gradas, y aunque no lo dijera en voz alta, se le removía todo al ver lo atractiva que lucía Lisa a la hora de jugar.

Muchas veces, quería y deseaba acomodar la bandana del cabello del equipo, pero se contenía, temiendo que eso revelara sus sentimientos. Sin embargo, en su mente, Jennie jugaba con la idea de acercarse a Lisa y ofrecerle ayuda, solo para sentir su cercanía de la chica mayor.

Aunque, Lisa y ella solían hablar mucho más seguido por esos días. Ella se aparecía luego de sus entrenamientos, se sentaba en las bancas con ella, a veces compartían golosinas juntas mientras hablaban.

La cercanía de Lisa la hacía sentir cálida y feliz, pero también aumentaba su nerviosismo. ¿Y si Lisa notaba su interés más allá de la amistad? Jennie temía que su amistad se viera afectada si Lisa descubría sus sentimientos.

Sin embargo, cada vez que Lisa estaba cerca, Jennie se sentía más viva, más emocionada. Hablar con ella era fácil y natural, como si hubieran sido amigas durante años. A veces, Jennie se sorprendía a sí misma riendo más de lo habitual o sonriendo como una tonta cada vez que Lisa la miraba.

Pero mientras disfrutaba de esos momentos con Lisa, la pregunta sobre las cartas aún la atormentaba. ¿Podría ser Lisa quien estaba detrás de ellas? La idea la emocionaba y asustaba al mismo tiempo. ¿Qué significaría eso para su amistad? ¿Y si Lisa no sentía lo mismo por ella?

Jennie sabía que tenía que enfrentar sus sentimientos y resolver el misterio de las cartas. Pero, ¿cómo lo haría sin arriesgar su amistad con Lisa? La respuesta seguía siendo un misterio, pero Jennie estaba decidida a descubrir la verdad y, tal vez, a encontrar el coraje para confesarle a Lisa lo que sentía.

Secret Graden - Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora