Calabacin.

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– Vamos en tu coche, vine con el chófer

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– Vamos en tu coche, vine con el chófer

– Vayan adelantándose entonces — le entrega su bolso — Tengo que dejar dicho aquí un par de cosas antes de ir a la casa

– Podríamos hacerlo más fácil y vamos a un restaurante

– No me gusta que los niños coman mal entre semana, ya lo sabes

– Se puede comer bien en un restaurante también

– Los dos sabemos que en cuanto vean el menú infantil, será imposible que coman otra cosa

– ¿Pero no estarás cansada como para ir a cocinar?

– Esteban, ve con los niños hasta mi camioneta — insiste — Mis amores, vayan con su papá ¿De acuerdo?

– Mami ¿Podemos llevarnos las bolitas de galleta y chocolate?

– Claro mi amor, tomen una cada uno y vayan

– ¿Yo también puedo? — saca las llaves del bolso

– Si pero te toca pagar

– ¿Y ellos no? Que injusta

– Ellos van a ser los futuros dueños, tú no — ríe







Luego de que los niños hicieran su elección Esteban pudo convencerlos de ir hasta el estacionamiento, mientras Marcia dejó organizados un par de pedidos importantes y claro, pagó por lo que se habían llevado sus hijos, aunque era la dueña de todo esto prefería no dar la imagen de que ella podía saltarse la regla de no pagar, de paso también se llevó una bolsa de café pues en la casa estaba faltando y fue a encontrarse con los niños; mentiría si dijera que no estaba nerviosa, estaría a solas con ese hombre prácticamente y podía imaginar que atentaria contra su buen juicio una y otra vez.







– Bueno ya estoy, Esteban vas de copiloto

– De hecho, prefiero manejar, vas a ser quien cocine así que lo menos que puedo hacer es manejar ¿No?

– Pero es mi camioneta

– También tengo una, sé manejarla, tranquila que no va a pasarle nada

– El acelerador es sensible, no le pises demasiado

– De acuerdo — le abre la puerta del copiloto

– ¿Abrochaste bien los cinturones de los niños?

– Claro, están bien empaquetados como sardinas

– Burlate pero ahí atrás van mis herederos

– ¿Nomas los tuyos? ¿Y yo que? — ríe cerrando la puerta

– ¿Todo bien ahí atrás? — los mira por el retrovisor

– Si mami ¿Podemos comer de las bolitas?

¿Lo Intentamos Otra Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora