Objetivo: Ser heterosexual
Obstáculo: Un alfa de metro noventa.
Suficiente tenía con ser catalogado como: Friki, gamer, Otaku, virgen y hasta chismoso, pero estoy seguro que después de esto, todos pensarán que soy furro.
¡Quiero mi vida tranquila...
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Soy dramático.
Pensé que en cuanto supiera mi secreto me botaría de su casa. Habría algunos gritos y estaría llorando mientras llamaba a mi buen amigo Teodoro.
No pasó eso. En su lugar Franco hizo que los tres nos sentáramos alrededor del comedor. Él en la cabeza, Valery frente a mí y yo temblando.
No me dejaron hacer mi drama, que decepción.
—Vamos a aclarar esto —alegó Franco después de soltar un suspiro—. ¿Qué significa que Kwami mató a su hermana y a su sobrina?
—Señor, significa exactamente eso. El humano es acusado por sus padres de terminar con la vida...
—¿Lo verificaste?
—Pero, Señor.
—Si es un asesino ¿Por qué está libre? Incluso sus padres lo acusaron, por lo que deduzco que lo habrían denunciado a la policía. Si lo hicieron me sorprende que esté libre.
Valery apretó los puños y bajó la mirada hacia su celular. El chat con mi madre seguía en su pantalla, pero no encontró nada más. Por eso, cuando elevó la vista hacia mí pude sentir todo su odio
Franco volteó en el mismo momento. Ambas miradas taladraron mi cara hasta que no supe hacer más que apoyar la frente en la mesa, suplicando que dejarán de verme. Minutos después, cuando eché un vistazo de soslayo, ambos seguían observándome.
—¿Piensas aclararme las cosas? —preguntó Franco.
Yo solo negué. Escuché el suspiro del alfa e incluso así me negué a elevar la vista.
Era mi historia y no iba a contarla a Franco porque ni siquiera le había dicho a Teodoro. Ese lobo no iba a tener más derechos que mi mejor amigo.
—Si eso es todo, ya puedes irte.
Por un momento pensé que me lo decía a mí. Me levanté de golpe solo para darme cuenta que Franco se dirigía a Valery quien estaba más enfadada que antes. Ella me observó de pies a cabeza y entornó los ojos antes de darse la vuelta y salir de esa casa.
Quería preguntar la razón por la que me odiaba tanto. No recibiría respuesta, lo sabía.
Pude haberme ido, subir las gradas y hacer como que aquello no pasó, pero no lo hice porque Franco se puso frente a mí. Tenía la mirada algo dolida y sentí un dolor en mi pecho. Alguien había logrado lastimar a ese poderoso y grande hombre. Sabía que estaría curioso por mi historia, es solo que esperaba comprendiera que no estaba listo.
—No exijo sinceridad porque todavía no tengo tu confianza —alegó. Sus manos se movieron con sigilo, no me percaté de que las tenía sobre mis dedos, rozándolos—. Pero solo quisiera saber si lo que Valery dijo era verdad.
¿Si había asesinado a mi sobrina y hermana?
Podría decirle la verdad, pero me aterraba que sacara las misma conclusiones que mis padres. Sabía que de su parte, sí Franco me rechazaba, dolería demasiado.
