Cap. 5

309 19 0
                                    

Vi como Ewan levantaba a ese niño en brazos y se lo llevo lejos de la fiesta. Jase forcejeo para ir tras él y lo tome del brazo para jalarlo en dirección contraria. Nos alejamos de la gente y entramos a uno de los salones. Trabé la puerta y me quedé ahí, con las manos apoyadas en la madera, intentando controlar mi respiración. El me pedía que lo dejara ir, pero solo lo ignoraba mientras encontraba paz interior.

Gire a verlo y estaba apoyado sobre el escritorio del profesor, con sus brazos cruzados, su ceño fruncido y sus mejillas rojas por el alcohol. Lucia tan hermoso y tan peligrosamente sensual, que no pude contenerme y me acerqué a él tomando su rostro con mis manos y fundiendo nuestros labios.

Desarmo sus brazos y ahora tenía sus manos apretando mi cintura. Sus labios se movían al compás de los míos y sentí como su cuerpo se movía, para sentarse sobre el escritorio sin abandonar mis labios. Sus manos me llevaron más cerca suyo y gemí cuando nuestros bultos, empezaron a rozarse. Sus piernas envolvían las mías y su cadera empezó a moverse. Bajé mis manos a sus nalgas y las apreté con fuerza para escuchar su gruñido.

Abandoné su boca, para buscar su cuello y sentí su mano en mi nuca acariciando mi pelo y moviendo mi cabeza a su antojo. Su mano libre encontró mi miembro y mordí su piel, cuando lo envolvió entre sus suaves dedos. Empezó a masajearlo con intensidad y apoye mis manos sobre la mesa para disfrutar lo que me hacía. Sus labios ahora absorbían los míos, y aunque mis gemidos interrumpan sus besos, jamás soltó mis labios.

Aron - Ah! Jase.... Ya casi, no pares mi pequeña flor.

Libere mi excitación en mi pantalón y apoye mi frente en su hombro. Retiro la mano y sentí como todo su cuerpo se tensaba. Levanté la mirada y acuné su rostro cuando vi la tristeza en sus ojos.

Aron - Que? ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

Jase - Me dijiste "mi pequeña flor". - lo miré fijo y mordí mis labios - De dónde sacaste ese apodo?

Aron - Jase... Escucha...

Jase - ¿Tu lo recuerdas? - lo mire sorprendido y sus lágrimas empezaron a caer - Tú me recuerdas?

Aron - Si, mi pequeña flor. - acomodé sus rizos mientras sonreí - Yo siempre te recuerdo Jacearys.

Sus ojos crecieron como dos grandes orbes verdes y sus lágrimas continuaron cayendo. Estaba tieso sobre el escritorio observándome y procesando todo lo que había pasado. Se encogió de hombros y empezó a frotarse los brazos con las manos.

Jase - No sé si deberíamos seguir con esto.... No me siento bien, perdóname.

Aron - Que? ¿Porque? - impedí que bajara - Tu también me recuerdas, ¿no es así?

Jase - Egg...

Aron - No! Aquí, en esta vida soy Aron. En 1920, fui Aron también y fui tu esposo, tuvimos dos hijas Jacearys. En la época de los dragones, yo te amaba y tú a mí...

Jase - Aegon! Basta!. - dijo molesto - Yo también te amaba y como pagaste ese amor? Traicionándome y robando el trono de mi madre.

Aron - ¿Y qué paso en París? ¿Qué paso con nuestra familia?

Jase - Ya no está. Nuestras hijas ya no están. Tu eres diferente, yo soy diferente.

Aron - Y a pesar de todo, aún nos amamos Jasón!. Estás aquí, me acabas de masturbar y yo quiero seguir - Bese sus labios y me apartó - Por favor... Jase, yo te amo. No quiero volver a perderte.

Jase - No, basta por favor. Tú no sabes lo doloroso que fue para mí...

Aron - Si lo sé... Yo te vi morir en nuestra cama y no pude hacer nada para ayudarte. Nuestras hijas lloraron por ti, yo lloré por ti.

Otras vidas / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora