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Un nuevo día empezaba.
Desperté con toda la cara húmeda. Toda babeada. Pero lo más asqueroso de todo, es que no era baba mía, sino del perro acostado junto a mi. Seguramente cuando Justin volvió de casa de Logan dejo la puerta trasera abierta y así entro el perro.

Me levanté temprano, como de costumbre. Hice mi rutina de siempre, ir al baño, higienizarme, darme una ducha rápida y me prepare para ir al colegio. Para mí suerte, el mecánico me mandó un mensaje anoche diciéndome que mi auto ya estaba  listo. Así que fui caminando a buscarlo, no tarde mucho ya que quedaba cerca.

Al tener ya mi auto, fui por Haiz a su casa. Ella se encontraba esperando pacientemente en las escaleras que dan a su puerta. Al verme llegar en el auto, una sonrisa se formó en su rostro y fue mutuo.
Ella subió, se colocó el cinturón, dejo su mochila en la parte de atrás y me miró, sin dejar de sonreír.

— Hola tú... —Se acercó ella para depositar un suave beso en mis labios. No pude evitar sonreír al sentir aquel beso.

— Hola preciosa. —Dije con un tono tranquilo y una sonrisa igual de grande que la de ella.

Arranque nuestro viaje con dirección a la escuela. No tardamos más de 10 minutos en llegar. Estacione no muy lejos de la entrada  y con Hailee bajamos para entrar a la secundaria, tomadas de la mano.
A lo lejos ví a Krista y a Marcus, me acerque a ellos con una sonrisa de oreja a oreja y ambos me abrazaron con nostalgia.

— Es bueno tenerte de vuelta T/N —Me susurró al oído Kris, a quien le correspondi el abrazo a pesar de que odie el contacto físico

— ¿De qué me perdí? —Hablo con una sonrisa Hailee.

— Oh si, hablé con Krista y Marcus. Y solucionamos nuestras cosas —Respondí para luego rodear con mis brazos a los chicos que se encontraban uno a mi derecha y otro a mi izquierda.

— Ni tú ni nadie se interpondrá en nuestra relación, sabes HAILEE STEINFELD?

Hailee simplemente rió y nos abrazo a los tres. El pasillo del colegio parecía una iglesia donde todos se dan la paz e intercambian un beso junto con la frase "Que la paz esté contigo".

[...]

Luego de todo eso, cada uno fue a sus clases. Ahora me encontraba en clase de Literatura, el profesor estaba leyendo "Romeo y Julieta".
Y yo solo jugaba con el lápiz que traía en la mano, con él, dibujaba garabatos en mi cuaderno.

"Hailee amor de mi vida"
"H + T/I"
"Hailee Steinfeld <3"

"T/N Adams"

"Me aburroooo"

Y eso era lo único que escribía en mi cuaderno. La clase pasaba muy lento, en un momento me quedé dormida, pero desperté cuando sentí varios cuadernos caer sobre mi mesa muy de golpe.

— Señorita Adams. No es hora de dormir. Si mi clase la aburre, la invito a ir a dirección. —Hablo mi profesor, quien no me miraba con cara de buenos amigos.

Tomé mis cosas, me levanté de mi asiento, le regale una sonrisa al calvo y me dirigí a dirección. Cuando ya estaba ahí, me mandaron hacia la sala de castigo.

Al llegar me encontré a Niall, Marcus, Krista y Haiz. Mi cara fue de absoluta confusión, en mi vida creí ver a todos ellos en la sala de castigo, excepto por Niall. El vivía aquí básicamente.

— Muy bien... ¿Ustedes que hacen aquí? —Pregunté sentandome y dejando mi mochila junto a mi, para luego mirar a Krista y Marcus.

— Resulta y acontece, que yo estaba comiendo un burrito en clase, pues, tenía hambre y recordé que tenía la comida en mi mochila. Cuando saque mi burrito, el muerto de hambre de Niall se acercó a mí para pedirme un pedazo de mi burrito. Le dije que no, osea, me conoces, no me gusta compartir mi comida. El desgraciado me quito el burrito y pues, no hice más que saltar sobre el para quitarle MI burrito. —Me contó muy enojada Krista, quien traía su burrito en la mano y luego de contarme la historia, le dió un mordisco a él.

— Okey... ¿Y tú qué haces aquí? —Mire a Marcus confundida.

— Ah pues, yo defendí a Kris. Le lance un libro en la cabeza a Niall. —Dijo muy tranquilo aquel chico de ojos claros. Mire rápidamente a Niall quien traía una bolsa de hielo en la cabeza, no pude evitar soltar una pequeña risa.

— Bien. Ahora, la verdadera pregunta aquí es. ¿Qué haces tú aquí? —Pregunte ahora, a la castaña quien comía una manzana mientras oía la historia de todos con atención.

— Em. Si te soy sincera, no tengo ni idea que hago aquí con todos estos vándalos. Yo solo llegué tarde a clase. —Respondió riendo Haiz para darle otro mordisco a la manzana.

— ¿VÁNDALOS? Disculpa morena. Vándalo será tu ex novio que quiso robarme MI burrito. —Habló ahora Krista quien fingía estar ofendida.

Entre risas y demás, la hora paso volando junto con ellos. Cuando nos dimos cuenta, la hora del castigo ya había pasado. Todos tomamos nuestras mochilas y demás cosas y salimos del salón, ya no había nadie en la escuela. Solo éramos nosotros.

Salimos por la puerta principal, cada uno se fue en lo que vino. Marcus en su bici, Krista en su auto, Niall se fue en su moto  y Haiz y yo nos fuimos juntas en mi auto.

[...]

Deje a Haiz en la puerta de su casa y yo volví a la mia. Guardé el auto en el garage, entré, deja las llaves en la pequeña mesa que estaba junto a la puerta y me dirigí a la cocina. No pude evitar sorprenderme al ver a Sophie sentada en la isla de la cocina.

— Sophie... Vaya sorpresa. ¿Qué haces aquí? —Pregunté algo asombrada mientras me acercaba lentamente a ella, para poder saludarla con un abrazo corto.

— No te emociones T/N, solo vine por Megan, aunque cuando llegue, me envió un mensaje diciendo que se quedaría a dormir aquí. —Respondió para acto seguido apretar sus labios.

— Okey, ya hablaré de eso con Austin. Cómo estás? Me contó Megan que volviste de Alemania. —Pregunté para poder entablar una conversación con ella.

— Ah si, hace un mes he vuelto. Mamá estaba teniendo varios problemas con las adicciones, quise ayudarla pero no funcionó, así que tome la decisión de alejarme de ese entorno tóxico y vine aquí. Hace unas semanas empecé a trabajar en la cafetería de aquí cerca, Sea coffee. ¿Lo conoces? —Contó brevemente su historia a lo qué yo asentía a cada cosa.

— Si, por supuesto. Marcus, Krista y yo vamos ahí de vez en cuando. Bueno, me alegro que hayas podido salir adelante. Sabes muy bien que puedes contar conmigo para lo que sea —Hablé con una sonrisa en mi rostro, a lo que ella me devolvió una sonrisa acompañado de un "Gracias".

Nuestra pequeña charla fue interrumpida cuando oímos el sonido de la puerta principal abrirse, unos segundos después, pudimos ver la cabeza de Charlie asomarse por el marco de la puerta de la cocina. Nos saludo a ambas con un movimiento de manos y subió a su cuarto. Ambas nos miramos y soltamos una pequeña risa.

— Bien, creo que ya debo irme. Ya ví que Megan se encuentra bien. Cualquier cosa puedes llamarme y la vengo a buscar —Habló Sophie levantándose de su asiento.

— Si no te preocupes, yo puedo acercarla hasta tu casa en el auto —Respondí para luego acompañarla hasta la puerta, ví como se iba alejando y rápidamente grité.

— Soph! Espera. Ven a comer esta noche, yo cocinare.

Sophie me miró y me regaló una sonrisa, asintió con su cabeza y luego se marchó. Por algún motivo quería volver a verla, algo provocaba en mi que no quería que se vaya, de nuevo.

Viendo las Estrellas [Hailee Steinfeld y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora