Cap. 11

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Todos se fueron y me dejaron solito. Aunque me invitaron para ir, no podía. Tenía varios trabajos pendientes y mucho que estudiar, asique no me podía tomar el finde libre. De todas formas, había mucha gente en el campus y se corría el rumor de lo que Ewan le había hecho a un chico en la torre de los verdes. Me sentí realmente mal por él, porque sabía que era buena persona, pero tenía esos arranques de ira que a veces, no podía controlar.

Recuerdo como dejo a mi hermano el año pasado y recuerdo haber envidiado su amistad, porque incluso después de eso, ellos siguieron unidos, más unidos que antes. Ewan no se separó de su lado mientras estuvo en el hospital, ni cuando le dieron el alta. Por eso también lo vi como un segundo hermano, porque a veces estaba más con nosotros, que con su verdadera familia.

Me hubiera gustado tener más hermanos, más allá de que Aron era bueno conmigo, la diferencia de edad nos separó mucho y una vez que se reciba, lo perderé cuando se mude. Asique me gustaría tener a alguien más, para que este conmigo cuando él se valla. Pensaba en eso mientras iba a la biblioteca. Cuando llegué, todos los bancos estaban ocupado por lo que decidí tomar los libros que necesitaba y volver a mi habitación, tal vez pasar por comida. Eso sería bueno. Tenía casi todo, solo me faltaba alcanzar un libro. Maldije mi estatura y miré en varias direcciones buscando una de las pequeñas escaleras. Como no encontré ninguna, volví a mirar y cuando me cercioré que no había nadie, empecé a escalar el librero.

Lobo – Ey, cuidado!

Daeron – Que!? – me solté de la madera y caí de pie, me golpeé el codo con una de las repisas y lo empecé a frotar – Me asustaste!

Lobo – ¿Que haces pequeño mono? Hay escaleras para eso – dijo mientras se acercaba y elevaba mi codo para verlo.

Daeron – No encontré ninguna cerca, asique... - lo mire y tenía el pelo mojado, mire su chaqueta y supuse que venía de la pileta – ¿Vienes de entrenar? Pregunto porque tienes el pelo mojado ¿o no llegaste a secarlo antes de salir? ¿Y qué haces en este sector? Tu no estudias arte ¿o buscas información para tener algo que hablar con Hel? Si quieres puedo ayudarte con eso, yo sé mucho... Digo, estudio lo mismo asique, sino supiera nada debería buscarme otra carrera. Oye! Tu eres alto, verdad? Me alcanzas ese libro, el del lomo rojo con letras doradas. – lo miro y me lo bajo – Gracias! Eres muy amable. Ten! Te daré un chupetín. Mi hermano me dio varios, son de manzana verde. A él no le gustan, por eso me los da. Dicen que son muy ácidos, pero la manzana siempre es dulce, asique no sé de qué habla.

Lobo – Hablas mucho. Eres como una rockola vieja, esas que pasan música cuando les pones una moneda.

Daeron – JA! Yo digo lo mismo. – le extendí el chupetín y lo tomo con una sonrisa – El chiste lo inicio mi padre, porque él tiene una en la casa. Aunque solo pasa canciones viejas, de los 60,70 más o menos. A mí me gustan, pero prefiero las de los 80,90 son más movidas. ¿A ti te gusta la música?

Lobo – Eres entretenido niño. Me caes bien, ¿cómo era tu nombre?

Daeron – Nos presentamos en la fiesta, Hel te dijo mi nombre. Es Daeron, soy hermano de Aron Tower, el amigo de tu amigo.

Lobo – Lo lamento, soy pésimo con esas cosas.

Daeron – Descuida, yo también me hubiera olvidado. – me miro algo molesto – Bueno, me tengo que ir. Adiós Cris, cuídate.

Lobo – Espera – dijo antes de irme, impidiéndome el paso – ¿Porque dices eso? Yo no te olvide, recuerdo tu persona. Como bailabas con Hel y lo boni... Lo mucho que hablabas con ella. Solo no recuerdo tu nombre porque no soy bueno en esas cosas.

Daeron – Ah! Está bien entonces. – nos quedamos en silencio un momento y me sentí algo incómodo – Emm... me das permiso. Quiero retirar estos libros e ir por comida.

Otras vidas / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora