Pregunta para la gente bebedora ¿Cómo sobreviven a la cruda del día siguiente?
Sentía que mi cabeza iba a explotar. Cada movimiento hacía que el dolor se intensifique. Esto me hubiera obligado a quedarme en cama todo el día, pero un mensaje a mi celular hizo que me levantara de golpe. Grité de dolor, pero era lo de menos.
“Ya tengo todo listo, solo me mandas un mensaje y te sacaré de ahí para desaparecer”
Nunca había querido tanto a Teodoro como en ese momento.
Cielo entró con cuidado, sus pequeñas manitas tenían una charola con café y pan. Era una ternura y quería llevármela conmigo, pero eso era un delito.
—Franco dijo que cuando despertaras te diera esto. El café está tibio porque estaba esperando a que despertaras.
La observé con cautela. Sus pasos llegaron hasta mi cama y dejó la charola en la mesa de al lado. Ladeó la cabeza contando todo lo que tenía que traer y volteó a verme asustada. Su rostro se hizo pálido y hasta yo perdí el dolor de cabeza de la sorpresa. Me levanté de inmediato y tomé sus hombros para ver lo que tenía que decirme.
—No le digas a Franco que olvidé la mantequilla.
—Yo no le diré nada —sonreí.
Cielo corrió escaleras abajo y volvió con el tarro de mantequilla. Cuando ya tenía todo listo se paró al lado de la cama y me observó fijamente. Le ofrecí pan, pero nego y siguió de pie con los brazos tras la espalda y el ceño fruncido.
—Mi misión de hoy es vigilar que termines tu desayuno. Franco me dijo que lo hiciera.
—Eres realmente adorable. ¿Qué quieres hacer hoy?
—Franco...
—Cuando no esté Franco puedes llamarlo papá. No se lo diré.
Le brillaron los ojos.
—Papá dijo que debes descansar hoy.
—¿Eso dijo?
—Sí.
—Pero no estoy cansado y quiero jugar. ¿Qué podemos hacer?
Cielo tembló. Su semblante serio se cayó un poco y entonces observó de soslayo la ventana.
—¿Quieres jugar en el patio?
—Sí —susurró.
Frutilla estaba durmiendo a mi lado, se había acomodado en algún punto de la noche y cuando Cielo empezó a caminar se levantó y fue hacia ella. Se había encariñado con la pequeña. No lo culpaba.
El grito que solté cuando salimos al patio sera algo de lo que nunca podré enorgullecerme. Fue algo así como uno muy masculino, pero imaginen que toda la acción se hizo más aguda. Además salté hacia atrás sin percatarme del escalón que había, lo que me hizo tropezar y caer. No conforme con eso, empecé a arrastrarme hacia la sala. Como si fuera una persecución de película de terror. Cielo me observaba con el ceño fruncido y Frutilla se alejó de mí.
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El novio VOG del alfa (Virgen, Otaku, Gamer)
HumorObjetivo: Ser heterosexual Obstáculo: Un alfa de metro noventa. Suficiente tenía con ser catalogado como: Friki, gamer, Otaku, virgen y hasta chismoso, pero estoy seguro que después de esto, todos pensarán que soy furro. ¡Quiero mi vida tranquila...