YoonGi es un príncipe vanir que está listo para dirigir a su especie y luchar contra los vanir corrompidos por el olor y sabor de la sangre humana, vampiros.
Pero una noche loca con hidromiel junto a su amigo y mano derecha Jung Hoseok, termina enco...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Será mejor que te alejes o no respondo, YoonGi
YoonGi resopló una risa sobre el cuello de Jimin por la amenaza vacía que había recibido.
Habían terminado de comer y luego de la respuesta de Jimin se sentía completo. Unas simples palabras de aceptación por parte de Jimin para volver a intentarlo esta vez juntos sin alejarse fue todo lo que necesitó YoonGi para completar su cita. Todo lo que venía de Jimin lo hacía sentir así, completo, orientado y lleno de amor.
De lo único que se arrepentía era de haberlo abandonado por el bien de Jimin, aunque ya sabemos cómo resultó eso. Jimin le había dicho que así como él va a dejar de atormentarse por el miedo de algún enemigo, YoonGi también debía dejar de atormentarse de la decisión que tomó y de ahora en adelante sólo debía enfocarse en su nueva familia y las obligaciones con la aldea vanir y YoonGi lo haría, jodidamente lo haría si eso mantendría a su lado a su pequeño hijo y a Jimin.
Tan emocionado como estaba por culpa de que en pocos días la luna llena estaría en todo lo alto provocando que su frenesí esté al límite. No pudo evitar estar encima de Jimin desde que se apartaron de la mesa del comedor para llevar sus platos a lavarlos.
Jimin le había dicho que él se encargaría de lavar los platos utilizados por ambos y YoonGi aprovechó la posición para encerrarlo entre el lavaplatos y su cuerpo.
El aroma de Jimin era embriagador y fuerte en su cuello, que no pudo resistir y trazar un camino húmedo a lo largo del cuello de Jimin, él reaccionó con la piel erizada y temblando en cada roce de la lengua, nariz o labios de YoonGi.
Claro está que Jimin se quejaba y lo amenazaba con mojarlo, pero su cuerpo decía otra cosa, se apretaba más contra YoonGi encajando perfectamente sus cuerpos.
YoonGi tenía los ojos cerrados y estaba tan perdido rozando su nariz por la curvatura del cuello de Jimin que no sintió cuando Jimin se movió hasta que fue demasiado tarde. Un chorro de agua lo golpeó haciendo que abriera los ojos con sorpresa.
— Te dije que te alejaras —se defendió, Jimin, burlándose del rostro indignado de YoonGi.
YoonGi cerró sus ojos manteniéndose estático, y cuando los volvió a abrir lentamente, Jimin pudo ver el destello rojo en el iris de YoonGi haciéndolo sentir pánico.
— Corre —demandó YoonGi, si no fuera por la voz ronca y el bulto en los pantalones de YoonGi, Jimin hubiera pensado que era una advertencia grave.
Sin embargo, Jimin soltó lentamente la llave de agua y corrió hacia la sala sin saber a dónde ir. Escuchó los pasos de YoonGi acercándose y luego lo vio asomándose en la sala.
— Al lago, bebé. Si te atrapó antes que entres al agua no respondo
La anticipación lo golpeó y se sintió más excitado, no pensaba que una persecución y una promesa ardiente de parte de YoonGi lo pondría más al límite.
