Dónde Lisa, una jugadora de baloncesto popular; le empieza a dejar cartas en las flores a Jennie; la linda líder del club de jardinería.
-Fluff.
-Soft.
-Cliché.
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❀
Jennie gimió agudo contra los labios de Lisa cuando la jugadora de baloncesto presionó su espalda contra la puerta metálica del casillero. Ambas seguían metidas en el vestidor, la escuela iba a ser cerrada en cuarenta minutos y todos los compañeros de equipo de Lisa ya se habían ido.
Todo había comenzado con unos simples e inocentes besitos en el rostro, hasta que Lisa empezó a besar y morder juguetonamente cuello y clavícula de Jennie, provocando en ella una oleada de sensaciones que la hicieron gemir de placer.
Ante el gemido, Lisa enloqueció, quiso escuchar más, y ahora tenía el pequeño cuerpecito de su novia, presionado entre el suyo y el frío metal del casillero.
El sonido metálico de la puerta resonó en el pequeño espacio mientras Lisa intensificaba el beso, sus labios hambrientos buscando el sabor dulce de Jennie. Jennie se aferró a los hombros de Lisa, sintiendo el calor de su cuerpo a través de la fina tela de sus ropas.
La tensión sexual entre ambas era palpable, la pasión acumulada durante el partido estallando en un torbellino de deseo. Jennie suspiró entre besos, entregándose por completo al ardor del momento, sus manos explorando el contorno atlético de Lisa.
Lisa se separó suavemente y empezó a morder y succionar la piel del cuello, provocando gemidos ahogados de placer en Jennie. Sus manos se deslizaron hábilmente bajo la camiseta de Jennie, acariciando su suave piel con una urgencia creciente.
Jennie arqueó la espalda, entregándose al tacto experto de Lisa mientras su respiración se volvía más entrecortada. Cada caricia, cada beso encendía el fuego que ardía dentro de ella, elevando su deseo a nuevas alturas.
Con manos temblorosas, Jennie buscó el borde de la camiseta de Lisa y la levantó lentamente, revelando su abdomen tonificado y marcado. Sus dedos trazaron círculos sobre la piel de Lisa, sintiendo el suave roce de sus abdominales contra la yema de sus dedos.
Lisa dejó escapar un suspiro de placer ante el toque de Jennie, sus labios encontrando los de ella en un beso apasionado y ardiente. Se fundieron en un abrazo apasionado, sus cuerpos encajando perfectamente mientras el deseo los consumía por completo.
—Lili—llamó Jennie, mordiendo su labio inferior mientras sentía a Lisa empezar a acariciar sus muslos bajo su falda—... cu-cualquiera puede entrar y vernos... o-o escucharnos—advirtió Jennie entre pequeños gimoteos, sintiendo la pierna firme de Lisa ponerse entre las suyas, hacer presión y mantenerla firme contra el casillero.
Lisa detuvo momentáneamente sus caricias, sus labios aún rozando los de Jennie mientras su aliento cálido acariciaba su piel.
—No te preocupes, bebé —susurró Lisa con voz ronca, su tono cargado de deseo—. Si quieres, podemos ir a mi casa que queda cerca de la escuela. Así también nos quitamos la ropa mojada y...—miró fijamente a su novia, con la camisa y la falda ligeramente alzadas, mostrando más carne y piel de la que sus sentidos y autocontrol podían digerir—... y podemos estar más cómodas—susurró mientras acariciaba hasta casi el inicio de las bragas de Jennie por bajo la falda.
