CAPITULO 16

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Todo se desarrolló según lo planeado. En un rincón oscuro y polvoriento de su laboratorio, Sadeth, con sus dedos huesudos, trabajó incansablemente, mezclando ingredientes prohibidos para crear más de esa potente droga, mientras que al mismo tiempo, sus hábiles manos ensamblaban diademas de control mental. Por otro lado, Belial y Anubis, en una sala iluminada solo por la luz parpadeante de una pantalla táctica, trazaban meticulosamente cómo usarían a Rodrick, su arma más letal, para atacar a Abaddon Prime. Tres días después, cuando la operación se puso en marcha, las sirenas de alarma rompieron el silencio en la estación espacial Zenith.

"Excelencia," exclamó Vicenzo, irrumpiendo con aliento entrecortado en la oficina de Ashtar. Su voz, cargada de ansiedad y miedo, resonó en el espacio austero y tecnológicamente avanzado. "¡Están atacando Abaddon Prime! Es Belial, junto con su hermano Rodrick."

Ashtar, que había estado absorto revisando documentos cruciales, levantó la vista abruptamente, sus ojos se abrieron de par en par reflejando un destello de sorpresa y alarma. "¿Dijiste que Belial está atacando Abaddon Prime?" preguntó, buscando confirmación en el rostro de su asistente.

"Sí," respondió Vicenzo, palpablemente preocupado. "¿Qué hacemos, Excelencia?"

"¡Maldición!" Ashtar golpeó su escritorio con fuerza, haciendo eco en las paredes metálicas de la oficina. "Si Belial se apodera de ese planeta, entonces sí que estamos realmente perdidos. Envía de inmediato toda la ayuda disponible de nuestra flota y de la Federación Galáctica mientras yo llamo a mis hermanos." Vicenzo asintió, girando sobre sus talones y corriendo hacia el centro de comunicaciones mientras Ashtar tomaba el LumiCom con manos temblorosas.

El dispositivo se activó en el templo de Terry, donde el mismísimo Arciluminado contestó. La imagen holográfica de Terry apareció, serena y sagrada, contrastando con la urgencia del momento.

"Hola, hermano. ¿Qué sucede? Te siento preocupado," preguntó Terry, su voz tranquila llenando el espacio, intentando infundir algo de calma en el aire cargado de tensión.

Así, con el destino de Abaddon Prime colgando de un hilo, las piezas se movían en este ajedrez cósmico donde cada decisión podría significar salvación o ruina.

La tensión en la sala se palpitaba como una tormenta inminente. Ashtar, con voz cargada de temor y urgencia, revelaba la gravedad de la situación: "No es para menos, Belial está atacando Abaddon Prime en este mismo momento junto con Rodrick. Y estoy casi seguro de que Anubis está asediando el planeta prisión. Sabes bien lo catastrófico que sería si se apoderan de ese lugar."

Terry, cuyo rostro reflejaba una alarma sincronizada con la gravedad de las palabras de Ashtar, asintió con determinación. "No podemos permitir que eso suceda. Iré de inmediato," declaró, su tono dejando poco espacio para el debate.

"Espera, no te llamé para que te lanzaras a la batalla. Si enfrentas a Rodrick, ambos sabemos bien lo que podría suceder," intercedió Ashtar, intentando inyectar un matiz de precaución en el fervor de Terry.

"No veo otra salida," insistió Terry, su resolución firme como el acero. "Avisaré a los demás para que nos unamos y podamos repeler este ataque."

"Así sea," concedió Ashtar, resignado pero comprendiendo la necesidad de acción. "Confío en ti para manejar esto. Mientras tanto, estoy enviando refuerzos para defender el planeta."

Con un gesto sombrío, Terry cortó la comunicación del LumiCom y convocó a los demás líderes. En la sala de reuniones del subterráneo del castillo Whittaker, una mesa central exhibía la holografía vibrante de Abaddon Prime. La luz azulada del holograma iluminaba sus rostros tensos, mientras que en otra pantalla, Ashtar transmitía en vivo las escenas caóticas de la batalla.

FRONTERAS DEL INFINITO: La Ultima Batalla de Aetheris - Libro 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora