Cap. 12

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Me desperté al sentir la cama vacía. Palpe la parte donde debería estar, pero no encontré nada. Me incorpore mirando en todas direcciones, me levante para revisar el baño y cuando volví, vi por la ventana que estaba en la pileta. Lo miré por un momento, hasta que decidí ir hacia él. La casa de huéspedes estaba en completo silencio.

Caminé descalzo entre los rosales, hasta llegar a la pileta y lo vi justo cuando salía, tomando una toalla. Me quedé observado su marcado abdomen mojado y sus delgados, pero fuertes brazos y sentí como un calor me invadía por completo. Realmente era un dios griego que brillaba como el maravilloso Apolo. Me acerque y cuando noto mi presencia, sonrió. Me deje envolver en sus brazos y lo bese con cariño, soportando las pequeñas gotas que caían desde su pelo.

Ewan - Buen día, ¿dormiste bien? - asentí sonriendo - Te duele algo?

Luke - No, estoy bien. Dime, ¿no te cansas de nadar?

Ewan - No, me gusta hacerlo. Me calma cuando estoy nervioso o ansioso.

Luke - Son las 8 de la mañana, que podría ponerte de esa forma?

Ewan - Tu espalda desnuda - dijo envolviendo mi cintura y chocando nuestros pechos, poniéndome muy nervioso - Cuando desperté estabas muy peligroso, y no quise molestarte.... Asique aquí estoy.

Luke - Buena respuesta - me oculte en su pecho y escuche su leve risa

Ewan - Ven, vamos a cambiarnos. Escuche ruidos en la casa, asique supongo que ya se están levanto todos para desayunar.

Caminamos de regreso tomados de la mano. Nos cambiamos y cuando volvimos a salir de la habitación, Jase también lo hacía. Le dijimos que iríamos a desayunar a la casa principal y nos respondió que nos acompañaría ya que Aron aún seguía durmiendo.

Entramos a la cocina y realmente era muy hermosa y grande. Ambas abuelas se movían al compás de la música y me hizo recordar a mi mama en las mañanas. De vez en cuando, se dejaban pequeños besos, sin importarles nada. Pero claro, esta era su casa.

Todos nos sentamos alrededor de la gran isla y empezamos a desayunar juntos. Ni bien Aron apareció, él y el Decano, empezaron a pelear por los waffles de Raquel. Ella golpeaba a su hijo, mientras le acercaba al plato a Aron y este, le sacaba la lengua. Era realmente divertido ver como ambos se pelaban por su atención y lo inmaduros que podían ser juntos.

Decano – Ya verás cuando volvamos al instituto. ¡No cuentes con recibirte este año! – dijo mientras lo amenazaba con una cuchara

Raquel – Daniel! No juegos con esas cosas.

Decano – Pero mama, ¡el empezó! Siempre que viene te pones de su lado, yo soy tu hijo. – volvió a apuntarlo – Tu maldita rata, búscate a tu propia madre

Aron – Es porque me quiere más a mí. ¡Maldito egoísta!

Bajé de mi taburete y me dirigí al baño. Mientras volvía miraba las decoraciones del lugar y la cantidad de porta retratos que había en las paredes. Había fotos de Ewan cuando era niño, que me provocaron mucha ternura, asique le saque una foto para ponerla como contacto. Me quede viendo una en particular, donde estaba de adolescente. Sonreía como jamás lo había visto antes, mientras era abrazado por una mujer de cabello largo y rubio.

Raquel – Esa es Emmanuela, la mama de Ewan – gire asustado por la sorpresa y note que miraba la foto con una sonrisa triste – Falleció el año pasado. Una lástima la verdad, era una mujer maravillosa.

Luke – Ewan no habla mucho de ella.

Raquel – No. Su padre tampoco. Pero ella y Ewan eran muy unidos, perderla le causo problemas. Aquí y en la escuela.

Otras vidas / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora