FRONTERAS DEL INFINITO: La Ultima Batalla de Aetheris - Libro 5

CAPITULO 7

Había pasado una semana cuando Belial propuso atacar una ciudad en el planeta Raziki. Era una urbe pequeña pero floreciente, un núcleo de comercio vital que prometía esclavos y riquezas materiales. Utilizaron un portal transportador para llegar a ese destino.

"Ahora, Rodrick, escúchame bien", dijo Belial con voz grave –

Te entrego estas instrucciones

Paso 1: Activación

- Palabra de activación: "Nébula"

- Cuando escuches esta palabra, entra en modo de ejecución.

Infiltración:

Aprovecha la oscuridad de la noche para ingresar a la ciudad sin ser detectado. Utiliza las sombras y los callejones menos transitados para moverte.

Sabotaje de Infraestructuras:

Dirígete a las estaciones de energía principales y coloca dispositivos de desestabilización cuántica en los núcleos de energía. Asegúrate de que los temporizadores estén sincronizados para una detonación simultánea.

Sabotea las comunicaciones desactivando los relés de transmisión y hackeando los sistemas para enviar señales de falsa alarma, creando caos y desorientación.

Despliegue del Virus Tecnológico:

Inyecta un virus preprogramado en la red informática central de la ciudad. Este virus debe paralizar todos los sistemas de defensa automatizados y abrir brechas en la seguridad para permitir un ataque más grande.

Convocatoria de las Fuerzas de Invasión:

Una vez completado el sabotaje, utiliza el transmisor de señales que te hemos proporcionado para llamar a las fuerzas de invasión. Asegúrate de que la señal esté codificada para evitar interceptaciones.

Control de la Población:

Dirígete al ayuntamiento y toma control del sistema de anuncios públicos. Emite un mensaje de rendición, declarando que la ciudad está bajo nuevo gobierno. Utiliza técnicas de persuasión hipnótica para calmar a la población y evitar la resistencia.

Protección de Recursos Valiosos:

Identifica y marca las ubicaciones de recursos valiosos como bancos de datos, reservas de mineral y depósitos de suministros médicos. Estos recursos deben ser protegidos y asegurados para la llegada de las fuerzas de Belial.

Retirada Estratégica:

Una vez que las fuerzas de invasión estén en posición y el control de la ciudad esté asegurado, retírate discretamente y regresa al portal transportador para tu extracción y debriefing y Espera la señal de desactivación: "Estrella Fugaz".

Rodrick ejecutó las órdenes con una eficiencia implacable. En tan solo "seis horas", la ciudad cayó bajo su control, y Belial se proclamó su nuevo señor. Si algún valiente se atrevía a desafiarlo, Belial no dudaba en usar su poder mágico para hacerlo estallar en un espectáculo de fuego y furia.

En el transcurso de una semana, Belial extendió su dominio sobre el planeta entero, forjando una legión de esclavos leales y acumulando riquezas sin parangón. Los informes no llegaban a Zenith; Belial había interceptado todas las comunicaciones, dejando a los pequeños grupos de insurgentes sin esperanza de pedir ayuda.

Dos meses se deslizaron como sombras, y Sadeth junto a Belial reinaron sin oposición, aplastando los últimos focos de resistencia con mano de hierro.

Mientras tanto, Ethan y Terry se revolvían en sus camas, asediados por pesadillas que los acosaban noche tras noche. La imagen de su hermano Rodrick, convertido

en un instrumento de conquista y destrucción, les robaba el sueño y llenaba sus corazones de un temor helado.

Rodrick se postró ante su oscuro señor, su voz teñida de un cansancio que no podía ocultar. "He cumplido con mi deber, ¿qué más deseas de mí, mi señor Belial?" preguntó, esperando ser liberado de la pesada carga.

Belial, imponente y envuelto en sombras, lo miró con una fría sonrisa. "Has sido un buen peón, Rodrick," reconoció con un tono que resonaba como el eco de una caverna. "Pero aún hay mundos que conquistar, y tú serás mi vanguardia," decretó, sellando así el destino de Rodrick con nuevas cadenas de servidumbre.

La tensión entre los hermanos Terry y Ethan Whittaker era palpable, como la electricidad que precede a una tormenta. Ambos se encontraban en la cocina del castillo Whittaker, rodeados por los misterios de la noche. Terry, con manos temblorosas, preparaba una infusión conocida como néctar estelar, un elixir que potenciaba habilidades psíquicas, esperando que le ayudara a localizar a su hermano Rodrick.

Ethan entró en la cocina, agotado, llevando en la mano un vaso de jugo extraído de estelarios, una fruta de apariencia hipnotizante y propiedades revitalizantes. La atmósfera en la cocina se tornaba cada vez más densa a medida que los hermanos compartían sus pesares.

"¿Cómo te encuentras?" preguntó Terry, intentando disimular su propia preocupación.

"Como si me hubiera atropellado un camión de carga," respondió Ethan con una sombra de sonrisa. "No he podido dormir bien, ¿y tú?"

"Estoy en lo mismo, por eso vine a ver si esta infusión me ayuda a concentrarme para poder encontrar a Rodrick," contestó Terry, sus ojos reflejando cansancio y determinación.

Ambos hermanos compartieron entonces los sueños perturbadores que los habían mantenido despiertos. Terry comenzó, su voz temblorosa: "Sueño que Rodrick me llama, lo veo y después desaparece en total oscuridad. En otros sueños lo veo transformado, sus ojos completamente negros... En uno de ellos, me termina ahorcando y despierto gritando."

Ethan asintió, su expresión sombría. "Yo también tengo esos sueños. Sueño que lo veo convertido completamente, como si fuese un esclavo sin voluntad. Cuando intento tocarlo, sus ojos se vuelven completamente negros, y se gira diciendo que debe 'asesinar, matar, destruir'. Luego trato de zafarme de su agarre y aparece Belial, quien realmente me está sujetando. Es horrible."

Terry puso su mano en el hombro de su hermano, compartiendo el peso de aquellos sueños oscuros. "Te entiendo," murmuró, sintiendo una punzada de culpa. "Ese monstruo debe estar haciéndole algo terrible a nuestro hermano."

La conversación entre los hermanos fluyó entre la desesperación y la determinación. A medida que planeaban su próximo movimiento, mantenían la esperanza de que, en algún lugar bajo la fachada de obediencia impuesta por oscuros poderes, Rodrick seguía luchando por volver a ellos, soñando con el día en que sería libre una vez más.