Extra I.

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Jennie sostenía el rollo de sushi en frente de la boca de una obstinada Lisa.

—Lisa, ya te dije que no me importa que estés nerviosa por el partido, no me vas a convencer de no comer. Abre la boca, por favor—imploró Jennie, recostando su mano su mejilla, con la mano un poco cansada.

Lisa lloriqueó, era la final del partido intercolegial de baloncesto y los nervios la dominaban.

—Nini...—suplicó Lisa haciendo ojos de cachorro, Jennie se cruzó de brazos, frunció el ceño y alzó la ceja.

Aunque el lucir enojada no le servía de nada con Lisa, ya que esta misma aseguraba que con el ceño fruncido parecía más adorable y según; como un tierno gatito enfadado. Sin embargo, Jennie se mantuvo firme esta vez.

—Lalisa Manoban, abre la boca y come, o juro que me pondré realmente enojada —dijo Jennie, tratando de parecer más autoritaria. Pero su nariz arrugada y sus labios fruncidos, solo provocaron que Lisa quisiese llenarla de besos y mordiscos.

—¿No te puedo comer yo a ti?—preguntó Lisa, tratando de desviar el tema, provocando un tierno gruñido de Jennie.

—Lisa, no me hagas esto más difícil —respondió Jennie, tratando de mantener su postura firme, aunque una sonrisa comenzaba a asomar en sus labios.

—Es que... no quiero comer nada en estos momentos, menos sushi—expresó Lisa arrugando ella su nariz y Jennie suspiró mientras masajeaba su tabique con su pulgar e índice.

—Lisa, necesitas comer algo. No quiero que te desmayes en medio del partido —dijo Jennie con preocupación, bajando la mano de su rostro y mirando a Lisa con ternura.

Lisa suspiró y miró a Jennie con una mezcla de frustración y cariño. Sabía que su novia solo quería lo mejor para ella, pero los nervios la estaban consumiendo.

—Vale—aceptó Lisa a regañadientes—. Pero solo porque me lo das tu, y más te vale darme un beso después.

Jennie sonrió, satisfecha por haber convencido a Lisa.

—Eso es un trato hecho, Lili —dijo con un guiño, sosteniendo el rollo de sushi más cerca de la boca de Lisa.

Lisa finalmente abrió la boca y tomó un bocado del sushi, masticando lentamente mientras sus ojos permanecían fijos en Jennie. La calidez y el apoyo de Jennie le daban la fuerza necesaria para superar sus nervios.

—¿Ves?, no fue tan malo —dijo Jennie, acariciando la mejilla de Lisa con el dorso de su mano.

—Sí, sí. Solo porque tú me lo pediste —respondió Lisa con una sonrisa tímida.

Jennie se inclinó y se sentó en el regazo de Lisa, besó con suavidad sus labios. Tomó otro bocado de sushi con los palillos y lo puso en los labios de Lisa. 

Secret Graden - Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora